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Mariana Chilibroste: "Hay gran inequidad en las oportunidades"

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Mariana Chilibroste. Foto: Cortesía

SOSTENIBILIDAD

La creadora de Sellin ideó una plataforma para microproductores con una mentalidad sostenible; en el camino descubrió que las mujeres son sus principales beneficiarias.

La vida de Mariana Chilibroste estuvo siempre marcada por su interés en profundizar en las áreas de desarrollo humano. La nacida en Mercedes (Soriano), se trasladó a Montevideo para cursar el bachillerato en el colegio Juan XXIII y su experiencia educativa la marcó en la búsqueda de ciertos valores. Esa fue la semilla para que más tarde, la vida la llevara por el camino del emprendedurismo.

En su juventud siguió una ruta tradicional: se casó joven, fue madre a los 28 años, estudió psicología y trabajó en el rubro empresarial. Continuó formándose para impactar en la vida de las personas que la rodeaban. El nacimiento de su segundo hijo fue una “fuerza arrolladora”, que provocó que se cuestionara cuál era el mundo que le quería dejar a las nuevas generaciones.

En su último trabajo, para una empresa multinacional, descubrió que quería pensar en grande. Pero algo faltaba y en la búsqueda encontró su lugar en el ecosistema emprendedor, donde logró combinar sus anhelos personales y laborales.

Con su emprendimiento, Sellin—una plataforma para microproductores— genera oportunidades que impactan en la vida de más de 400 personas, entre ellas ocho de cada diez son mujeres.

—¿Qué es Sellin?
—Es una empresa de triple impacto, en su esencia está la sostenibilidad. Tiene fin de lucro, pero se propone reconvertir los modelos de desarrollo económico pensando en valores claves como la cadena de valor, el que nadie se quede atrás, revalorizar el trabajo; generar condiciones que sean sostenibles para todos; en que los consumidores y los clientes de nuestro caso, se sientan socios estratégicos para el impacto. Entonces, básicamente, Sellin desarrolla oportunidades comerciales y productivas para que microproductores puedan vivir de lo que hacen, sin la necesidad del traslado territorial. Al mismo tiempo, apunta al mundo de la microproducción y las empresas que quieren desarrollar cadenas de valor y una mirada de consumo sostenible, trazable y justa. Nos convertimos en un socio estratégico para transitar la cultura de impacto y trabajamos desde las compras, el modelo de consumo, generando catálogos;apuntalamos el desarrollo desde como pensamos como equipo interno. Innovamos en modelos que terminen sí o sí generando un impacto sostenido en las comunidades. Esas comunidades se conforman desde emprendedores con distintos oficios, hasta emprendedoras rurales como costureras, tejedoras, productores que trabajan en alimentos, talabarteros, carpinteros. Gente con muchísima capacidad, pero que sola no logra llegar al mercado y necesita de comunidades enlazadas a nivel de producción, partiendo de las necesidades del mercado para generar ingresos sostenidos que permitan llegar al siguiente nivel. Para poder tomar decisiones hay que tener autonomía.

—¿Qué comunidades son las principales beneficiarias de Sellin?
—Yo las definiría como beneficiarias y socias. Una de las cosas en las que enfatizamos es que todos ganamos cuando efectivamente salen los proyectos y el emprendedor, pasa a ser un aliado. Esos emprendedores y comunidades están en los 19 departamentos, son más de 400 personas que trabajan en sus distintas capacidades, enlazados con otros emprendedores de los mismos territorios. El 80% de esos emprendedores son mujeres y más del 69% son mujeres rurales. Nosotros no salimos como una empresa de corte género, lo que pasa es que cuando estamos trabajando en falta de oportunidades, descentralización, en capacidades que hacen también a la manufactura y, sobre todo, en derechos vulnerados, obviamente que el territorio de por sí te trae el problema. Existe una inequidad grande en las oportunidades de trabajo, en los roles que históricamente se ocuparon y cuanto más invisible es el lugar, más caldo de cultivo para que estas lógicas antiguas se sigan sosteniendo, en ese sentido las mujeres se llevan la peor parte. De la misma manera que también sucede en el comercio. En mi caso emprendí intentando solucionar un problema que tenía que ver con la inclusión y el trabajo, con una mirada colectiva de desarrollo de centralizado y terminé dándome cuenta que este problema está atravesado por otros. El liderazgo femenino tiene un atributo es que los lideres con esta aproximación, derraman mucho en sus propias comunidades. Es muy sensible la diferencia cuando hay una lógica más tradicional a cuando hay una de colaboración, equidad y oportunidad.

—¿Cuál es el rol de las mujeres en el ecosistema emprendedor?
—Es precioso. Soy creyente de la equidad y la complementariedad como la única forma de impactar positivamente y de manera sostenible para el mundo. Solamente pensado así, no importa si es hombre o mujer, pero con una cabeza que incorpore o multiplique. Además, la mirada de sostenibilidad y sustentabilidad por los roles que hemos ocupado históricamente, tenemos una tendencia a actuar desde el cómo se derrama en el entorno entendido como la familias o comunidades. Cuando hay mujeres líderes y emprendimientos de este estilo, estamos acelerando la conversación para cuestionar los modelos. En mi caso, como líder, intento ir sensibilizando es ser conscientes de que existen otras formas. Las cosas no cambian porque digamos que van a cambiar, cambian porque hacemos que eso suceda.

—¿Cuál es el camino para el futuro sostenible?
—Creo que hay un camino que supone, primero, ser consciente de lo que nos une y no de lo que nos separa. Hacer foco en si nos estamos haciendo las preguntas correctas: cómo estamos consumiendo; qué tengo mi círculo más cercano para cambiar prácticas desde lo real; cuáles son los hechos que hacen que esa elección o esa mirada de desarrollo suceda, entre otras. Al mismo tiempo considero que no generamos modelos sostenibles, si no nos embarramos, entendemos la realidad y la creamos con el otro. En nuestro caso salir y recorrer el Uruguay es fundamental para ayudar a cambiar rápido. Además de hacernos estas preguntas, me parece que tenemos que conectar con las personas y construir desde la coincidencia. Después que respondemos las interrogantes y encontramos las coincidencias, debemos generar un proceso bueno de la toma de decisiones. Creo que ese es el camino rápido.

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