Dólar

“De seguir el atraso cambiario podría darse un enfriamiento de la economía”.

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No entiendo la política del presidente del BCU, dijo hace unos días Javier De Haedo. Léase política monetaria, atraso cambiario y de hecho sus otros efectos en la economía. Si no lo entiende Javier, una autoridad en la materia, menos la voy a entender yo.

Siempre está la chance de preguntar a los que saben y preguntarse en función de lo que uno observa y del sentido común.

Como en la fábula del zorro y el león. Éste algo viejo se inventó una enfermedad y cuando los otros animales iban a su cueva a visitarlo se los papaba. El zorro estuvo en la misma boca de la cueva, pero no entró: observó que todas las pisadas entraban pero no había huellas de salidas.

Y es lo que uno se pregunta cuando ve que la moneda uruguaya respecto al dólar compite con las de Suiza, Dinamarca, Noruega, Suecia, en carrera pareja. Llamativo, ¿no? ¿No nos estaremos agrandando? (lo cual nos cuesta muy poco).

Más con los pies en la tierra, y por lo que se escucha de economistas que saben y de voceros de distintas actividades económicas, se pronostica que de seguir el atraso cambiario podría darse un enfriamiento de la economía. Esto es, desempleo y caída de la actividad. Y parece de cajón: dólar barato productos importados baratos, incluso los que compiten con sus similares nacionales. Consecuencia, cierre de industrias y desocupación. Otra, dólar barato incide en las exportaciones; los exportadores reciben menos por lo que venden. Desestimula, afecta la producción: se sabe y se ha visto.

Está aquello de lo de la ventaja comparativa; pero en un país con semejante tamaño del Estado, con tanta burocracia al santo botón complicando trámites y cobrando todos los meses, -no dije trabajando-, con una legislación y política laboral tan poco flexible, con tan alto costo de la mano de obra y con servicios tan caros, hablar de ventajas comparativas parece joda.

El asunto es la inflación y el manejo de este tema aparentemente está a cargo del Banco Central (habiendo tanta gente valiosa en la OPP y mismo en Economía, que podrían ayudar). Los muchachos del Central según me dicen son monetaristas ortodoxos. Está bien, pero como decía G.B. Shaw, ser vegetariano no quiere decir que uno se coma cualquier zanahoria.

Se argumenta que el dolor flota en un mercado libre sin interferencias. Sí, pero no. Todo depende de la cantidad dinero, lo que se emite y por qué, y de algunos otros elementos, por ejemplo la tasa de interés para la moneda nacional fijada por el BCU. Con papeles en pesos-letras de regulación monetaria con plazos de un mes y más- que pagan un 11,5% anual, difícil que el dólar suba. Yo tengo dólares, ¿qué tengo que hacer?: cambiarlos a pesos comprar las LRM, al mes hago cuentas y gané un interés real en pesos más la diferencia cambiaria (lo que el dólar cayó). Imagínense a los que saben y que manejan mucho dinero. Les debe de ir muy bien, es jugar y cobrar.

Se puede ser ortodoxos, pero hay que ver todo el bosque. Monetaristas intransigentes, decretaron hace 55 años una congelación de precios y salarios. Un pecado. Y pararon la híper.

Todos sabemos que la inflación es un flagelo y es el peor de los impuestos sobre todo para los de ingresos fijos, pero peor es la estanflación. ¿Muy catastrófico? Sí, pero nunca digas nunca.

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