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Brasil es un gran país aislado en un Mercosur fracasado

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Emanuel Ornelas –Doctor en Economía (U.Wisconsin); docente en FGV-San Pablo, especializado en comercio internacional.
Gustavo Raniere

ENTREVISTA

Si para el Mercosur la elección es entre unión aduanera o nada, esto último probablemente sea lo mejor.

El eterno proteccionismo de un país aislado en lo comercial, en el que no se vislumbra una posibilidad de cambios. Así define el economista brasileño Emanuel Ornelas a su país. Ornelas es docente en la Escuela de Economía de San Pablo (FGV), doctor por la Universidad de Wisconsin y se especializa en comercio internacional. Recientemente, publicó junto a sus colegas João Paulo Pessoa y Lucas Ferraz (Secretario de comercio Exterior de Brasil), “Política comercial de Brasil. Causas y consecuencias de nuestro aislamiento” donde advierten que el Mercosur es una parte importante del problema de Brasil como una economía cerrada, asilado de las cadenas globales de valor. Destacan como ejemplo, que la producción de un iPhone, involucra a más de diez países, “pero ni Brasil ni el Mercosur participan de ese proceso”, ni de otros similares. Próximo al trigésimo aniversario de la creación del Mercosur, Ornelas califica al bloque como “fracaso”, dice que nunca fue una buena idea formar una unión aduanera, no confía en poder modificar productivamente el arancel externo común —aunque sería necesario— y considera que la mejor opción es la flexibilización. A continuación, un resumen de la entrevista.

—El Mercosur cumple próximamente, 30 años desde su fundación. ¿Cuál es su valoración de este proceso?

—Si tuviera que usar una sola palabra, sería “fracaso”. La unión aduanera sigue incompleta. El comercio intrabloque ha aumentado mucho menos de lo esperado. Los aranceles externos comunes siguen siendo muy elevados. Los miembros formaron solo algunos acuerdos comerciales sin importancia con otros países. Y además, no hay evidencia de que la productividad aumentara como resultado del bloque.

—Pero, ¿existían realmente condiciones para que Mercosur fuera una unión aduanera exitosa?

—Realmente, nunca fue una buena idea formar una unión aduanera entre los 4 países. Un formato como el mencionado impone restricciones a las políticas de comercio exterior de cada miembro que perjudican más que ayudan.

—En su reciente libro afirman que Brasil está aislado ¿Cuán aislado?

—Si compara las relaciones comerciales de Brasil con otros países, el país está tan aislado como puede estarlo en el siglo XXI (salvo aberraciones como Corea del Norte). No importa cómo hagas el cálculo, con más o menos sofisticación, la respuesta es siempre la misma: Brasil fue, es y será una economía muy cerrada, con un sector exportador muy poco dinámico y baja participación en acuerdos de libre comercio. A pesar de ello, continúa habiendo discusión sobre ese tópico en el debate nacional, cuando los hechos nos demuestran que no hay espacio para dos opiniones. Precisamente, la portada de nuestro libro, así como su título, “Politica Comercial No Brasil - Causas E Consequencias Do Nosso Isolamento”, resaltan ese hecho.
Las posibilidades de hacer el país más abierto dependen de que tengamos un líder con voluntad de implementar medidas a las que se oponen los grupos proteccionistas internos (además de los temas del Mercosur mencionados anteriormente). Para ser justos, el gobierno actual se está moviendo en esa dirección. Quizás no lo suficientemente rápido, pero lo hace.

—Las opciones electorales para el año próximo ubican a Bolsonaro y a Lula como fuertes candidatos. ¿Esos nombres alientan alguna expectativa desde el punto de vista aperturista?

—En una futura elección con Bolsonaro (sin Guedes) y Lula, las perspectivas de apertura son escasas.

—Se debe concluir que Brasil, en su esencia, es proteccionista…

—En esencia, sí. Dedicamos un libro entero a este tema, ya que hay muchas dimensiones relevantes que explican esta situación. Y las consecuencias son graves: por privilegiar un grupo muy pequeño de nuestra sociedad, estamos perdiendo grandes oportunidades para mejorar las condiciones materiales y la calidad de vida de buena parte de la población de nuestro país.

—¿Cuál es el costo para los brasileños de las políticas comerciales de los últimos 20 años?

—El costo principal son las muchísimas oportunidades perdidas. Oportunidades para incrementar los niveles de consumo y bienestar, así como la productividad de la economía. La sociedad podría ser mucho más rica hoy de lo que es actualmente.

—¿En realidad, ha existido en algún momento el deseo de ser una economía más abierta?

—Según una encuesta del Latinobarómetro en 2018, el 67% de los entrevistados en Brasil estaban a favor de incrementar el comercio con otras naciones. Por tanto, no todos tienen ese deseo, pero sí la mayoría de la población., aunque no sea así en los líderes.

—¿Cómo han afectado las tendencias de apertura del comercio mundial en las últimas décadas a Brasil y al Mercosur?

—En realidad, no ha habido cambios sustanciales en nuestros países. El mundo se ha liberalizado, mientras que los socios del Mercosur se estancaron.

—¿Qué papel le compete a los industriales brasileños en el aislamiento comercial al que refiere?

—Son fundamentales para explicar el aislamiento. Son precisamente los industriales, de diversos sectores, los que se benefician de la protección a expensas de la sociedad en general. No es de extrañar que muchos de ellos se sigan oponiendo a cualquier tipo de liberalización comercial.

—¿La baja productividad de la industria brasileña es la razón que está detrás de esta postura?

—Es una falacia pensar que un país necesita primero cierto nivel de productividad para competir libremente. El objetivo principal de un entorno más competitivo es precisamente mejorar la productividad en la economía.
La baja productividad en Brasil tiene muchas causas, desde un régimen tributario ineficiente hasta un sector público sobredimensionado y malos niveles educativos, entre otras. La escasa cercanía del país al comercio internacional también es culpable y un mercado más abierto mejoraría la productividad agregada del país, pero no "resolvería" el problema, en el sentido de llevar la productividad del país a los niveles de una economía rica. Ese es un factor importante, pero solo uno de ellos.

—¿La sociedad brasileña recibe beneficios por ser parte del bloque? Ustedes ponen énfasis en el libro en los precios de los productos importados…

—Los precios de los productos importados se mantienen altos, precisamente porque los aranceles externos del bloque siguen siendo altos. Esto es excelente para las empresas protegidas dentro del bloque y terrible para los consumidores que tienen que pagar altos precios por productos de baja calidad.

—Flexibilizar el Mercosur, permitiendo a sus socios adquirir diferentes velocidades en las negociaciones con terceros países, ¿es una salida?

—En mi opinión, es la mejor salida. Si el bloque se convirtiera en un área de libre comercio en lugar de una unión aduanera, como lo fue en sus primeros años, cada miembro sería libre de cambiar sus aranceles externos y de acuerdos comerciales con otros países como lo desee. La investigación en otros contextos muestra que esto conduciría a una liberalización beneficiosa en los cuatro países.

—¿Modificar el Arancel Externo Común es otra opción?

—Es una opción, pero probablemente no funcionará en la práctica. Diversas investigaciones han demostrado que, en las uniones aduaneras, existen fuerzas que tienden a mantener el AEC relativamente alto. El Mercosur no es la excepción.

—¿Qué puede esperar Uruguay de Brasil como socio del Mercosur?

—Si el bloque no ha sido útil para Brasil, probablemente sea más perjudicial para Uruguay y Paraguay, las economías más pequeñas. Los sectores ineficientes protegidos por el Arancel Externo Común en Brasil tienen libre acceso a la economía uruguaya. Claramente, Uruguay se beneficiaría mucho más si dejara entrar importaciones de fuera del bloque sin tener que incurrir en el alto AEC.

—Dadas las definiciones que mencionó antes, ¿realmente se beneficia Brasil de adherir al Mercosur en las condiciones actuales?

—El Mercosur puede ser útil para Brasil, si el bloque se convierte en un área de libre comercio, como dije antes, pero si la elección es entre una unión aduanera o nada, esto último probablemente sea lo mejor. En las condiciones actuales, es un obstáculo.

—¿Cuál es el debate en Brasil en este momento? ¿Tiene el gobierno una posición única?

—Creo que existe una comprensión cada vez mayor de que el Mercosur, en su forma actual, no ha entregado lo que se esperaba en sus inicios. Sin embargo, esto aún no es un consenso.

—¿Y cuál es entonces el escenario tentativo?

—Las negociaciones entre los cuatro miembros, y especialmente los dos más grandes, nunca han sido fáciles, por lo que es muy difícil predecir nada. Es complejo pensar en una salida a este estado de situación. De todos modos, no hablamos de acabar con el Mercosur, sino de corregir todo lo que impide que sus países comercien con libertad con el mundo.

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