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Sanguinetti supedita su candidatura "al destino"

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Lacalle y Sanguinetti en el encuentro realizado en Punta del Este. Foto: R. Figueredo

Candidatura colorada

Mantiene la incertidumbre y afirma que hoy es “un soldado”.

El expresidente Julio María Sanguinetti comenzó el año electoral manteniendo en reserva si finalmente será o no el candidato a presidente del Partido Colorado para las elecciones internas de medio año.

Ante una pregunta expresa Sanguinetti no adelantó si será candidato en la interna colorada. Tampoco negó la posibilidad al presentarse como "un soldado de la causa partidaria" y apelando a la "verdad del destino" del filósofo Ortega y Gasset.

"Recuerdo cuando usted lanzó su candidatura al segundo mandato, que luego ganó, dijo que lo que más le había costado era conseguir la autorización de su esposa para ser candidato. ¿Ya tiene el papel con la autorización? Es decir, ¿será candidato?", preguntó el periodista Joaquín Morales Solá al finalizar un encuentro organizado por la asociación de amigos de la Universidad de Tel Aviv en Punta del Este. Del encuentro también participó el ex presidente Luis Alberto Lacalle, quien se refirió a la historia judía y a la condición de Israel de defensor de los valores judeocristianos de Occidente.

Sanguinetti, al igual que los centenares de presentes en el encuentro, festejó la pregunta del periodista argentino.

"Doña Marta es un buen soldado y ha acompañado siempre. Más allá de lo que pueda pensar como esposa. Si yo soy muy colorado, ella es más colorada que yo. Es tan riverista, igual que tú Luis Alberto (Lacalle) que sos blanco pero también riverista", respondió.

Sanguinetti recordó que su partido se encontraba en una situación muy difícil agravada por la decisión del senador Pedro Bordaberry de retirarse de la actividad política.

"Un día un grupo de gente cuando el partido había llegado al cinco por ciento en las encuestas vinieron a buscar a este noble ciudadano —que había estado a la orden y siempre trabajando— para decirle: ponete al frente de esta tropa", explicó Sanguinetti.

"Lo hice como soldado en el estricto cumplimiento del deber. La verdad del destino, como decía Ortega y Gasset. La verdad del destino es aquella que uno hace lo que tiene que hacer aunque no tengas ganas de hacerlo porque si no uno no se reconocería a sí mismo", expresó.

"Me pongo adelante a la antigua. Porque ahora la gente dice primero que quiere ser presidente y después sale a ver qué pasa. Yo soy a la antigua. Vamos a salir a la calle, vamos a preguntarle a la gente, vamos a ver qué dice. Luego veremos a dónde llegamos y a donde no llegamos", continuó.

"Lo que puedo decirle es que lo que entonces hice en estricto cumplimiento del deber, hoy me da mucha alegría y mucha satisfacción porque después de todo, uno se reencuentra con la gente y el partido está revigorizado. Vamos a ver hasta donde llegamos. En todo caso si estamos en la pelea. Y la pelea por estas cosas que nos mueven, en las cuales nacimos, las que hicieron a este país lo que es. Es una causa a la que nos debemos, las causas de la libertad, de la defensa de la dignidad humana, de lo que significan estos valores occidentales como la libertad de la vida humana y la legalidad. El entender que todos estos cambios fenomenales que ocurren en este momento en el mundo no tienen que ser en desmedro de la dignidad. Que hay que administrar esa tensión entre la red social y la intimidad", afirmó.

Sanguinetti y el expresidente nacionalista Luis Alberto Lacalle participaron en la noche del sábado pasado del acto de presentación del último libro del líder colorado "La trinchera de Occidente" organizado por la fundación de amigos de la Universidad de Tel Aviv.

El encuentro se cumplió en el complejo Chateau Fendi del desarrollista Sergio Grosskofp de la rambla de la playa Mansa de Maldonado.

Del encuentro participaron centenares de integrantes de las comunidades judías de Uruguay y de Argentina.

Ambos exmandatarios ingresaron al complejo en medio de los aplausos de los presentes.

La "solución militar"

"El caso de Venezuela es dramático y no hay salida buena", expresó Sanguinetti. "La asfixia económica sería lo único que llevaría a un colapso con un enorme costo social. La solución militar es siempre peligrosa porque no va a ser un general, porque están todos acomodados con el narcotráfico. Tampoco un coronel. Si viene alguno es un teniente coronel joven y ambicioso como fue Chávez", pronosticó.

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