Se desnaturaliza el juego. Se pierde mucho tiempo. No se pueden gritar los goles. Se buscan hormigas y no elefantes… futboleros de antaño y futboleros de hoy se quejan de los cambios que ha traído al fútbol esta nueva herramienta. Otros celebran que la tecnología permita que se cometan menos errores. Más allá de detractores o partidarios, lo cierto es que el VAR(Video Assistant Referee) llegó para quedarse, no hay vuelta atrás.

Quienes mejor lo saben son los árbitros, principales responsables de poner en práctica uno de los mayores cambios que ha sufrido el deporte más popular del mundo en este siglo y, por ende, primeros blancos de las polémicas que se suscitan a su alrededor. Sea donde sea.

La frase que impuso el VAR es: “Las imágenes matan la palabra” y por ella se rigen.

Domingo quiso saber cómo lo viven y se preparan; cómo es el VAR según los encargados de hacerlo funcionar y “padecer” las consecuencias.

Es miércoles de mañana y en el Hotel Regency Park de Zonamérica se está impartiendo el curso anual de homologación de árbitros VAR. Roberto Silvera, uno de los tres directores técnicos del Colegio de Árbitros de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), es el encargado de coordinar los cinco días de una capacitación que se realiza una vez por año dado su alto costo, el que corre por cuenta de la AUF con algún aporte de la FIFA.

“Se necesitan cámaras, equipamiento técnico, andamios, mucho personal fuera de lo que son los árbitros y un equipo multidisciplinario de alrededor de diez personas para apoyar toda la infraestructura. Además hay que contar con la colaboración de los clubes de fútbol que envían a sus planteles para simular partidos”, explica Silvera a Domingo.

El equipo multidisciplinario al que hace referencia engloba a instructores, fisioterapeutas y nutricionistas que diseñan los almuerzos y las meriendas que forman parte del curso dado que, por la ubicación del Regency Park, los participantes comen allí. Los que vienen de muy lejos incluso duermen en el hotel, pero son casos excepcionales. En años anteriores el curso se hizo en el Complejo Celeste, pero este año estaba trabajando la selección mayor entonces no se pudo usar.

El coordinador destaca que en 2023 se tuvo como instructor FIFA al chileno Carlos Astroza, Gerente VAR de Conmebol y uno de los que más sabe del tema (ver recuadro). “Como es más específico de la herramienta VAR, dicta las clases teóricas y supervisa las cuatro estaciones del curso: cancha, cabina, offline y simulador”, detalla Silvera.

El curso 2023 fue realizado por 24 árbitros. Salvo Eduardo Varela, que era el único árbitro central que quedaba por homologar, el resto de los varones eran todos asistentes (lo que antes se conocía más como “líneas”). Dentro del grupo había cuatro mujeres, entre ellas Anahí Fernández, que desde el próximo 20 de julio estará trabajando en el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda.

“Hice el curso VAR el año pasado y ahora estoy haciendo esta capacitación para reforzar conceptos”, contaba ese día a Domingo. “Es un poco compartir la experiencia de qué se siente estar adentro de la cancha y qué se siente estar afuera porque si estás dentro del campo es muy bueno saber qué información necesitan en la cabina y viceversa. Es probar estar en los dos lados para entender bien la herramienta”, añadía.

Silvera informa que los árbitros deben cumplir con una determinada carga horaria en las cuatro estaciones que conforman el curso, eso se sube a la plataforma de FIFA y quedan homologados para poder trabajar en cabina. “Tienen que cumplir sí o sí con este curso, si no están homologados no pueden trabajar con el VAR”, remarca y aclara que los operadores de cabina también requieren de homologación. La carga horaria es la misma tanto para el árbitro VAR como para el árbitro AVAR (Assistant Video Assistant Referee; el asistente del árbitro VAR). Mientras un árbitro central puede hacer las dos funciones —VAR y AVAR—, los asistentes sólo pueden trabajar como AVAR.

“Normalmente en Uruguay usamos como AVAR a los asistentes porque están más para las situaciones de fuera de juego, que es su función principal cuando arbitran en el campo de juego, entonces tienen el ojo más trabajado que el árbitro central para esas jugadas”, apunta Silvera.

Foto: Leonardo Mainé.

La primera estación que visita Domingo es la Cancha, donde se disputa un partido entre futbolistas de Sud América. En la semana también colaboraron planteles de Keguay, Albion, Cerrito y Wanderers.

“Para esto nos dio una mano muy importante Desarrollo AUF, con Agustín Maidana y Gustavo Bañales a la cabeza, que no sólo nos consiguieron que vinieran los equipos sino también su traslado y las colaciones. Así que estamos sumamente agradecidos a la AUF porque sin el aporte de ellos es muy difícil hacer esto”, subraya Silvera.

En la cancha hay seis cámaras: máster (arriba del andamio); close-up (para seguimiento cercano); offside derecho y offside izquierdo (para el fuera de juego), y baja derecha y baja izquierda (para otras situaciones revisables). Pero para el campeonato local se utilizan diez, o sea que se suman otras cuatro: dos en la mitad de la cancha (una de cada lado), y dos goal lines, (una para cada arco), que son para ver si la pelota entró o no al arco.

Además está la pantalla a la que acude el árbitro central si lo convoca el VAR. En ella se replica lo que se está viendo y analizando en cabina, por lo que por momentos puede estar dividida en partes, mostrando las distintas imágenes de las cámaras que interesan para la jugada a revisar.

Silvera señala que la empresa que les provee el equipamiento técnico es MediaPro y con ella cuentan todo el año para el campeonato uruguayo con un costo operativo que absorbe la AUF. Mientras que los camarógrafos para el curso los proporciona Videotime; durante el campeonato manejan las imágenes que genera Tenfield.

También recibe el nombre de VOR (Video Operations Room) y allí es donde trabajan el árbitro VAR, el AVAR, el Operador (al que se le van solicitando las imágenes, adelantar o retrasar lo que se ve, etc.) y el Quality (Técnico de Calidad: controla que las imágenes y la comunicación lleguen al VOR). Todo lo que sucede en la cabina queda registrado por una minicámara y luego se sube a la plataforma de AUF.

El árbitro VAR se enfoca primero en lo que ocurre en la pantalla principal, debajo de la cual hay una segunda pantalla que muestra el juego con un retraso de tres segundos respecto a la pantalla principal. Cuenta con dos canales de comunicación —botón rojo y botón verde—, uno lo usa para comunicarse con el árbitro central y en el otro va marcando posibles jugadas revisables, o sea, va diciendo: “Posible penal”, “posible fuera de juego”, etc.

“Cuando se está chequeando una jugada, el que sigue mirando el juego en tiempo real es el AVAR. El árbitro VAR, en tanto, se mete como en un túnel para chequear la posible infracción y vuelve a comandar el VAR una vez que se limpiaron todas las probables infracciones. No se puede reanudar el juego si se está chequeando una situación; una vez que se reanuda no hay marcha atrás”, detalla Silvera.

El Quality, por su parte, es quien se comunica con Tenfield para avisarle lo que se está revisando de manera que puedan colocarlo como un zócalo (sobreimpreso) de la transmisión. Es lo que el televidente ve como “Chequeo VAR gol”, por ejemplo.

El Quality tiene además otras funciones. Debe concurrir a la cancha dos horas antes para controlar toda la parte tecnológica: que las cámaras estén calibradas y sincronizadas, que el software funcione bien y demás. Durante los partidos anota los cortes que hará para luego del partido armar videos protocolares (de las cuatro situaciones VAR) y didácticos (otras jugadas) con los que luego irá al vestuario de los árbitros para realizarles una devolución. Ese mismo material se analizará el martes siguiente por la Comisión de Arbitraje, encargada de ver todos los partidos, y si hay un error grande se procederá a convocar al árbitro para tener una instancia particular con él.

En lo que refiere a los audios, una vez que finaliza la fecha completa del campeonato los árbitros disponen de 72 horas para hacérselos llegar a la AUF. Se envían los videos y textos lacrados, por lo que no hay posibilidad de modificarlos. Por lo general se envían a las 48 horas para que la agencia de la AUF termine de darle forma al material —sin alterarlo— y se sube a la plataforma AUF a la que todo el mundo puede acceder para conocerlos.

Foto: Leonardo Mainé.

La tercera estación es el offline, que es una réplica de la cabina VOR. Como en esta última no puede haber mucha gente, se genera algo similar, pero sin comunicación, en donde los árbitros van practicando bajo el control de un instructor.

Finalmente está el simulador, que es una estación en la que se analizan jugadas de partidos reales de entre 40 segundos y un minuto en las que interviene el VAR. Hay un árbitro que simula ser el árbitro de campo y sanciona, por ejemplo, un penal. Después están quienes hacen de VAR, AVAR y Operador y se van estudiando los casos con dos instructores que ven cómo se trabaja y corrigen los errores.

A partir de este mes el Colegio de Árbitros contará con un simulador de este tipo para capacitar a los árbitros semanalmente. Además del entrenamiento físico, deberán pasar obligatoriamente por un entrenamiento VAR de entre 40 minutos y una hora por semana.

En total se estará capacitando a 16 árbitros cada semana, incluyendo asistentes.

Foto: Leonardo Mainé.

“El VAR es como tener la máquina del tiempo. Es tener la posibilidad de ver si cometí un error o no, diez, 15, 20 segundos atrás. Voy y reviso una decisión que ya tomé. Es para corregir un error claro; no está para cosas pequeñas, sino para cosas grandes”, señala Silvera.

El ex árbitro remarca que el VAR no vino para solucionar el cien por ciento de los errores, sino para corregir situaciones que cambian un partido. “¿Cuál es el sentido?”, se pregunta. “Hasta hace un tiempo los únicos cuatro que no sabían lo que había pasado en una incidencia del partido eran los árbitros, mientras que la gente lo estaba viendo en su celular y a los jugadores les avisaba el cuerpo técnico o la tribuna”, apunta.

El VAR le otorga una segunda oportunidad a los encargados de impartir justicia, pero vale aclarar que sólo puede intervenir en cuatro situaciones: goles (se revisa que no se haya cometido ninguna infracción a las reglas al convertirlos, dentro de eso entran los fuera de juego), área penal, tarjeta roja directa y confusión de identidad (se amonestó al futbolista equivocado; en este caso no se invita al árbitro principal a revisar la jugada, sino que se lo corrige directamente). “A veces, en el afán de ayudar, entramos a buscar pequeños detalles que no impactan en el fútbol, ni en el desarrollo del juego. Es algo en lo que tenemos que trabajar, pero que con el correr del tiempo se va a ir mejorando y vamos a bajar los tiempos de demora”, confía el ex árbitro.

Agrega que los árbitros VAR mejor preparados leen mejor o con más rapidez las jugadas o detectan las cosas en apenas tres segundos viendo dos de las pantallas que manejan en la cabina.

“Es cuestión de experiencia: cuanto mayor cantidad de partidos tienen arbitrados, mejor. Es comparable a la cantidad de horas de vuelo de un piloto”, comenta y explica que a los árbitros se los mide por la cantidad de partidos. “Si soy Quality y tengo un árbitro VAR con más de cien partidos, ese día estoy más tranquilo”, acota.

Es importante saber que, contrario a lo que ocurre en otros deportes como puede ser el básquetbol, el VAR no puede ser solicitado por entrenadores o futbolistas. Todavía en el fútbol FIFA no está permitido, pero no se descarta a futuro.

“El curso VAR es una apuesta al crecimiento del arbitraje. Se le dan todas las comodidades al árbitro para que venga, desarrolle su tarea y crezca. Queremos que el mundo del fútbol vea que hay una preocupación por mejorar”, resalta Silvera. Como conclusión señala: “El VAR está todavía en pañales y aprendiendo a andar. En un futuro lo veremos correr; por lo menos ahora está caminando”.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Instructor FIFA

Astroza: "El VAR es un buen asistente con tecnología"

La FIFA tiene un staff mundial de instructores VAR. Las federaciones de los distintos países van solicitando cursos y se analiza qué instructor enviar y en qué fechas realizar la capacitación. Para el curso 2023 de Uruguay el enviado fue el chileno Carlos Astroza, que además es Gerente VAR de Conmebol, es decir que se ocupa de todos los partidos de Copa Libertadores y Copa Sudamericana, además de los encuentros por Eliminatorias.

“Después del Mundial 2018, en que me tocó trabajar como VAR, me retiré del arbitraje luego de 25 años, hice un curso de FIFA para instructor VAR y empecé a trabajar en Conmebol. Ahí comenzó mi carrera en la instrucción”, contó Astroza a Domingo.

El protocolo FIFA para VAR establece que los árbitros deben cumplir 60 horas de trabajo en cada una de las estaciones, además de 60 horas de teoría para obtener la certificación.

“Básicamente lo que yo hago es un monitoreo de que se cumplieron los pasos. Estoy en la coordinación de los trabajos teóricos, de campo y demás, y mando un informe a FIFA”, explicó sobre su tarea.

Astroza definió al VAR como una herramienta buena y bastante nueva a la que obviamente hay que utilizar de forma correcta. “No es algo que podamos decir que es la perfección y que va a venir a salvar situaciones, sino que es una herramienta que ayuda a evitar problemas grandes. No es para que arbitre los partidos o para que solucione todo. El árbitro es lo más importante todavía; el VAR es un buen asistente con tecnología”, señaló.

Respecto al nivel del VAR en Sudamérica, opinó: “Está bastante bien, no es que no existan errores. El desarrollo en Sudamérica ha sido muy bueno, alrededor de nueve países tienen VAR. Junto con la UEFA fue una de las confederaciones que lo empezaron a usar antes. Lógicamente faltan implementar cosas en algunos países, en tecnología, pero en poco tiempo se desarrolló mucho”.

Como se ha dicho, el VAR sigue evolucionando e incorporando cosas. Por ejemplo, en el reciente Mundial de Fútbol Sub-20 se vio cómo los árbitros comunicaban sus decisiones en el estadio a todo el público presente.

“Fue una prueba que comenzó en el Mundial de Clubes y FIFA todavía estaba en un proceso de instrumentación. Es un elemento que encontramos muy positivo porque va en el camino de transparentar, de clarificar las situaciones”, consideró Astroza.

Otra cosa que se ha probado, en este caso en el Mundial de Qatar, es el fuera de juego automatizado. Es un sistema muy avanzado y costoso que requiere de muchas cámaras específicas para escanear los cuerpos de los futbolistas y la pelota, de manera de que detecten el offside, se configure la información y se envíe al VAR. “La mayoría de los países de Conmebol lo tiene que hacer de manera semi automatizada, casi humana, porque no tiene la tecnología”, apuntó el instructor.

Astroza comentó que el VAR comenzó siendo una herramienta muy costosa, pero con el paso del tiempo ha ido bajando presupuestos y se ha vuelto más competitiva. “Hay proveedores de VAR en todo el mundo. Va a pasar como con el celular, que cuando apareció era muy caro y de poco acceso y ahora lo tiene todo el mundo”, acotó.

En lo que respecta a la actitud de los árbitros frente al VAR, contó que al principio les costó mucho aceptar que se pueden equivocar, pero con el tiempo se dieron cuenta de que es algo que viene a resolver problemas. “El VAR está para solucionar las cosas grandes; lo chico o interpretativo todavía es del árbitro. Hay que seguir trabajando para que el árbitro continúe tomando decisiones, que el juego sea fluido y que se ocupe menos tiempo en las revisiones. Pero ya hay mucho menos escándalos que antes, eso es un beneficio”, concluyó.

Leonardo Maine/Archivo El Pais