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César Hernández: El guardián de las estrellas

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César Hernández. Foto: Darwin Borrelli

ENTREVISTA

No hay un único manual para la custodia personal, pero César Hernández pregona el estilo de pasar lo más desapercibido posible, a pesar de su tamaño. “El guardia es aquel que no se ve y que actúa solo en el momento en que tiene que hacerlo”, asegura. 

César Hernández. Foto: Darwin Borrelli
César Hernández. Foto: Darwin Borrelli

César Hernández lleva casi 30 años trabajando en seguridad y ha sido escolta de diversas celebridades en la región. Luis Miguel, Adrián Suar, Andrés Calamaro, Joaquín Sabina, Ricardo Montaner, Fito Páez, León Gieco, Jason Biggs, Diego Capusutto, Michael Bublé, Diego Forlán entre otras figuras locales o internacionales le han confiado su espalda por estas tierras.

Todo comenzó por un "tema de tamaño" en la década de los 80. Junto a otros colegas, Hernández inició su carrera como guardia en diferentes boliches de Montevideo y de Punta del Este, entre ellos el legendario Space. Pero pronto su carrera derivó en otra ramo de la seguridad. El último boliche fue La Comedia.

El camino de César Hernández en la custodia personal se inició con la primera visita de Luis Miguel, a quien hasta le hizo de chofer en los años 90. "Lo fuimos a buscar hasta al avión. Iba manejando con unos nervios bárbaro. Tenía una campera de tela avión amarilla y Luis Miguel me la hizo sacar. Después supe que para algunos artistas, el amarillo significa mala suerte. No me lo dijo directamente porque no te hablaba, me lo hacía decir por otros. No le gustó que lo mirara a los ojos, no quería que masticara chicle. Era un poco especial. Cuando hacía un cambio dejaba una mano en la palanca y él pedía que llevara las dos en el volante. Fue una situación bastante incómoda", relata.

De todos modos, Hernández relativiza el malhumor de "Luismi" porque provenía de un país donde había tenido una mala experiencia. "A veces hay que ponerse en el lugar otro", dice.

Luego de ese caso, el guardia uruguayo se fue instalando como referente de la custodia personal de los visitantes más ilustres del país. El último caso fue la visita de Adrián Suar, cuando vino a la avant premiere de su reciente película El fútbol o yo. Pero la semana pasada viajó a Buenos Aires a custodiar a un viejo conocido: Michael Bublé.

Sobre Suar asegura: "Tenemos una cierta afinidad porque le hice de custodia en varias oportunidades".

Antes de cada trabajo, César Hernández se informa de las preferencias del artista en cuestión. Pero tiene un estilo definido. "Si (la personalidad) no me habla, yo no habla. Después del caso de Luis Miguel tampoco los miro a los ojos. A pesar del tamaño, trato de pasar lo más desapercibido posible. Esa es la clave del seguridad", dice.

Y complementa: "¿Alguna viste al seguridad de Tinelli o de Susana Giménez? No, no se ven. Son personas que pasan desapercibidas y que van a actuar solo en el momento en que tengan que hacerlo. A nivel de presidentes sucede lo mismo".

Un día de comienzos de 2001, César Hernández recibió una llamada a través de la compañía RBS - Disney. Buscaba a un guardia de seguridad discreto, que sepa conducir, que conozca de Punta del Este y con dominio de inglés.

La misión: el actor Jason Biggs iba a desembarcar en el balneario uruguayo con 10 amigos para unas vacaciones de 10 días. César Hernández daba con el perfil requerido y fue el elegido.

"Vivían en diferentes estados. Una vez al año elegían un destino y se iban de vacaciones. Pasamos 10 días magníficos viéndolos divertirse. Yo estaba siempre con ellos. Cuando terminó la estadía, me reconocieron por el trabajo", dice.

Por dos años consecutivos, César Hernández fue elegido para custodias específicas en Bolivia. La primera, la visita del actor Edward Norton y al año siguiente, de Jaw Law.

"Fue un trabajo muy desafiante porque no conocíamos el terreno y la llegada del artista generaba mucha expectativa", dice.

Más allá de la custodia personal, en todos los rubros de la seguridad la clave está en la profesionalidad.

"Se improvisa mucho. Un custodia debe tener una preparación", dice y enumera los cursos de defensa personal y de diagramación de seguridad para empresas, shows o eventos que ha realizado. También menciona la importancia de la habilitación del Ministerio del Interior que evalúa a todos los guardias.

"No hablo si no me hablan. Tampoco los miro a los ojos". César Hernández tiene un estilo propio a la hora de trabajar como seguridad personal de los famosos. Se gana la confianza sin forzarla.

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