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Juan Castillo: "Me comí un garrón cuando se declaró la esencialidad"

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Juan Castillo, director nacional de Trabajo. Foto: Fernando Ponzetto.
[[[FERNANDO PONZETTO ]]]

El director nacional de Trabajo admite que no es el mejor momento para estar en ese cargo. Las dificultades en la región y la pérdida de fuentes de trabajo le preocupan, pero asegura que la conflictividad no lo “asusta”, pese a que vivió “uno de los momentos más complicados” de su vida cuando el presidente Tabaré Vázquez decidió declarar la esencialidad en la educación pública.

Los perfilismos de ministros y otros jerarcas de gobierno también lo inquietan, ya que según Castillo generan disputas a la interna del Frente Amplio.

Ocho tazas de café sobre una mesita, un plato con el resto del almuerzo sobre otra mesa. "Almorcé mientras estaba reunido", advierte el director de Trabajo, Juan Castillo, mientras ayuda a su secretaria a juntar el desorden que quedó de una de las tantas reuniones que tiene en sus largas jornadas laborales.

Antes de llegar al ministerio, Castillo fue coordinador del Pit-Cnt y vicepresidente del Frente Amplio, pero no se siente "del otro lado del mostrador". "No cambié y nadie me pidió que cambiara la cabeza. Sé ubicarme, aquí no estoy solo para defender los intereses del movimiento sindical, tampoco tengo por qué estar en contra", aclaró.

- ¿Por qué un gobierno del Frente Amplio tiene tantos problemas con los sindicatos?

- No considero que tengamos tantos problemas, a mí no me asusta que hoy estemos en un pico de conflictividad. Se da una conjunción de hechos, todo el mundo sabe que un gobierno nuevo tiene un plazo constitucional para armar su Presupuesto y eso genera movilización, coincide con la ronda de negociación colectiva y hay un tercer convidado de piedra que es la desaceleración de la economía.

- Algún dirigente de la educación llegó a decir que el gobierno es neoliberal por haber declarado la esencialidad...

- No comparto esa visión. No resiste un análisis crítico serio, más allá de un grito para la Ámsterdam, decir que este gobierno es neoliberal. Me dan pena los que exclaman públicamente eso; se ve que mientras estaba el neoliberalismo estaban a mate dulce. Los que tuvimos que estar en la cancha sabemos que hay un abismo entre una cosa y otra.

- ¿Le falta madurez al movimiento sindical?

- No, el movimiento sindical en su totalidad es maduro. Tiene sus concepciones bien arraigadas y principios sólidos. Puede haber algún dirigente sindical nuevo que empezó a hacer sus primeros pasos y a veces no le acierta en todo, pero le reivindico el derecho a equivocarse.

- ¿Cómo afectó a la central sindical el procesamiento de su vicepresidente, José Lorenzo López?

- Creo que esto es un golpe para el Pit-Cnt. Simplemente aclaro que Joselo no está acusado de torturas, más allá de que lo procesaron por la vinculación con estos hechos Si es tortura lo del INAU, ¿cómo habría que calificar y dónde tendrían que estar los que torturaron de verdad? Parece bastante exagerado ponerle la carátula de tortura a 17 trabajadores; la Justicia no sé si está actuando con la misma vara con torturadores de la dictadura.

- ¿Cómo vivió la esencialidad en la educación?

- Fue uno de los momentos más complicados de mis últimos tiempos de vida. A mí me demandan mucho del interior del país y ese día estaba en Colonia, en Juan Lacaze, para atender dos problemas bien complicados: uno en la industria del papel y una visita por el emprendimiento autogestionado textil de Agolan. Mientras acá se iban sucediendo las noticias del anuncio del presidente, de la conferencia de prensa de la ministra (María Julia) Muñoz, yo estaba al margen. Igual me comí un garrón, vinieron a mi lugar de trabajo y me dedicaron cantos, y bueno, me comí un garrón doble (...). Yo no sufro de amnesia política, peleé toda la vida contra los decretos de servicios esenciales (...). A las 11 de la noche le dije al ministro Murro que hasta aquí llegaba y si había que aplicar los servicios esenciales me iba tranquilo, sin ansia de protagonismo. Después solo hablé con el secretario general del Partido Comunista. El trabajo, la comprensión, el esfuerzo, nos permitió, sobre el mismo filo de la fecha, no aplicar la esencialidad en la educación.

- ¿Por qué no renunció?

- Porque no se aplicó. El ministro (Ernesto) Murro me pidió que no tomara esa decisión y dijo que íbamos a salir de esto y tuvo razón.

- ¿Le preocupa la actual situación económica, agravada por la recesión en Brasil?

- Me preocupa porque yo acá en este lugar de trabajo padezco las consecuencias. Hay problemas en Brasil, problemas en Argentina y problemas en Venezuela, y las fábricas que trabajan para esos mercados tienen dificultades, envían a trabajadores al seguro de paro y no pueden trabajar a full; a nuestra gestión les genera problemas. Ojalá que sea transitorio, no me tocó ser director de Trabajo en el mejor momento, hubiera preferido estar en los 10 años anteriores.

- ¿Cómo afectará esta situación a los trabajadores?

- Significa que no pudimos poner las mejores pautas, los mejores lineamientos, ojalá hubiéramos estado en otra situación de dar más libertad para el crecimiento del salario. Me contento con que no se pierda salario y con que no se pierdan puestos de trabajo.

- ¿Se van a flexibilizar las pautas salariales?

- Hay muestras de flexibilidad, ya anunciamos algunas en el Consejo Superior de Salarios, adonde demostramos que no son tan rígidos los lineamientos (...). Hay flexibilidad para decir que en vez de 24 meses, el correctivo por inflación se haga a los 18.

- ¿En este contexto hay margen para seguir aumentando impuestos a los que ganan más?

- Bueno, eso es un gran tema de debate. Hay al menos dos grandes bibliotecas, el problema que nosotros tenemos es que hay un programa de gobierno que no anuncia que ese sea el camino, pero no me niego a que eso siga en debate. Hay que tener la cabeza abierta para discutir eso.

- ¿Hay perfilismo de ministros, que en lugar de gestionar ya están mirando al 2019?

- Lo veo con mucha preocupación, no sólo con los ministros. Los perfilismos matan, a mí me desesperan. Desgraciadamente se ven mucho perfilismos, sin necesidad a veces. El problema es que yo me la crea, que soy el que me estoy comiendo el mundo. Ahí tenemos un problema los hombres, no el Frente Amplio.

- ¿Las disputas en la interna del Frente Amplio son producto de esos perfilismos?

- Creo que en muchas partes sí. Se dan disputas internas que no conducen a nada, cuando deberíamos estar más prestos a cerrar filas y enfrentarnos con la opinión política de la oposición.

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Juan Castillo, director nacional de Trabajo. Foto: Fernando Ponzetto.

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