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Confirman espionaje a exministra de Defensa

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Azucena Berruti y el presidente Vázquez en un acto militar durante primer gobierno del FA. Foto: Archivo
JUAN FERNANDEZ, COMANDANTE DE LA MARINA, AZUCENA BERRUTI, MINISTRA DE DEFENSA, TABARE VAZQUEZ, DIA DEL EJERCITO, ANIVERSARIO EN COM DEL EJERCITO, FOTO BELLO, 20060518
JOSE LUIS BELLO

Funcionarios de la sede trabajaban para servicios secretos.

Aguila 3 llegando al Nido". La frase cifrada dicha a través de un "handy" refiere a la entonces ministra de Defensa del primer gobierno de Tabaré Vázquez, Azucena Berrutti, y a su arribo al Ministerio de Defensa.

En aquel momento, funcionarios de esa cartera —secretarios y choferes— trabajaban en secreto para la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado (Dinacie) y hoy algunos de ellos operan para servicios extranjeros, dijo a El País una fuente tupamara vinculada con el actual gobierno.

Berrutti no supo que fue espiada. En sus años como ministra de Defensa, hacía públicos todos sus actos. "Estaba todo a la vista y era muy fácil espiarla", dijo una fuente cercana a Berrutti a El País. Enseguida agregó: "Berrutti considera que a lo mejor la espiaron. Cree que es posible que lo hayan hecho para cobrar una remuneración".

En 2008, tres años después de asumir Berrutti, los funcionarios que realizaban espionajes fueron trasladados a otras reparticiones ubicadas físicamente fuera de la sede del Ministerio de Defensa.

En esa repartición se cree que Berrutti se enteró de la actividad ilícita de ese grupo de funcionarios. Sin embargo, la exministra niega que los cambios de destino de ese personal fuera una represalia o tuvieran alguna relación con el espionaje, dijo a la fuente.

Posteriormente, la Dinacie quedó casi inoperativa. Una ley de presupuesto de Vázquez recortó al mínimo los gastos reservados de esa repartición. No se rendía cuentas sobre el destino de ese dinero, el que generalmente era utilizado para alquilar casas, autos y contratar a personas para que realizaran tareas de inteligencia.

Hoy los recursos que cobra la Dinacie por ese rubro son una cifra ínfima y se utilizan para el pago de compensaciones para sus funcionarios.

En 2008, el entonces subsecretario de Berrutti, José Bayardi, firmó una resolución donde otorgaba pasividades para doce funcionarios por acumulación de servicios.

Uno de ellos es el señor L., un infiltrado en la dirección de la Federación de Empleados y Obreros de la Bebida (FOEB) y en la Mesa Representativa del Pit-Cnt como informó El País el domingo. Este espía fue jubilado el 1° de abril de 2005 (siendo ministra Berrutti) tras 41 años de servicio. El acta especifica que realizó ocho años de "servicios militares simples" y 33 años de "servicios civiles", aunque no aclara dónde. Pudo haber sido en una entidad de Defensa —como, por ejemplo, Inteligencia— o en comisión en otra función pública, pero con certeza fue en el Estado.

Al igual que L., otros 11 funcionarios del Ministerio de Defensa recibieron pasividades por acumulaciones de servicios. Dos de ellos cumplieron servicios militares, policiales y civiles, según señala la resolución de Defensa.

La fuente gubernamental dijo que varias de estas personas, que recibieron pasividades, realizaron tareas de inteligencia o de vigilancia. Sin embargo, no confirmó que esa tarea fuese realizada para la Dinacie. Por su parte, una persona allegada a Berrutti dijo a El País que las personas que recibieron pasividades fue porque cumplieron servicios en distintos organismos del Estado (Policía y Ejército) y en empresas privadas. "Eso está todo documentado", agregó la fuente.

El espionaje a dirigentes políticos y sindicalistas continuó en los 90 y 2000 y fue sobre presidentes, expresidentes, legisladores, jueces y fiscales.

Durante la crisis de 2002 se vigiló a Jorge Batlle y su prosecretario, Leonardo Costa. También fueron víctimas Julio María Sanguinetti, Tabaré Vázquez, Rodolfo Nin Novoa, Berrutti, Macarena Gelman, Mirtha Guianze, entre otros.

Creada en 1999, como sucesora de la Dirección General de Información de Defensa, la Dinacie es el principal organismo de inteligencia estatal de Uruguay, que posee ocho organizaciones dedicadas al espionaje.

Divulgación.

También en 2008, el gobierno tomó otra decisión que causaría estupor a la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado argentino), el MI5 (Secret Security Service británico) y la CIA: publicó en Internet todos los nombres de los integrantes de la Dinacie. Los datos figuraban en un portal del Estado uruguayo bajo el título "Transparencia" que incluye nombres de cada uno de los militares y civiles, de los cuales unos 30 ingresaron durante la dictadura ), así como escalafón, grado, antigüedad y salarios de los mismos. "La difusión de esta información vuelve vulnerable cualquier sistema de inteligencia", dijo un oficial del Ejército Nacional en aquel momento.

Analizan legalidad de la infiltración.

Richard Read, dirigente del sindicato de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), dijo que el gremio analiza si es legal o no que un funcionario del Estado se infiltre en un sindicato. "Aparentemente no es legal. Además fue en democracia", señaló a El País.

Leandro, el infiltrado, revistaba en el Ministerio de Defensa, recordó Read. "Si fuera un particular, no hay nada que decir", señaló.

Tras aclarar que no es un fenómeno nuevo, Read dijo que no por ello hay que acostumbrarse.

El gremialista advirtió que es posible que los servicios continúen operando hasta hoy y se preguntó cuántos funcionarios trabajaban como infiltrados en el país.

Entrevistado por el programa Pisando Fuerte de Metrópolis FM, expresó: "Nosotros nos movimos toda la vida como sindicato, a la interna ninguno percibía ni sospechaba nada".

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Azucena Berruti y el presidente Vázquez en un acto militar durante primer gobierno del FA. Foto: Archivo

ESPIONAJE EN DEMOCRACIAEDUARDO BARRENECHE

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