¿Quién es el diseñador uruguayo que viste a Natalia Oreiro, Lali Esposito y Érica Rivas?

Tavo García comenzó cosiendo de forma autodidacta a los 14 años. Ganó el concurso Lúmina con una de sus primeras colecciones, desfiló en MoWeek, diseñó para el Ballet del Sodre y ahora viste a celebridades argentinas y uruguayas.

Tavo García, diseñador de moda.
Leonardo Maine/Archivo El Pais
  • Facebook
  • LinkedIn
  • Twitter
  • Email

Por Alejandra Pintos

Tavo García abre la puerta de su apartamento y al entrar lo primero que llama la atención es un perchero repleto de vestidos, tapados y chaquetas en una paleta tan amplia como un arcoíris. Al diseñador le gusta trabajar con telas lisas, pero se luce jugando con las texturas y volúmenes. Esa es su identidad.

La pasión por la moda surgió cuando era niño y vivía en Tacuarembó. Veía cómo sus hermanas se preparaban para los cumpleaños de 15 y se “enamoró de la fantasía”. “Lo único que dibujaba eran quinceañeras”, recuerda. Su madre lo apoyaba en su sueño y a los 14 años le regaló una máquina de coser y una amiga le enseñó cómo usarla. “Con ella aprendí a dejar un centímetro para la costura y a coser borde con borde para que coincidieran las formas. Con esos consejos empecé a hacer ropa de manera autodidacta”, recuerda.

Pocos se podrían haber imaginado que años después iba a estar haciéndole atuendos a medida a Natalia Oreiro o que sería el encargado de diseñar el vestuario para una obra de ballet. Pero más allá de los éxitos nunca se olvidó de las quinceañeras.

El camino. A sus 29 años, García está en su mejor momento, pero no es casual, le llevó mucho trabajo.

Vestido diseñado por Tavo García. Foto: Brian Ojeda.

Se mudó a Montevideo a los 17 para estudiar Técnico en Vestimenta en UTU y de a poco se fue insertando en la escena de la moda local, que estaba en plena efervescencia. Sus creaciones desfilaron en MoWeek -más de una vez, e incluso fueron parte de la campaña- y ganó el primer puesto en Lúmina, una competencia que organizaba Punta Carretas Shopping y que catapultó a varios diseñadores locales.

Con la notoriedad llegaron las propuestas comerciales, las colaboraciones con grandes marcas, la presión de vender online o tener un local.

Pero se dio cuenta de que ese no era su camino, que no le interesaba tener una grifa con su nombre ni un equipo de modistas trabajando para él. Admite que le cuesta delegar, sus propias manos son las que materializan mejor su visión.

“Si pienso qué es lo que quiero para mí no quiero un trabajo fijo. Tampoco quiero generar una marca propia, me falta todo el aspecto comercial y la comunicación, no lo disfruto. Lo que me gusta es trabajar con las telas, es ahí donde encuentro mi inspiración. Puedo tener una idea, pero cuando lo pruebo en un maniquí o en una persona es otra cosa”, confiesa.

Tavo García en su taller.
Leonardo Maine/Archivo El Pais

El artista

Sus prendas tienen un dramatismo que contrasta con el estilo de las uruguayas, modesto. Por eso las fiestas siempre han sido su fuerte. “Las uruguayas compran ropa casual o para ir a trabajar, pocas veces invierten en un vestido hecho a medida. Yo aspiro a que mis prendas tengan una magia, una teatralidad. Obviamente hay quienes se animan y además me adapto a lo que quieren mis clientas. Y por lo general nunca falla”, reflexiona el diseñador.

Sin embargo, hace tres años le surgió la oportunidad de vestir a Natalia Oreiro para el programa de televisión Got Talent y dibujó 20 bocetos y cosió seis vestidos, aunque sabía que probablemente terminaran usando dos.

Vestuario de Tavo García para Natalia Oreiro.

Esta oportunidad marcó un antes y un después en su carrera: empezó a trabajar regularmente como vestuarista para algunas estrellas de la televisión. Volvió a vestir a Oreiro para la segunda temporada de Got Talent y para la edición argentina de ¿Quién es la máscara?; además diseña el vestuario de Sofía Rodríguez en la edición uruguaya del mismo programa y todo lo hace con sus propias manos, a medida.

“Me parece mucho más interesante trabajar de vestuarista que en moda, porque te abre diferentes posibilidades y no es un trabajo tan repetitivo, tan rutinario. Estoy enamorado de hacer piezas a medidas que no solo sean bellas, sino que tengan una finalidad como una película, un programa de televisión o una obra de teatro”, afirma a Domingo.

Natalia Oreiro fue la carta de presentación, pero luego conoció a diferentes actrices, como Bárbara Lombardo, a quien describe como “muy generosa”. Le diseñó el vestuario para una película y ella posó para una sesión de fotos con un vestido hecho a medida. Cuando viaja a Buenos Aires -algo que hace cada vez más seguido y no descarta mudarse-, Lombardo suele presentarle a colegas y a personas de la industria audiovisual. Gracias a la actriz, por ejemplo, vistió a la cantante Jimena Barón.

También incursionó en el teatro: María Noel Riccetto -a quien conoció por Got Talent- lo invitó a diseñar el vestuario de Sen Chopina, la obra del Ballet Nacional del Sodre inspirada en el histórico ballet Chopiniana de Michel Fokine. Hizo unas 40 piezas.

Vestuario para la obra Sen Chopina.

“Tenés que acompañar el movimiento y la comodidad del bailarín. Hubo muchos ensayos y el equipo es súper profesional. Preparé una carpeta con los bocetos, las fichas técnicas, las telas y los confeccionaron en el taller del Sodre. Fue la primera vez que delegué, que algo que diseñé ‘mágicamente’ se hizo solo”, dice con una sonrisa.

La versatilidad de Tavo García es una rareza en una industria que incentiva a los creadores a repetirse y producir en masa. Por eso se considera un artista y la moda es su soporte, entonces prefiere hacer él mismo los moldes, cortar, coser, probar, ajustar.

Ver las últimas noticias