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Impacto de un centro de educación media gratuito y autogestionado

| En los últimos años no hubo deserciones entre los alumnos del Liceo Jubilar y las tasas de repetición no alcanzan al 2%

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Los economistas Alejandro Cid, director del Centro de Investigaciones Aplicadas sobre Pobreza, Educación y Familia de la Universidad de Montevideo, y Ana Balsa, investigadora senior de dicho centro, realizaron una investigación sobre el "Impacto del Liceo Jubilar en el barrio Casavalle". Ese estudio les insumió más de un año y medio de seguimiento y les demandó un extenso trabajo de campo. Tuvieron que visitar a 241 estudiantes -88 del Liceo Jubilar y 153 de otros liceos públicos-, encuestarlos, tomarles pruebas, conocer sus hogares y dificultades, dialogar con los padres y escuchar sus visiones, temores y esperanzas. Se hizo una evaluación científica, es decir similar al testeo de un nuevo medicamento en un laboratorio a efectos de probar realmente si el modelo de ese centro de enseñanza es positivo para los adolescentes de la zona. A continuación un resumen de la entrevista con los coautores de ese estudio.

-¿Cuál es la situación de los centros de enseñanza media en los barrios de contexto socioeconómico desfavorable de Montevideo?

Alejandro Cid-La educación en Uruguay sufre una crisis profunda. El porcentaje de jóvenes que culmina la educación secundaria se encuentra entre los más bajos de América Latina: solo uno de cada tres uruguayos de 22 años logra completar doce años de educación, una cifra muy por debajo de los estándares en Chile, Argentina y Brasil. Las tasas de repetición son alarmantes, llegando a promediar el 40% en el ciclo básico de los liceos públicos de Montevideo. La mitad de la población de 15 años no alcanza los niveles de suficiencia mínima en lectura y matemática. Este problema se agudiza para los jóvenes más pobres, pertenecientes al 20% de más bajos ingresos, donde tres de cuatro adolescentes no alcanza esos niveles mínimos requeridos en lectura y matemática.

-¿Por qué eligieron al Liceo Jubilar para vuestro estudio?

Ana Balsa-Ante la situación de crisis en la educación, nos propusimos buscar experiencias educativas positivas que existan en nuestro país y que puedan aportar al debate educativo. En esta búsqueda, nos encontramos con el Liceo Jubilar, fundado en 2003 y situado en el medio de la cuenca del Casavalle, que es uno de los pocos centros de educación secundaria gratuitos de gestión autónoma en Uruguay. El atractivo de estudiar el impacto de un liceo en esa zona, es que Casavalle es uno de los barrios más pobres de Montevideo, con una tasa de pobreza de casi 75% entre los adolescentes, donde solo el 40% de los jóvenes de 18 años ha logrado culminar el ciclo básico de educación media y apenas el 8% ha terminado el bachillerato (4º, 5º y 6º grados) a los 22 años.

-¿Cuáles son los criterios de selección del alumnado por parte del Liceo Jubilar?

AB-Este liceo ofrece educación media básica (1º, 2º y 3er año de liceo) a 175 estudiantes, con unos 35 alumnos por grupo. Los criterios de selección son básicamente que la edad de los alumnos no exceda en más de un año la edad normal para cursar el ciclo básico; que provengan de familias del segmento de 15% de menores ingresos en Montevideo; y que vivan en Casavalle porque se está ayudando especialmente a las personas del barrio que tienen escasas ofertas educativas en las cercanías.

-¿Podría describir el perfil del estudiante de ese liceo?

AC-La edad promedio de los estudiantes que participaron en la selección aleatoria era de 12 años en diciembre de 2009. La fracción de las niñas superó ligeramente a la de los varones. El 70% asistía a la escuela pública, mientras que el resto estaba matriculado en escuelas privadas, donde el costo en la mayoría de los casos era altamente subvencionado o directamente gratis. Casi el 40% mostró resultados académicos pobres en las pruebas de ingreso realizadas por el Liceo Jubilar. La mitad de los niños dicen ser católicos; un 7% manifiesta ser de otras religiones y el resto reporta no profesar religión alguna. Más del 50% de los niños vivían con sus progenitores al momento de la encuesta inicial, alrededor del 20% vivía solo con la madre, y el 30% restante con madre y padrastro o con otros parientes. Solo un 5% de los jefes de familia reportó que no trabajaba. El ingreso promedio mensual del hogar era de 12.100 pesos uruguayos, a precios corrientes de 2010.

-¿Qué porcentaje de los hogares de esos alumnos son beneficiarios de los planes de ayuda estatal?

AC-Más del 50% de los hogares de los estudiantes del Jubilar son receptores de beneficios sociales, tales como la Tarjeta Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

Escolaridad

-¿Qué niveles de escolaridad se han alcanzado en ese centro docente?

AB-Una de las razones que nos impulsó a hacer este estudio es que en los últimos años no hubo deserciones del sistema educativo entre los alumnos del Jubilar y que las tasas de repetición no alcanzan al 2% de los estudiantes en este liceo. Estas cifras son destacables cuando se analizan en el contexto de una tasa de abandono del 18% y tasas de repetición de casi 40% en el ciclo básico de los liceos públicos de Montevideo.

-¿No están sesgados los resultados obtenidos por el Liceo Jubilar porque ese centro recibe a estudiantes de hogares más motivados y comprometidos con la educación?

AB-Para evitar ese problema, nuestra investigación aprovechó el hecho de que la lista de espera para ingresar al Liceo Jubilar supera en número la de los cupos disponibles y la selección se realiza por sorteo. Esta regla de asignación nos aseguró que el grupo de jóvenes que ingresó al Jubilar -o sea el grupo bajo tratamiento, en lenguaje de laboratorio- fuera similar en múltiples características en el momento de la asignación al grupo que no salió sorteado para ingresar a dicho liceo, es decir el grupo de control. Este sorteo impide que haya sesgos y permite medir el impacto comparando cómo le fue a los alumnos que entraron al Jubilar respecto a los que quedaron afuera.

-¿Cuáles eran las características comunes de los grupos?

AC-La encuesta mostró que los que salieron sorteados eran igual en promedio de edad, sexo, educación previa, religión, etc., a los que no salieron sorteados. También se encuestó a los familiares: los padres de los niños que salieron sorteados presentaban los mismos promedios de educación, número de personas por hogar, ingreso, etc. que los padres de los niños que no salieron sorteados. En definitiva, no hay nada que haga pensar que los niños y familias que entraron al Jubilar son distintos en motivación y otros aspectos de los que no entraron. Ergo, no hay ningún sesgo en este sentido.

-¿Se observan grandes diferencias en las tasas de deserción de ambos grupos?

AC-Estos primeros resultados muestran que el hecho de asistir al Jubilar redujo el riesgo de deserción del Primer Año del ciclo básico en 10 puntos porcentuales, una disminución de 100% con respecto al grupo de control. En otros términos, uno de cada diez adolescentes que no salieron sorteados para entrar al Jubilar -y se anotaron en liceos públicos- había abandonado sus estudios en Primer Año a fines de 2010, mientras que la tasa de deserción fue cero en el Jubilar. Al indagar sobre los motivos del abandono, la mayoría de los desertores, que fueron niñas, contestó que se debía a razones de inseguridad dentro del liceo o durante el traslado hacia o desde el centro educativo.

-¿Y cuáles han sido los resultados en cuanto a niveles de escolaridad?

AC-A pesar de que el tamaño promedio de los grupos en el Jubilar es de 35 alumnos frente a 26 en promedio en los liceos públicos a los que asisten los jóvenes del grupo de control, hubo un mejor desempeño académico de los estudiantes del grupo bajo tratamiento que se verifica en las tasas de repetición. El 21% de los jóvenes que no salieron sorteados y se anotaron en institutos públicos no pasó a 2|° Año del ciclo básico frente al 3% de repetición en el Liceo Jubilar. Si bien parte de esta diferencia se debe a la deserción ya mencionada, se detectan mejores resultados de promoción para el Jubilar aun cuando no se considere a los que abandonaron el curso.

Modelo

-¿Se diferencian los programas educativos del Liceo Jubilar de los que rigen para los liceos públicos?

AB-El Jubilar es un centro educativo de tiempo completo. Además de los cursos reglamentarios que tienen las mismas exigencias curriculares y metodológicas de los liceos públicos, los estudiantes están obligados a tomar cursos extracurriculares y elegir entre varios talleres educativos y recreativos. Cada alumno pasa en promedio nueve horas diarias en el centro educativo y el año escolar es de 44 semanas, o sea seis semanas más largo que en la educación pública.

El modelo educativo es altamente personalizado y centrado en la disciplina. La institución realiza un trabajo estrecho con las familias y la comunidad. Además de comprometer a los padres a participar en actividades del centro educativo, tales como la limpieza del liceo, ayuda con las comidas, acompañamiento en actividades o paseos, el liceo ofrece cursos de informática, cocina y deportes para adultos en la comunidad.

-¿Qué otros aspectos del modelo educativo inciden en la escolaridad?

AC-Algunos resultados se pueden ver comparando a los que salieron sorteados y entraron al Jubilar respecto a los que se presentaron pero no figuraron en el sorteo. En primer lugar, es interesante notar que los estudiantes del Jubilar tienen un mayor número de suspensiones durante el año. Esta diferencia, aunque poco importante en magnitud, arroja luz sobre un aspecto clave en el enfoque pedagógico de Jubilar: la disciplina.

Los estudiantes del Jubilar pasan 3,50 horas más por día en el liceo que los que no salieron sorteados y se anotaron en el liceo público, cuya permanencia es de 5,30 horas diarias. Este horario prolongado se asocia con menos tiempo de sueño y menos tiempo en la calle, según lo declarado por los encuestados.

Percepciones

-¿Cuál es la percepción de los estudiantes sobre el clima escolar en el Liceo Jubilar?

AB-La percepción favorable está 15 puntos porcentuales por encima de la de los individuos que se anotaron en los liceos públicos. Las diferencias son aún mayores en las percepciones acerca de la disciplina, el respeto y la resolución de conflictos. Solo la mitad de los jóvenes en el grupo de control cree que los estudiantes de su liceo público respetan a los profesores y al personal no docente y que el ambiente del centro educativo es disciplinado. Por lo contrario, la cifra es del 93% en el Jubilar. Además, solo el 29% de los adolescentes del grupo de control cree que los estudiantes en sus centros de enseñanza pueden resolver los conflictos sin peleas, ofensas, o amenazas, mientras que la percepción es del 81% entre los estudiantes del Jubilar.

-¿En qué medida el involucramiento de las familias en las actividades del liceo contribuye al éxito de esta propuesta educativa?

AC-Los padres de los alumnos que ingresaron al Jubilar a comienzos de 2010 y los padres de los alumnos que no figuraron en el sorteo y tuvieron que inscribir a sus hijos en un liceo público presentaban las mismas características socioeconómicas. Al cabo de un año fueron encuestados y sus percepciones difirieron significativamente. Todos los padres de los jóvenes en el Jubilar creen que sus hijos están seguros en el centro educativo y que el liceo es una fuente de apoyo cuando se encuentran en problemas. A los familiares se les exige comprometerse a ayudar de alguna manera en las actividades del liceo, mientras que solo seis de cada diez padres en la enseñanza pública informa haber colaborado con el centro educativo.

-¿En dónde se advierten las mayores críticas de los padres de los estudiantes?

AB-El 73% de los padres con hijos en liceos públicos considera que su hijo o hija aprendería más si los profesores faltaran menos. Ningún padre de los alumnos del Jubilar piensa de esta manera.

Quizás el dato más llamativo es que 61% de los padres de adolescentes en el grupo de control enviaría a sus hijos a otro centro educativo si tuviera la oportunidad de hacerlo. Pero ningún padre en el grupo de tratamiento piensa en cambiar a sus hijos a otro liceo. La nota promedio que los padres dan al Jubilar, en una escala de 1 a 12, es de 11,5. La calificación promedio del centro educativo por parte de los padres de los jóvenes que asisten a la enseñanza pública es, por su parte, de 8,3.

Donaciones y aportes voluntarios

t -¿Cómo se sostiene el funcionamiento del Liceo Jubilar?

Ana Balsa-Se financia casi exclusivamente con donaciones privadas. Las familias de los alumnos están obligadas a contribuir dentro de sus posibilidades económicas, pero estos aportes son poco significativos.

-¿Se ha estimado el costo de funcionamiento del Liceo Jubilar por alumno?

Alejandro Cid-En 2010 el presupuesto de funcionamiento del Jubilar era de US$ 1.400 anuales por alumno, aunque si se cuantifican las donaciones en especie (libros, alimentación, etc.) y el trabajo de voluntarios en los talleres vespertinos (actividades deportivas, paseos, etc.), la cifra se duplica.

En cambio, los datos disponibles en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) muestran que el gasto anual de funcionamiento del ciclo básico de Educación Secundaria era de US$ 1.279 por alumno en 2008, lo que llevado a precios del 2010 sería de aproximadamente US$ 1.470. A su vez, un centro juvenil, que sería la contraparte de las actividades vespertinas del Liceo Jubilar, recibe del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) unos US$ 1.300 al año. Esto significa que el presupuesto del Liceo Jubilar estaría en el orden de lo que el Estado gasta hoy por un joven en situación de pobreza que asiste al liceo público y a un centro juvenil en convenio con INAU.

Flexibilidad y autonomía para adaptarse al contexto del estudiante

t -¿Podría el modelo del Liceo Jubilar extenderse a centros educativos públicos?

Alejandro Cid-Nuestro estudio tiene particular relevancia en el actual contexto de cuestionamiento de la estructura centralizada y relativamente poco flexible de la educación pública tradicional en nuestro país. Sus resultados basados en la evaluación del Liceo Jubilar sugieren que una educación adecuada puede aumentar enormemente, incluso en un lapso corto, las oportunidades de los jóvenes uruguayos en situación socioeconómica crítica. El modelo educativo que propone el centro de enseñanza estudiado incluye una variedad de características que lo diferencian del modelo tradicional público y que requieren un estudio más pormenorizado. Se destacan, sin embargo, algunos elementos a los que se suele hacer referencia en la literatura científica sobre educación en regiones vulnerables, como la flexibilidad y autonomía para adaptarse al contexto del estudiante, una gestión y actividad docente en permanente sinergia con la realidad de la zona y las familias de los estudiantes, la personalización de la relación con el alumno, la extensión horaria y la disciplina.

-¿Cuál de esos elementos es fundamental para el éxito de ese modelo educativo?

Ana Balsa-En esta etapa de la investigación no tenemos elementos aún para distinguir cuál de todos estos rasgos es el más importante o si la suma de varios de ellos es lo que garantiza el efecto positivo en los estudiantes y sus familias. Lo que sí podemos decir es que ese proyecto educativo funciona y esta afirmación está avalada por nuestra evaluación científica. Esta es una de las primeras investigaciones realizadas en Uruguay utilizando una evaluación científica de impacto de programas educativos mediante un experimento aleatorio controlado, con un protocolo de investigación riguroso y usando datos estadísticos concretos.

(Continúa en la pág. 6)

Impacto de un centro de...

(Viene de la pág. 5)

ficha técnica

Alejandro Cid es máster en Economía por la Universidad de Montevideo. Es candidato a doctor en economía en la Universidad de San Andrés (Argentina). Es el director del Centro de Investigaciones Aplicadas sobre Pobreza, Educación y Familia de la Univ. de Montevideo.

Ana Balsa es licenciada en economía por la UdelaR y Ph.D en economía por la Boston University (Estados Unidos). Es investigadora senior en el Centro de Investigaciones Aplicadas sobre Pobreza, Familia y Educación de la Universidad de Montevideo.

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