OPINIÓN
Nuevas ideas para la administración de empresas.
La World Management Survey (WMS) es una iniciativa mundial para medir la calidad del management en las empresas mediante una encuesta que releva las prácticas de gestión en 5.000 empresas, que emplean entre 100 y 5000 personas en 35 países.
La WMS mide las prácticas de gestión en tres áreas clave. Primero, el establecimiento de objetivos: ¿las organizaciones establecen objetivos precisos, toman las medidas adecuadas para conseguirlos y hacen un seguimiento de los resultados? En segundo lugar, las actividades de control: ¿qué tan bien monitorean las organizaciones lo que sucede dentro de la empresa, comunicando los resultados a los distintos equipos y utilizando esta información para la mejora continua? En tercer lugar, gestión de las personas y el uso de incentivos adecuados: ¿las organizaciones promueven y recompensar a los empleados en función del desempeño, priorizando la selección cuidadosa de las personas y tratando de retener y motivar a sus mejores empleados?
La encuesta es relevada en base a información obtenida en entrevistas con ejecutivos de nivel alto de las empresas, que luego es codificada en términos de “buenas prácticas” o “malas prácticas” de management. En total, se relevan 18 ítems utilizando puntuaciones que van desde 1 (peor) a 5 (mejor).
La WMS otorga una puntuación baja si una empresa se propone objetivos poco ambiciosos o que solo miran al corto plazo, si no hay un seguimiento permanente del desempeño, o si las medidas de desempeño no son claramente consideradas a la hora de decidir promociones.
De acuerdo con la metodología de la WMS, una organización mal administrada no logra evaluar el desempeño de sus equipos, no tiene objetivos claramente definidos o comunicados y constantemente pierde talento que se mueve hacia otras organizaciones. Por el contrario, la WMS asigna una puntuación alta en los casos que las empresas supervisan con frecuencia, si hay procesos de mejoras continuas, si las políticas de recursos humanos permiten un diálogo constante entre los gerentes y sus equipos o si las evaluaciones del personal favorecen el desarrollo de las carreras de las personas con más alto rendimiento con independencia de otros factores como la antigüedad en la organización.
No es fácil definir qué es el management. La metodología impulsada por la WMS propone que la "buena gestión" —como se entiende comúnmente— está sintetizada en una medida central que se construye simplemente utilizando el promedio de los 18 puntajes de los indicadores recolectados en la encuesta. Distintos investigadores han utilizado el indicador de buena gestión de la WMS para estudiar si el buen management puede asociarse a los buenos resultados empresariales. Nicholas Bloom (de la Universidad de Stanford) y John Van Reenen (del MIT) son dos de los impulsores de la WMS.
En sus trabajos, realizan distintos análisis de correlaciones utilizando la información de las prácticas empresariales de la WMS junto con varias medidas de performance de las empresas recabadas y encuentran que las empresas con "mejores" prácticas de gestión tienden a tener un mejor desempeño en una amplia gama de dimensiones: son más rentables, más productivas, crecen más rápido y tienen mayores tasas de supervivencia.
La evidencia mencionada revela correlaciones entre la calidad de la gestión empresarial y los resultados económicos. Sin embargo, no es posible hablar de causalidad, en el sentido que no es lógico decir (en base a la evidencia de la WMS) que “el buen management causa los buenos resultados económicos de las empresas”. Es muy difícil distinguir la causa y el efecto de estos resultados y no podemos hablar de una dirección de causalidad. Por ejemplo, podría ser que mejores prácticas de gestión mejoren el desempeño; o tal vez cuando las empresas se están desempeñando mejor tienden a mejorar sus prácticas de gestión (por ejemplo, porque tienden a contratar gerentes más profesionales que impulsan tanto un mejor rendimiento como una gestión mejorada).
Esta incapacidad para distinguir causa y efecto en el análisis del desempeño de la gestión es obviamente una limitante. De todas maneras, la información de la WMS permite realizar un análisis descriptivo de qué empresas realizan mejores prácticas de gestión y si esas mejores prácticas de management pueden ser asociadas a los mejores resultados económicos de las empresas.
¿Qué empresas tienen mejor management?
Bloom y Van Reenen (2010), en su trabajo “Why do management practices differ across firms and countries?” muestran un número importante de regularidades sobre las prácticas empresariales de distintas clases de empresas. Por ejemplo, encuentran que las empresas multinacionales generalmente están mejor administradas que las empresas de los distintos países. Las multinacionales también trasladan sus estilos de gestión al extranjero. Otro resultado interesante es que las empresas exportadoras están mejor gestionadas que las no exportadoras nacionales. Dentro de las empresas exportadoras, los exportadores multinacionales están mejor gestionados que los exportadores nacionales. Las empresas que tienen acciones cotizadas en mercados de valores suelen tener estándares altos de gestión. Las empresas que tienen participaciones de inversores de private equity también suelen cumplir con altos estándares.
Otros resultados interesantes indican que las empresas familiares tienen menores estándares de gestión. Por otro lado, las empresas de propiedad estatal suelen estar mal gestionadas, de acuerdo a la metodología de la WMS. En concreto, Bloom, Sadun y Van Reenen (2012) explican en su artículo en la Harvard Business Review que las empresas estatales tienden a ser especialmente malas en motivar a los buenos empleados y en reemplazar a los malos trabajadores.
Más evidencia
Una nueva serie de estudios basados en experimentos permiten dar una nueva mirada a la pregunta sobre si las diferencias en la gestión empresarial causan diferencias claras en el desempeño. Por ejemplo, Bloom, Eifert, Mahajan, McKenzie y Roberts (2013) en un trabajo publicado en el Quarterly Journal of Economics basado en un experimento llevado a cabo en grandes empresas textiles en India. Los investigadores, junto con equipos de consultoría, organizaron capacitaciones gratuitas sobre prácticas de gestión modernas a un conjunto de plantas industriales y compararon su desempeño de esas plantas “tratadas”, con el de otras plantas en las que no hubo nuevas capacitaciones.
Esencialmente, la capacitación pasó por ayudar a los gerentes a diseñar objetivos, a establecer incentivos y a monitorear los resultados. Los resultados encontrados indican que la adopción de las nuevas prácticas de gestión tuvo tres efectos principales. Primero, aumentó la productividad promedio en un 11% a través de mejoras de la calidad (menos productos defectuosos) y la reducción de los inventarios (en 20%). Otro impacto relevante de las capacitaciones es que impulsaron la descentralización de la toma de decisiones, ya que un mejor flujo de información permitió a los propietarios delegar más decisiones en los mandos intermedios. Esta mayor delegación se vio en temas como nuevas contrataciones y hasta algunas decisiones de nuevas inversiones. El tercer impacto fue un aumento de la recolección de datos y la sistematización del análisis de los resultados.
Se sabe menos sobre las circunstancias que llevan a las empresas a adoptar mejores políticas de gestión. Sin embargo, creo que vale la pena considerar nuevas ideas para la administración de empresas, que a veces son sencillas y que normalmente están asociadas a mejores prácticas de gestión, una mayor motivación de los trabajadores y, en definitiva, a mejores resultados empresariales.
(*) Director Maestría en Finanzas y Postgrado en Data Science de la Universidad de Montevideo.