Redacción El País.
No es casualidad que la denominación científica del laurel sea "Laurel nobilis". Las hojas del laurel iban a parar a las coronas de los emperadores, y "dormirse en los laureles" era sinónimo de recostarse en glorias pasadas. Esta hoja, originaria del Mediterráneo y Asia Menor, no tardó nada en ser incorporada a las comidas, porque su aroma es rico e intenso. Pero no solo sirve para agregarla a las recetas de comida de plato. Uno de los tantos usos del laurel, hemos descubierto con el paso del tiempo, es usar las hojas para hacer té. Su aroma contundente en nariz contrasta con el sabor, que es amargo, herbáceo y suave. Y aún más importante: tomar una infusión de hojas de laurel tiene múltiples beneficios y pocas contraindicaciones (que deben conocerse, claro está).

Para empezar, el laurel es una buena fuente de vitamina C, B6 y A, y si se lo toma en ayunas hay más ventajas. De acuerdo a expertos de la Universidad de Agricultura de Faisalabad (Pakistán), la planta del laurel está llena de beneficios antioxidantes y es una buena fuente de minerales y fibras dietéticas. Además, se las han usado para aliviar problemas gastrointestinales (mejorar la digestión y bajar las flatulencias).

Acá, los cinco beneficios para la salud de tomarse un té de laurel.

Según un estudio de ACS Publications, el laurel tiene propiedades antiinflamatorias gracias a que contiene eugenol, un componente que ayuda a reducir la inflamación de tu cuerpo en general, por lo que si lo tomas infusionado con agua, te hará sentir menos hinchada.

El laurel también ha sido típicamente utilizado en las sesiones de aromaterapia como inductor a un estado de relajación. Esto es por sus componentes orgánicos como el pineno, que libera aceites esenciales que consiguen reducir nuestro cortisol y por tanto liberarnos de nuestra ansiedad.

Diversos estudios demuestran que los compuestos activos que contiene el laurel funcionan como un potente inductor del flujo gastrointestinal, que acelera la velocidad del proceso de digestión y actúa de protector a posibles lesiones que se produzcan en el aparato intestinal como úlceras o lesiones gástricas.

Por sus propiedades antioxidantes y por su gran aporte de minerales y vitaminas, tiene una relación directa con el estado que luce nuestra piel. Estimula la producción de colágeno y favorece la aparición de una piel más elástica, firme, tersa y luminosa. Además, favorece la cicatrización de las heridas según un estudio de National Center for Biotechnology Information que lo avala.

Al contener el potente componente antioxidante ya mencionado, el eugenol, protege a nuestro cuerpo de los radicales libres y además, según este estudio de MEDWELL Publications, también presenta propiedades fagocíticas.

Pero hay contraindicaciones: los efectos secundarios no son alarmantes pero conviene conocerlos. Las personas diabéticas deben tener cautela, ya que está demostrado que puede reducir los niveles de azúcar en sangre. Mujeres embarazadas deben abstenerse, porque podría provocar un aborto. En ambos casos las consecuencias negativas solo ocurrirían con una ingesta excesiva del laurel, cosa que en circunstancias normales no se suele dar. ¿Cómo se preparara? Fácil: una taza de agua hirviendo y tres hojas de laurel. Se deja reposar 15 minutos y luego se bebe.