En el Partido Nacional saben que las elecciones internas de junio de 2024 serán muy diferentes a todas las que hubo desde que se habilitaron para los comicios de 1999. La razón es sencilla: por primera vez los blancos decidirán su candidato a la Presidencia estando en el gobierno .
Y todos saben que a un año de esa definición -de escenario históricamente singular-, las dos principales figuras que hoy aspiran a competir por ser la promesa de continuidad de Luis Lacalle Pou -Laura Raffo y Álvaro Delgado- empiezan a aprontarse pues están cada vez más cerca de la línea de largada -planificada para la primavera de este año.
Pero en las últimas semanas quien se ha mostrado más activa, con anuncios, recorridas y acuerdos públicos, ha sido la economista Raffo, que ya se prepara para el próximo “hito” que forma parte de un detallado calendario que la excandidata a la Intendencia de Montevideo trata de cumplir al pie de la letra.
La fecha que está marcada en el almanaque de los allegados a la futura precandidata -que cuenta desde el arranque con el impulso del Herrerismo y, desde hace pocos días, también de Alianza Nacional- es el próximo miércoles 7 de junio, momento clave -al que también llaman “mojón”- pues se dará a conocer en sociedad al “nuevo movimiento”. Porque Raffo prefiere llamarle así -indicaron a El País fuentes partidarias-, antes que “sector”, que connota rigidez o acotamiento, cuando lo que se pretende comunicar es todo lo contrario: amplitud, de espacio abarcativo o de “brazos tan abiertos que duele”, como graficó un dirigente herrerista en referencia a las altas expectativas que se tienen respecto a que el acuerdo con la agrupación que fundó el fallecido Jorge Larrañaga haya sido solamente el comienzo de un camino cargado de noticias de ese tipo (ver recuadro).
El anuncio se hará en un acto en Montevideo, que naturalmente encabezará Laura Raffo, y que estará precedido -así tienen planificado, al menos, algunos dirigentes- por mensajes en redes sociales que buscarán generar un clima de “expectativa”.
Diferencias
La apuesta de Raffo y su entorno es crecer en las encuestas que, de momento, siguen dando al secretario de la Presidencia -primero en todas las mediciones que se han hecho en este período- con entre 20 y 30 puntos porcentuales de ventaja con respecto la economista, que suele aparecer en el segundo lugar.
Hay confianza en que puedan lograrse resultados anclada en las giras que Raffo ya está haciendo por distintos departamentos, sobre todo luego de renunciar a la Comisión Departamental de Montevideo del Partido Nacional y, con eso, a su candidatura a la intendencia capitalina, como hizo el 9 de mayo pasado.
Desde entonces, aunque nunca tuvo ataduras para comenzar a desarrollar su perfil “nacional” y no ya montevideano, está (y se muestra) más liberada de todo compromiso orgánico con el partido -lo que la diferencia de Delgado, que debe dividir su agenda y energías entre actividades de gestión y electorales.
Por eso recorre los departamentos para escuchar las “preocupaciones” de los ciudadanos y delinear así “una agenda de temas a trabajar” en clave país, como adelantó días atrás en una visita que hizo a Cerro Largo, en donde se reunió con el intendente José Yurramendi.
Y en paralelo está la comunicación más propiamente de campaña, cuyos incipientes eslóganes comenzaron a soltarse en distintas declaraciones públicas y entrevistas -como la que dio el senador de Alianza Nacional Carlos Camy a El País tras el acuerdo con el Herrerismo-, siendo la “continuidad con cambios” uno de los más escuchados.
Qué significa “cambios” y de qué manera se buscará posicionar a Raffo en contraposición a lo que representa Delgado es uno de los desafíos que tiene por delante la economista. Para esto los allegados a Raffo tienen claro dos cosas de cara al momento de encender todos los motores y dar la batalla en este inédito panorama electoral nacionalista -que al hecho de estar en el gobierno se suma que las dos figuras en juego nacen del polo denominado herrerista-: no se planteará una competencia de “oposición” al oficialismo ni tampoco se buscará construir una “comunicación basada en la diferenciación” de la competencia. Lo que se hará en cambio es formular una campaña propositiva basada en “la esencia” de la candidata y en lo que tiene “para ofrecer”.
Dicho esto, ¿de qué manera se van a explicar esos “cambios”? A esa pregunta, Camy respondió a El País el 21 de mayo que la noción de lo diferente se expresará en la necesidad de mostrar a la candidata como capaz de adaptarse a “un mundo que surge a velocidad vertiginosa”. Otros dirigentes hablan directamente de “cambios cualitativos” que la futura precandidata debe proponer como contraposición a ciertos aspectos del gobierno. “No es que lo hecho sea poco o insuficiente, sino que debe darse más profundidad y contundencia”, dijo un allegado a Raffo.
Esa línea estratégica fue adelantada en octubre pasado, cuando el diputado herrerista Juan Rodríguez aseguró en un acto en Treinta y Tres con la futura precandidata que había que reconocer la “necesidad de cambiar aquellas cosas que no se hacen tan bien”.
