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Visión de empresarios uruguayos que exportan a Argentina ante el cambio de gobierno y nuevas reglas comerciales

Los exportadores que tienen negocios con el país vecino señalan que mantienen expectativa y cautela ante un nuevo escenario que se presenta

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Buenos Aires

Aunque Argentina se mantuvo como el cuarto destino de las exportaciones de bienes uruguayos (Brasil, China y EE. UU. primeros), el 2023 representó una caída drástica en sus volúmenes. Medidas en dólares, las exportaciones de bienes a ese país se redujeron un 49% con relación a 2022, de acuerdo con el último informe de la Unión de Exportadores del Uruguay.

Pero las medidas tomadas por el nuevo gobierno argentino podrían abrir otras perspectivas entre empresarios uruguayos.

«Argentina es el destino n.°1 de las exportaciones de servicios» explica Facundo Márquez, presidente de la Unión de Exportadores. «En cuanto a la exportación de bienes, a pesar de que cayó casi un 50%, sigue siendo muy importante. Su relevancia es muy alta para cualquiera de las dos formas de exportación».

En Argentina funcionaba el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que implicaba un proceso discrecional para permitir las importaciones. Desde el 26 de diciembre, el régimen fue sustituido por el Sistema Estadístico de Importaciones. De este modo, las declaraciones de importaciones ya no requerirán de una licencia otorgada por la Secretaría de Comercio.

Caída. Medidas en dólares, las exportaciones de bienes a Argentina se redujeron un 49% con relación a 2022, de acuerdo con el último informe de la Unión de Exportadores del Uruguay.
Caída. Medidas en dólares, las exportaciones de bienes a Argentina se redujeron un 49% con relación a 2022, de acuerdo con el último informe de la Unión de Exportadores del Uruguay.
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«Es muy significativo que se hayan eliminado los permisos de exportación», dice Márquez. «Antes había tres actores, el exportador uruguayo, el importador argentino y el gobierno que tenía un peso discrecional. Ahora pasa a ser un relacionamiento entre importadores y exportadores, que tienen que ponerse de acuerdo. Lo que todavía no está claro es el sistema de pagos. Esto es un día a día y las nuevas operativas de exportaciones están todavía bastante trancadas».

El primer escollo

La cuestión de los pagos es un tema que se repite entre exportadores, como una de las principales incógnitas a resolver. El Banco Central de Argentina dispuso ciertas medidas para garantizar el acceso de los importadores al mercado de cambios, mediante un sistema escalonado (por rubros) y con menos requerimientos. Desde la Unión de Exportadores, señalan que existen adeudos de exportaciones pasadas por aproximadamente US$ 20 millones. Estas deudas surgieron porque el Banco Central no les dio los dólares a los importadores, a pesar de que se habían cumplido los plazos estipulados. Una alternativa que se maneja es que el gobierno les entregue bonos a los importadores, para que puedan amortizar su deuda, aunque, según Márquez, «es una alternativa que todavía necesita ser reglamentada».

Alberto Brause, gerente general de la multinacional Darnel en la región sur (fabrica de envases reciclables para la industria de alimentos), concuerda con la identificación de ese problema. «Lo que pasa en el mercado es una situación de cautela, ya que no está claro cómo hará el gobierno argentino, primero que nada, para ponerse al día con los adeudos que son muchísimos», afirmó.

El empresario explicó que el SIRA implicaba que, si se conseguía la liberación del dinero, el exportador uruguayo debía esperar 180 días para cobrar. Pero incluso cuando se cumplía ese plazo, había ocasiones en que aparecían nuevas restricciones que posponían la posibilidad de pago. «Hoy diría que está un poco parado todo, a la espera de instrucciones precisas y definiciones. Pero es verdad que se abren perspectivas interesantes, porque no habría un sistema tan restringido ni proteccionista», aseguró.

Envases resq de Darnel. Foto: Gentileza Darnel.

Darnel sufrió una caída progresiva de su facturación en relación con sus exportaciones a Argentina en films de PVC y bandejas de poliestireno expandido. Históricamente, ese mercado representaba un 25% de sus exportaciones en esos productos, pero bajó aceleradamente desde la pandemia, hasta el 2023, cuando llegó a un 9%.

Con otra óptica, Pablo Bringas, gerente de comercio exterior de Laboratorios Microsules (productos veterinarios y para el agro), considera que hay potencial en el mercado argentino, a pesar de que las dificultades de cobro causen «importantes» pérdidas financieras, que hacen que «no exista mucho estímulo para exportar», afirma. Y agrega que no tiene claro cuál será la repercusión de los cambios del nuevo gobierno, ya que dependerá del tipo de cambio que se maneje a futuro. «Por supuesto, para nosotros Argentina sería un muy buen mercado, si estuviera en condiciones normales. Pero no me acuerdo de condiciones normales argentinas desde hace muchísimos años», remató Bringas.

De acuerdo con una nota publicada en La Nación, fuentes del gobierno argentino aseguraban que, si bien el nuevo sistema agilizará los procesos, no preveían un «aluvión» de importaciones. En Uruguay, para la Unión de Exportadores lo que importa es la caída del 49% sufrida en 2023, por lo que su objetivo base es la recuperación de eso. Esa reducción, por otra parte, no se habría dado solamente por los permisos discrecionales del SIRA, sino también por la falta de certidumbre que implicaban los cobros.

En ese sentido, Márquez es concluyente: «Si empieza a haber certidumbre, se retoma el ritmo. Y si Argentina comienza a funcionar desde lo económico, nuestras exportaciones deberían crecer».

El competidor

En materia de comercio exterior, Argentina cumple tres roles en relación con Uruguay. Por un lado, es un país cliente, porque es destino de exportaciones de bienes y servicios. Por otro lado, es socio, si se toma en cuenta todo lo relacionado con el Mercosur y con la estrategia de inserción internacional. Y, al mismo tiempo, es competencia como exportador hacia otros destinos. En este tercer aspecto, es donde podrían producirse cambios, ya que las medidas implementadas por el nuevo gobierno podrían facilitar las exportaciones. Un ejemplo de ellos es la industria de la pesca uruguaya, donde se da una coincidencia.

Argentina no es destino para productos pesqueros nacionales, según informan desde la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay. Su presidente, Juan Riva-Zuchelli, también director de Urexport, cuenta que Argentina ha sido una competencia importante en lo que tiene que ver con la pesca específica del Río de la Plata y el frente marítimo desde hace 50 años.

Esto significa que los barcos de cada país comparten esas áreas, con excepción de las 12 millas que corresponden a la jurisdicción exclusiva. Ambos pescan lo mismo y comparten destinos similares, como los países de la costa oeste de África.

«Argentina, en general, tiene menos costos debido a su moneda», explica Riva-Zuchelli. «Siempre fue así, aunque la calidad uruguaya ha sido mejor y los clientes han estado dispuestos a pagar algo más por esa diferencia de calidad. Pero cuando la diferencia se hace muy grande, ya no hay precio que permita tomar esa decisión».

Por su parte, desde la Unión de Exportadores, se dice que el ejemplo más claro de un eventual escenario de competencia acelerada por las medidas del gobierno podría estar en rubros como la carne y los granos.

Desde Microsules, Bringas afirma que Argentina es un país competitivo. «Si se tiene en cuenta que los salarios de gente muy especializada podían rondar los US$ 500, compensaban las retenciones del gobierno a las exportaciones», explicó. «De hecho, productos desde ese país ingresaban a Uruguay a valores muy competitivos. Exportan mucho porque los salarios y la energía son más bajos», detalló.

En lo que tiene que ver con los cambios del gobierno, Bringas afirma que aún no es posible evaluar la repercusión que tendrán. De todos modos, concluye que «en este mundo globalizado, hoy competencia son todos. Y dentro de Uruguay, es peor para nuestra industria el contrabando que viene de Brasil».

Para Brause, es claro que si Argentina se volviera más competitiva, podría hacer frente a Uruguay en otros mercados. Sin embargo, se pronuncia con cierta cautela, ya que en su rubro, Argentina ya tenía una «exportación interesante», por lo que podría no haber un gran cambio. Analiza un factor en particular: «Desde Darnel, un factor al que tenemos que estar atentos es que, en el mediano plazo, si el país tiene menos restricciones para compraventa, su mercado sería más competitivo, al permitir el ingreso de más productos de China y otros orígenes. Pero yo veo con optimismo que puedan normalizar la compraventa, porque esa es la ley del mercado y así como nos adaptamos en otros países, lo podremos hacer allá», concluyó.

Sobre caídas y ascensos de ventas hacia Argentina

La Unión de Exportadores elaboró una planilla en base a datos de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) de Uruguay que indica la evolución de las exportaciones a Argentina. En ella, repasa el cambio en 79 rubros, ocurrido entre 2022 y 2023. De esos, 43 tuvieron una reducción. Los que manejan mayores volúmenes en dólares son las semillas, la fundición, los productos químicos y los farmacéuticos, los vehículos, los plásticos, el jabón y productos de limpieza. Los sectores que tuvieron aumentos fueron 29, rubros que, con excepción del descrito como «máquinas y aparatos de grabación», manejan volúmenes de venta mucho menores a los de los sectores que más caída experimentaron. Facundo Márquez, presidente de la Unión de Exportadores, destaca la caída en la exportación de soja. Detalla que en 2022 hubo 17 empresas uruguayas que exportaron soja a Argentina, mientras que el año pasado solamente lo hicieron cinco. «Se debe a que el año pasado Argentina abrió una línea de compra excepcional y puntual para la soja uruguaya, debido a la falta de producción paraguaya. A esto se sumó la baja producción de soja en 2023 y la sequía».

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