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Como en 2004, las consignas electorales son continuismo o cambio

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Foto: archivo El País

ELECCIONES 2019

Blancos apelan al mismo discurso que el FA utilizó para llegar al gobierno por primera vez.

Eligieron la voz de Mercedes Sosa para musicalizar la campaña con el conocido tema “Cambia todo cambia”. Pero la letra del jingle oficial del Frente Amplio en 2004 fue más directo: “Es el bendito Uruguay el que queremos cambiar y el encuentro se hace urgente. No tenemos que dudar si queremos competir en un mundo inteligente”.

El mensaje era claro. La coalición de izquierda, liderada por Tabaré Vázquez, salió a pedirle a la ciudadana un voto de confianza para cambiar al país que comenzaba a salir de la crisis económica de 2002. El resultado fue histórico. El Frente triunfó en primera vuelta con mayoría parlamentaria y cortó una larga historia de gobiernos blancos y colorados.

Hoy -luego de tres mandatos consecutivos de la izquierda- la oposición de blancos, colorados e independientes busca volver al poder con el mismo discurso que los frentistas acuñaron en aquel 2004: “votar por un cambio”. Los candidatos y la dirigencia que está en la oposición salieron a pedir un voto de confianza para cambiar el gobierno y cambiar la realidad de Uruguay. Así lo plantean.

Quien salió primero a proponer el juego por esa dicotomía de “continuidad o cambio” fue el precandidato blanco Luis Lacalle Pou. Hoy es el favorito para ganar la interna blanca y quien más chances tiene de llegar a una instancia de balotaje.

En las últimas semanas ha repetido en sus discursos que la ciudadanía se verá en la disyuntiva de definir entre habilitar la continuidad de quienes gobiernan el país, o apostar por un cambio.

En esa línea dijo que quienes voten al Frente Amplio apostarán por la continuidad y “dejar todo como está”. “Incluso peor, porque la situación se profundizará si el Frente sigue en el gobierno”, dijo en uno de sus últimos actos.

El precandidato -hijo del último presidente blanco- salió a la cancha a presentarse como la opción de cambio. Una estrategia similar a la que usó Vázquez en 2004.

Incluso su jingle de campaña tiene similitudes con el del Frente de 2004. Habla de que se empieza a “sentir” el cambio. “Se viene ya está más cerca. (…) Es tiempo de conquistar. Un aire nuevo de libertad”, dice la letra que invita a construir “una nueva historia”.

Es más, al presentar su eslogan de campaña central: “Un gobierno para evolucionar”, dijo que la ciudadanía tomó una decisión sensata en 2004 cuando votó al Frente Amplio y permitió al cambio de signo político. Dijo eso para plantearles a los votantes que sostiene que el país debe hacer un nuevo cambio de signo en esta contienda electoral.

La elección de la palabra “evolucionar” no es ingenua. La eligió para adosarla a la idea de cambio, pero sin que se los acuse de “volver al pasado”, como busca el frente Amplio instalar en la campaña.

El candidato frenteamplista con más chances de ganar la interna oficialista, el socialista Daniel Martínez, salió al ruedo con un concepto para contrarrestar esa idea de “cambio” que plantea la oposición.

Hasta esta campaña electoral el Frente Amplio, incluso desde el gobierno, se presentaba a la ciudadanía como la “opción de cambio”.

Ahora va por la idea de “el nuevo impulso” para lograr mantener a su votantes cautivos. “Vamos de nuevo país. País de los sueños justos. Tierra de los corazones, vamos por el nuevo impulso”, dice la letra de su jingle oficial.

A esa idea los dirigentes oficialistas y autoridades de gobierno la respaldan asegurando que si el Frente pierde la elección, el país vivirá un “retroceso” en los logros generados desde el 2005.

“Valorar lo que hemos logrado juntos con participación social. En todos estos años, porque existe el riesgo del retroceso. Existe el riesgo de que perdamos lo que hemos logrado, juntos, para el conjunto de la sociedad”, dijo el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, el 1° de mayo por cadena nacional de radio y televisión.

En el oficialismo buscan instalar la idea de que Lacalle Pou es la continuidad de su padre quien fue presidente en 1990. De hecho Vázquez en la pasada campaña dijo en un acto la frase: “De tal palo, tal astilla”, cuando se disputaba la elección con el joven candidato blanco.

La ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, dijo en una entrevista con El País que si gana el blanco la sociedad perderá derechos, se cortaran las políticas sociales y desaparecerán los Consejos de Salarios.

En el movimiento sindical también se abonó esa idea. En la cadena nacional por el Día Internacional de los Trabajadores repasaron los logros conquistados durante los gobiernos frenteamplista y pidieron a la ciudadanía estar alerta para evitar volver atrás.

Su presidente Fernando Pereira dijo en la proclama oficial que no se iba a permitir el avance del neoliberalismo, en una búsqueda clara de asociarlo con los blancos.

Lacalle Pou ha repetido en más de una ocasión que eso no ocurrirá si él gana. Que el Frente Amplio compró “cucos” en la feria y comenzó a agitarlos en la campaña para asustar a los votantes.

La discusión se reduce a cambio o continuidad. Y la simplificación de los discursos se asemeja a cuando en la ocasión previa al 2004 se decía que si el Frente Amplio ganaba se llevaran a los niños a estudiar a Cuba o Rusia.

Uruguay vota

Un balotaje como en el 99, de poco tiempo

La reforma constitucional votada en 1997 comenzó a aplicarse en la elección de 1999. En esa instancia se llegó al balotaje en noviembre por primera vez en la historia. La fórmula Jorge Batlle, Luis Hierro López derrotó a la de Tabaré Vázquez y Rodolfo Nin Novoa. El tiempo que los comandos electorales tuvieron para hacer campaña, entre la elección nacional de octubre al balotaje de noviembre fue el más corto desde que se dio una instancia de este tipo. Solo 28 días.

En el 2004 no se llegó al balotaje. El Frente ganó en primera vuelta. En 2009 José Mujica fue presidente, entre elección y balotaje los comandos tuvieron 35 días para hacer campaña. Lo mismo que en 2014 cuando Vázquez volvió a triunfar en la segunda vuelta.

Para esta campaña electoral, donde el escenario de balotaje es más que probable, se da una situación similar a la del 99. Será una campaña corta de 28 días.

A su vez todas las mediciones -y así también lo creen los diferentes partidos políticos- consideran que será la elección más “peleada” y pareja de los últimos tiempos. Por eso los diferentes comandos electorales ya comenzaron a diseñar líneas generales pensando en el último domingo de noviembre.

Un partido histórico que estaba sumergido

La elección de 2004 no solo fue histórica por la llegada de la izquierda al poder. También por la baja votación del Partido Colorado. Las murgas en el carnaval de 2005 se rieron del bajo porcentaje de apoyo popular que obtuvo el histórico partido. Los colorados salían de un gobierno que vivió una de las peores crisis económicas de la historia en el país. La profunda crisis que se abatió sobre el país deterioró la imagen del partido.

La actual elección encuentra a los colorados en pleno repunte. Luego de varias elecciones donde se colocaron terceros -después del Frente y los blancos- volvieron a lograr repuntar en las encuestas y generar entusiasmos en su militancia.

La razón concreta es la aparición del dos veces presidente Julio María Sanguinetti. Él irrumpió en la interna luego de que Ernesto Talvi rechazara su apoyo. Pero el líder colorado no está pensando en volver a ser presidente. Su idea es aportar desde la oposición para ganarle al Frente Amplio.

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