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Con sabor hogareño y tecnología, En casa busca revolucionar el delivery

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Apetito emprendedor. Martín Larre, Ignacio Gallo y Guillermo Sosa están detrás del proyecto junto a Marcos Lombardo.

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Emprendimiento foodtech coloca 1.500 platos semanales y proyecta duplicar la cifra para fin de año

Apetito emprendedor. Martín Larre, Ignacio Gallo y Guillermo Sosa están detrás del proyecto junto a Marcos Lombardo.
Apetito emprendedor. Martín Larre, Ignacio Gallo y Guillermo Sosa están detrás del proyecto junto a Marcos Lombardo. (Foto: Darwin Borrelli)

Con espíritu inquieto, cuatro emprendedores se proponen repensar el delivery de comida a través de la venta de platos caseros, donde la tecnología es el ingrediente principal para llegar rápido y con precios económicos al cliente.

«En casa», el nombre del proyecto, reúne a dos emprendedores tecnológicos, Martín Larre (Sinergia) y Marcos Lombardo (Prestable), con dos del mundo de la gastronomía, Ignacio Gallo (dueño de Culto café) y Guillermo Sosa (socio de Futuro Refuerzos). De ese encuentro surgió En Casa, como una solución a los problemas que los socios identificaron en el delivery. «Lo que veíamos era que la comida era siempre la misma (hamburguesas, chivitos, pizza y milanesa), los precios altísimos, el tiempo de demora (...), la gente come frío del delivery», analizó Gallo.

Con una inversión de US$ 80.000, En casa busca responder con innovación a cada punto. «Vemos el proyecto en la categoría foodtech», acotó Larre. El emprendimiento produce desde una hidden kitchen («cocina fantasma») que está equipada con tres cámaras refrigeradoras, dos hornos de última generación y un abatidor, un equipo que permite enfriar los alimentos rápidamente conservando sus aromas y sabores, y extendiendo la frescura del plato. El objetivo es evitar un mal de la industria que es preparar, calentar y recalentar la comida. La recomendación al usuario es que una vez que hizo el pedido, encienda el horno.

En casa se comporta más como una startup que como un restaurante convencional. Se miran constantemente las métricas para evaluar ventas, y para decidir iteraciones o cambios en los platos para ajustarlos a los consumidores

«Terminamos creando este producto, que es comida para todos los días para comer en tu casa», resumió Gallo. «Convertimos un problema en una ventaja, porque solucionamos el tema de la velocidad, ya que vamos súper rápido porque como la comida está pronta no tiene tiempo de elaboración (extra). Eso incide también en el precio, porque permite producir de forma más inteligente y utilizar mejor los recursos», resaltó.

En casa se comporta más como una startup que como un restaurante convencional. Se miran constantemente las métricas para evaluar ventas, y para decidir iteraciones o cambios en los platos para ajustarlos a los consumidores.

Sin embargo, el diferencial radica en ofrecer «comfort food»: «Es comida como la que te hace tu madre, tu abuela», definió Sosa, quien lidera la cocina. Los platos, que llegan con instrucciones para terminar de preparar en el hogar, tienen como opciones más pedidas la lasaña, canelones, pastel de carne y entraña.

«La respuesta nos pasó por arriba», graficó Gallo. Por semana venden 1.500 platos, y ya prevén duplicar la cifra para fin de año. Los precios son atractivos: se puede almorzar por $ 140 y cenar por $ 180.

«Vamos por revolucionar la comida delivery», prometió Gallo, y enseguida elevó la apuesta: «Nuestra meta es ser el que más vende por delivery».

Los planes incluyen sumar a chefs reconocidos y dar el salto al exterior

Por su parte, En casa tiene su logística interna para cumplir con la entrega en 15 minutos (el delivery lo hacen las plataformas PedidosYa y Rappi); además de la «cocina fantasma» en Punta Carretas, tiene un punto de distribución que le da cobertura entre Buceo y parte del Centro (calle Ejido). Antes de fin de año sumarán otro para llegar a Ciudad Vieja y Aguada.
Como otra línea de crecimiento, el proyecto prevé sumar a chefs reconocidos. La idea es que los profesionales diseñen sus platos y el equipo de En casa los prepare. A cambio, los chefs cobrarán un royalty.

«Después hay que pensar en cómo seguir escalando acá o dar el salto internacional», dijo Larre, convencido del potencial del proyecto. «Tratamos de generar una experiencia y creo que con buen resultado».

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