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Las cinco claves a la hora de bañar al bebé y evitar riesgos de ahogamiento

Contrariamente a lo que se suele pensar, no es necesario que haya una enorme cantidad de agua para que el niño quede sumergido y no pueda respirar.

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Las claves para el baño del bebé
Las claves para el baño del bebé
Foto de Nihal Karkala en Unsplash

Guadalupe Herraiz es la creadora de la asociación civil Nademos por los niños, instructora de asistencia acuática y autora del libro “La cara oculta del agua”, donde expone en detalle cuáles son los riesgos y las necesidades a abordar en la lucha contra el ahogamiento infantil. En diálogo con El País contó cuáles son las cinco claves a tener en cuenta a la hora de bañar a los bebés y evitar riesgos innecesarios.

En Uruguay, el ahogamiento infantil es la primera causa de muerte por causas no violentas en niños de 0 a 5 años y la segunda en los de 5 a 15 años. Y, contrariamente a lo que se suele pensar, no es necesario que haya una enorme cantidad de agua para que el niño quede sumergido y no pueda respirar. Una bañadera es suficiente.

Los cinco puntos más importantes para evitar riesgos a la hora del baño

  1. “Cuando es aseo, que sea solo eso. Que se trate de una higiene corporal y al terminar, afuera. El cerebro entiende que es aseo y nada más”.
  2. “Utilizar la cantidad de agua que se requiere y no más. No llenar una bañera y llenarla de juguetes cuando se trata de higiene personal”.
  3. “Echarle agua en la cara al niño. Aunque en el momento le moleste, esto evitará que luego sea intolerante al agua en cara y no pueda respirar ante un imprevisto. Conozco casos de madres que, porque al niño le molesta el agua en la cara, no se la lavan, y eso no puede ocurrir”.
    Bebé jugando con una toalla
    Bebé jugando con una toalla
    Foto de Alexander Grey en Unsplash
  4. “Si el baño se puede hacer con duchero del tipo teléfono, es lo mejor. No recomiendo que se haga en una bañadera o en un recipiente donde el agua se acumule. Lo mejor es que el agua corra y se vaya.
  5. “En caso de que deba realizarse en un recipiente, que la lámina de agua tenga como máximo unos cinco centímetros. La referencia es que, si el niño está sentado, el líquido no tape el grosor de la pierna.

El objetivo es que si el niño llegara a caer de espaldas, su boca y nariz queden fuera del agua.

Y, si pese a todo, se quiere jugar durante el baño: “poca agua y muchos chiches”, dijo Herraiz.

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