Después de planificar durante tres años, lograr coincidir las licencias de 24 personas, juntar pesito a pesito, gestionar teatros y rogar para que salga, la murga Metele Que Son Pasteles se tomó un mini recreo del Carnaval uruguayo para cumplir su anhelo de mostrar su arte en la Madre Patria.
El espectáculo que reúne lo mejor de sus 18 años de vida y clásicos murgueros tiene cinco fechas confirmadas: arrancó el 2 de febrero en Getafe y culmina el 15 en Agüimes, localidad en Gran Canaria al noroeste de África.
“Desde que tengo memoria y estoy en los Pasteles hemos soñado con venir a España por una cuestión de afinidad y de que hay carnaval. Necesitábamos la excusa de cumplir 18 años para darnos ese gusto”, asegura Alejandro García, director escénico de la murga, en diálogo con Domingo desde Europa. Y agrega que transcurrieron tres años desde que surgió la idea hasta que consiguieron concretar el viaje: “Es un sueño que estamos cumpliendo increíblemente”.
Habían tenido la experiencia de ir a Cuba con la murga amiga Cayó la Cabra y una agencia de viajes, pero tenían ganas de lanzarse solos, así que se propusieron sacar dinero de donde pudieran para ir detrás de ese enorme desafío.
Hicieron un trabajo de hormiga: “Todo lo que hemos ganado en Carnaval lo dejamos para esto. Hicimos festivales, movidas, toques y de a poquito fuimos llegando. Nos presentamos a un llamado del Fonam (Fondo Nacional de Música) y ganamos. Y después contamos con el apoyo de mucha gente que sabía que queríamos venir e iba a todos los festivales y toques que hacíamos en plan de colaborar”, destaca Alejandro.
Si bien no maneja la cifra exacta, asegura que la murga logró cubrir pasaje, estadía, transporte y comidas para 24 personas (el total de esta cooperativa que incluye murguistas, letristas y puestitas) durante 15 días. “Es mucha plata, solo el pasaje son US$ 1.200 por cabeza. En un momento dijimos que si había que endeudarse lo íbamos a hacer, pero por suerte la murga pudo costear el viaje de todos”, remarca el director.
Les cuesta caer y aún no logran descifrar qué implica como grupo artístico divulgar el género murga por el mundo. “Es un orgullo tremendo, más por el hecho de que todo lo hicimos a pulmón, entonces tiene un plus poder llegar tan lejos. Es una felicidad y una responsabilidad enorme porque estamos representando a la murga en España y hay que estar a la talla. Era inalcanzable la idea, se cumplió y es hermoso”, expresa.
