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¿Cómo manejar la amistad en la empresa cuando hay jerarquías?

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Liderazgo

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El tema es delicado y puede poner en jaque la confianza

Es natural, en empresas que mantienen un buen ambiente laboral, que las personas generen lazos que trasciendan el horario de trabajo. También sucede, al sortear juntos una situación difícil, en proyectos nuevos, cuando dos o más personas hacen carrera juntas en una organización, entre otros. Desde compartir un after office, un asado el fin de semana, o hasta coordinar las vacaciones juntos con las familias respectivas, son situaciones más cotidianas de las que podemos imaginar. Las vivencias y vicisitudes organizacionales van tejiendo historias comunes que alimentan los vínculos personales.

Sin embargo, a menudo se observa la enorme confusión que se genera cuando quien lidera un equipo necesita fijar límites o establecer una posición contraria al equipo con quien tiene total o parcialmente una excelente relación o lazos de amistad. El problema no es la amistad, sino el no saber o no poder separar las cosas cuando se habla de trabajo.

Cuando no existe la madurez necesaria en algunas de las partes para comunicarse de manera objetiva en situaciones vinculadas con el trabajo, separar las cosas puede resultar difícil. El jefe se siente sin herramientas para manejar la situación, al tener que marcar un error, una decisión o una posición y sostenerla. Su miedo a no ser comprendido, a ser interpelado por sus amigos, a perder esa relación especial que los une, a no ser querido por su equipo, lo paraliza y muchas veces lo enoja, aunque a veces no llegue a expresarlo. El diálogo interior aumenta, puede aparecer malestar hasta sentirse incapaz de manejar la situación.

Liderar implica responsabilidad y compromiso con la empresa, con los pares, con el equipo y con uno mismo. El autoconocimiento y lo que se hace a partir de eso es clave. Cualquier movimiento que ponga en jaque la confianza puede afectar las relaciones y también los resultados.

Sin lugar a dudas es un tema delicado que no se agota en esta mirada que les comparto.

Algunas recomendaciones para poder transitar situaciones de este tipo:

1- Tener presente para qué se ocupa una posición de jerarquía. Preguntarse: ¿para qué ocupo esta posición?, ¿qué se espera de mí?, ¿cuál es mi rol?, ¿para qué me pagan? Por ejemplo, cuando se promociona a alguien del equipo, ¿la elección es por meritocracia o se prioriza la amistad? Cuando hay que despedir a una o más personas y el líder tiene vetado comentarlo, ¿lo comenta igual?

2 - Coherencia. Si una persona quiere ocupar una posición de relevancia en el organigrama, es sumamente importante ser coherente y consecuente con las acciones. Por otro lado, esto no significa alejarse de los compañeros de trabajo como tampoco implica cortar lazos de amistad. Es muy necesario comprender que hay decisiones que son confidenciales, que hay tareas que deben cumplirse y que no siempre las acciones que se necesiten llevar adelante son populares. Ejemplo: si el líder acuerda determinadas acciones con su jefe que implican decisiones poco populares con algunas personas del equipo, ¿qué hace?, ¿cómo podría manejarlo de manera que no afecte su rol y lo que se espera, con la amistad que lo une a la persona? ¿Qué prioriza: su rol profesional o la amistad?, ¿cuál es el equilibrio?, ¿qué tipo de conversaciones puede mantener?

3 - Separar las cosas y poner límites. Es imprescindible para poder trabajar con objetividad. Ejemplo: Si dentro de su equipo, su amigo de manera recurrente no cumple con su trabajo y recarga al resto, ¿qué debería hacer el líder?, ¿cómo podría manejar la situación?

4 - Comunicación. Generar ámbitos formales para comunicarse, mantener conversaciones de manera regular para poder corregir posibles desvíos y ser cercano sin perder la objetividad pueden ayudar a congeniar lo laboral con lo personal.

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