LIBROS

La autora japonesa Hiromi Kawakami llega a la lengua castellana luego de haberse convertido en un hito en su tierra.

Todas las historias de amor se parecen. Y, para terminar de parafrasear a Tolstoi, las de desamor lo son a su manera. El cielo es azul, la tierra blanca. Una historia de amor (Alfaguara, $ 490) de la autora japonesa Hiromi Kawakami, es más del segundo tipo aunque se trata de un encuentro amoroso.

La novela se abre de manera simple y directa con el encuentro de los dos protagonistas en una taberna. El profesor jubilado Harutsuna Matsumoto y su exalumna, la ahora treinteañera Tsukiko Omachi están sentados a la barra, uno junto al otro, cuando la joven ordena su aperitivo. Al instante su vecino pide exactamente el mismo menú y con ello se desencadena el reencuentro. El viejo profesor, que en épocas de estudiante de la joven Tsukiko dictaba clases de idioma japonés, no era una figura especialmente recordada por ella. Ella ni siquiera recordaba su nombre en el momento del encuentro, tan solo que le llamaba "maestro", fórmula que continúa utilizando para zanjar su laguna. Y de ese modo se inicia la historia, una cerveza lleva a la otra, una taberna a otra y por fin a la casa del "maestro".

De modo directo y llano, pero a la vez extremadamente sensible, la narración va introduciendo en una historia de amor en su expresión más carnal y bajo luces totalmente cotidianas. La relación que comienza a generarse entre esos dos seres solitarios pronto descubre la ternura y la necesidad de compartir los gestos más banales, como comer, beber, dar un paseo juntos, sentarse junto a la ventana como si fueran enormes hallazgos. Y para ello la autora echa mano a una prosa cristalina pero a la vez cargada de sutilezas con las que permite descubrir en cada uno de esos gestos la misteriosa química del amor.

Hiromi Kawakami (Tokio, 1959) comenzó a publicar en 1994 y 1996 obtuvo el premio Akutagawa con su novela Hebi o Fumu. La novela, que ahora se edita en castellano, ganó en 2001 el prestigioso premio Tanizaki, uno de los más destacados de las letras japonesas. El libro fue posteriormente adaptado al cine con gran éxito. Había estudiado Ciencias Naturales en la Universidad de Ochanomizu y luego fue profesora de Biología, actividad que abandonó para dedicarse a escribir.