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ElUS Open inició su primera semana de acción y si bien cuenta con varias figuras -como el vigente número 1 del ranking ATP Daniil Medvédev, el crack español Rafael Nadal y la leyenda estadounidense Serena Williams, entre otros-, el torneo perdió a una de las máximas estrellas del tenis sin siquiera haber pisado el circuito de Flushing Meadows en Nueva York. El serbio Novak Djokovic, exnúmero uno del mundo, anunció previo al inicio de la competición que no participaría ya que no puede ingresar a EE.UU. por no estar vacunado contra el covid-19.

«Lamentablemente, no podré ir a Nueva York en esta ocasión para el US Open. ¡Buena suerte a mis colegas jugadores! Me mantendré en buena forma y con un estado de ánimo positivo esperando poder volver a la competición», escribió «Nole» en su cuenta de Twitter.

Djokovic defiende a ultranza la idea de que las personas sean libres de elegir si quieren inmunizarse contra el coronavirus. En su caso decidió no vacunarse, incluso si esa decisión lo deja afuera de los principales torneos, con el costo deportivo y económico que conlleva. «Es un precio que estoy dispuesto a pagar», aseguró el tenista en febrero a BBC.

Un punto extra en esta polémica ausencia del US Open es la llegada como sponsor del torneo de la farmacéutica Moderna, responsable de una de las vacunas contra el covid-19.

Algunos fanáticos han llevado a Twitter sus sospechas de que la mera presencia de la compañía en el torneo tuvo que ver con la decisión de Djokovic.

Para la farmacéutica, invertir en el US Open es una forma de intentar educar a las personas sobre cómo está utilizando el ARN mensajero para otros avances médicos en el tratamiento de personas con cáncer, enfermedades metabólicas y otras afecciones, según explicó un artículo de la revista Ad Age.

Para Djokovic, ganador de 20 títulos de Grand Slam, no es la primera vez que su postura sobre la vacuna contra el covid-19 le trae problemas dentro y fuera del court.

En enero fue deportado de Australia tras ser considerado una «amenaza para la salud pública» por las autoridades.

La escandalosa salida no solo le impidió a «Nole» jugar el Abierto de Australia, torneo que ganó nueve veces para ser el más laureado en su historia, sino que salpicó su imagen ante sus patrocinadores. Las marcas le pagaron US$ 30 millones el año pasado, a los que se suman US$ 4,5 millones por premios deportivos. La fortuna del tenista supera los US$ 160 millones.

Tras el episodio, Lacoste emitió un comunicado donde dijo que pediría explicaciones a su embajador de marca. Sin embargo, la sangre no llegó al río y ambas partes renovaron su vínculo hasta 2025. La marca francesa de vestimenta es el principal patrocinador del serbio; le paga US$ 8 millones al año, según la revista Forbes.

El grupo de socios comerciales del tenista incluye además a Asics, Head, Hublot, Lemero, NetJets, Raiffeisen Bank International y Ultimate Software Group.

De esa lista se bajó el fabricante automotriz Peugeot, que finalizó su contrato con Djokovic en marzo, aunque la ruptura no habría estado supeditada al estado de vacunación contra el coronavirus del jugador sino a cuestiones financieras de la compañía, según informaron medios deportivos internacionales.

Por lo visto, el rival que más dolores de cabeza la ha traído al múltiple campeón serbio ni siquiera usa raqueta.