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XIMENA AGUIAR

La diversidad sexual ya no refiere sólo a la homosexualidad, sino a toda una gama de identidades que difieren del modelo tradicional, pero que van haciéndose un lugar en espacios públicos, discursos políticos y hasta encuentros académicos.

El Museo de Artes Visuales, después de cerrar las puertas a la exhibición de las obras, las abrió al primer Seminario Académico de la Diversidad Sexual, que se realizó desde el martes al jueves organizado en varias mesas temáticas y ponencias.

En él participaron cerca de 100 personas, entre los que había estudiantes, docentes, empresarios, psicólogos, sexólogos, autoridades y militantes de la causa feminista, homosexual, bisexual, transexual, "queer" y otras, de Uruguay, Argentina, Paraguay y Bolivia.

En este seminario se presentaron las investigaciones de la Red LGTB del Mercosur y el Área Académica Queer de Montevideo, que presentó el libro "Orsay: género, erotismo y subjetividad", con diversos ensayos que incluyen historia de los movimientos de lucha contra la homofobia o análisis sobre la orientación sexual en la literatura uruguaya.

En Montevideo, el área académica fue una iniciativa de varias personas que venían trabajando en la temática. Hoy la integran Virginia Lucas (profesora de literatura), Diego Sempol (periodista), Macarena Duarte (socióloga), Basilio Muñoz (sociólogo), Roberto Echavarren (doctorado en letras), Raquel Capurro (psicoanalista), Carlos Etchegoyhen (psicólogo) y Paulo Ravecca (politólogo).

Su propósito es constituirse como una cátedra de la Universidad, contó Lucas, lo cual es posible, señaló. Ya existen, por ejemplo en Argentina, el Centro de Estudios de Diversidad Sexual y Ciudadanía en la Uni-versidad de Rosario o el Área Queer de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, que participaron del encuentro.

DESDE LO INESPERADO. "Yo creo que Vaz Ferreira era queer", afirmó Lucas, autora de la presentación "Vaz Ferreira, un raro latinoamericano". La afirmación, sin embargo, no refiere a la persona del filósofo, sino a sus ideas.

El término inglés "queer", inicialmente despectivo, ter-mina siendo traducido como "raro", y abarcando tanto otras formas de sexualidad como identidades con cierto grado de indefinición, de desajuste con los patrones esperados. Para Lucas, algunas de las características del pensamiento de Vaz Ferreira, como el estructurarse por ideas y no por sistemas, y el planteo en los años `20 de una serie de conferencias sobre el feminismo en las que considera, por ejemplo, que la mujer puede elegir un ideal sexual distinto del esperado, son ejemplo de ese carácter "queer", señaló. Este es un ejemplo del intento de pensar lo canónico como si fuera marginal, de "mover las identidades", que es parte de lo que busca la perspectiva analítica que propone el área académica.

Por eso en el seminario se conjugaban ponencias sobre temas como la situación del VIH, sobre nuevas tribus urbanas como los "emo", sobre legislación en la región y sobre travestismo.

Con el apoyo del Ministerio de Economía, la Intendencia de Montevideo, la Facultad de Ciencias Sociales y el Instituto Nacional contra la Discriminación, el seminario fue abierto por representantes del gobierno, que apoyaron efusivamente la iniciativa. Carmen Beramendi, del Instituto Nacional de la Mujer, Elena Ponte, de la Secretaría de la Mujer de la IMM, y la senadora Mónica Xavier, resaltaron la importancia de que estos colectivos hayan exigido reconocimiento y demandado estrategias contra la discriminación en los ámbitos políticos.

También acordaron en que el tema de la diversidad es central para la democracia, y que, en palabras de Beramendi, "ya no se trata sólo de tolerar, sino de celebrar la diversidad".

"En Uruguay, lo digo con algo de temor, no hay tortura", dijo la senadora Mónica Xavier y desde el público se levantaron voces: "Sí hay tortura, aunque sucede en el ámbito privado"; "No reconocer la existencia civil es tortura". "Quizás tengamos que acordar qué palabras usar. Yo tengo otro concepto de tortura", respondió la socialista Xavier. "No es una metáfora, a las chicas trans las violan en las comisarías, hay mujeres a las que les hacen submarinos en sus casas, eso es tortura", añadió una de las presentes, concitando aplausos entre los presentes.

"El amor no se cura", decía ayer un gran cartel colgado en el frente de la Universidad de la República, con dos corazones entrelazados por una bandera multicolor.

-¿Usted lo entiende? ¡Claro que el amor no se cura! Es un sentimiento, es el amor. Todos deberíamos querernos más y el mundo sería mejor- comentó un anciano intrigado que pasaba por la explanada.

-Quienes lo pusieron son homosexuales, gays y lesbianas- le aclararon.

-¡No puedo creer que la Universidad de la República ponga eso ahí! Porque si tienen esos valores... supongo que no todos ahí adentro son iguales... ¡Es cómo poner un cartel en una escuela!- fue la reacción del señor, ante la exhibición en este lugar del lema de la Marcha por la Diversidad de este año, que se realizará hoy a las 19 horas desde la Plaza Independencia a la Plaza Libertad, y que demanda, entre otras cosas, la aprobación de los proyectos de reforma del sistema de adopciones y de cambio de sexo registral.

Al finalizar, actuarán grupos como La Melaza, Lata Sónica, Pueblo Viejo, Dulce Polly, Anaconda, y los DJ Paola Dalto, Gonzalo D`Angelo y Koolt.

La marcha, que es apoyada por el INJU, el Ministerio de Salud Pública, la Intendencia de Montevideo, Cutcsa y la Universidad de la República, suele tener clima festivo, celebrando la diversidad. Pero un militante que asistía al seminario de diversidad sexual puntualizó: "La marcha se hace con alegría. Pero es una alegría política, para celebrar como somos, aunque uno sienta rabia, porque se va acordando de personas que cayeron, que ya no están desde la primera marcha en el `93. No es un carnavalito. Es: si no le gusta, tres platos".