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Bergara: la actividad de tomar dinero se hacía "por fuera"

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Pese a volatilidad, el dólar se fortalecerá según Bergara. Foto: Darwin Borrelli
Nota a Mario Bergara , presidente del BCU, en Encuentros con El Pais, redaccion, ND 20160526, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Archivo El Pais

“A una casa de cambio no se va y se deposita; en este caso se hacía en paralelo”.

El presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, afirmó que "la actividad" de tomar dinero y pagar un interés y dar préstamos y cobrarlos estaba "por fuera" de la casa de cambio, se hacía "en paralelo". Una vez conocido el hecho de que la casa de cambio cerró, los inspectores del BCU fueron a su local "primero, porque las entidades financieras no abren y cierran cuando quieren, sino que es una cuestión que está reglamentada" y segundo para hacerse de los archivos de la entidad.

Aseguró que "todas las operaciones que como red de pagos actuó la casa de cambio, están correctamente canceladas, no hay ningún tipo de riesgo que alguien que haya pagado una factura el día anterior, se le genere un problema". Lo mismo con "el pago de pasividades, se cobra por otra ventanilla sin ningún tipo de dificultad", añadió.

Del "análisis preliminar de la información de los archivos, libros contables, etc. no parece ser que haya pasado por la entidad casa de cambios, cosas que fueran ajenas a su rubro. Ahí no figura que hubiera recepción de depósitos contra pago de interés", dijo Bergara en diálogo con El País. Agregó que "por el momento no" se ha encontrado una contabilidad paralela. El BCU seguirá "analizando toda la información de la que se hizo en base a estas actuaciones y se verá si se detectan irregularidades del tipo regulatorio o normativo. Si no hay una reapertura, seguramente se va en el camino de la sanción, el cierre y la inhabilitación", enfatizó.

En el caso de las casas de cambio, lo que el Central regular es que "las transacciones financieras respeten las exigencias y normativas sobre el lavado de activos. Hubo actuaciones en el pasado donde hubo control sobre estos aspectos y no se presentaron mayores problemas", dijo el presidente del BCU. Las casas de cambio no pueden tomar depósitos ni dar créditos. "Son casi nulas las denuncias asociadas a que puedan estar haciendo actividades que no tienen permitidas. Si mal no recuerdo, en los últimos años hubo una sola", indicó.

Respecto al rol del BCU como regulador, Bergara dijo que "no hay responsabilidad" ni tampoco omisión. "Pensar que el BCU tenía que enterarse automáticamente, como si fuera un Gran Hermano, de lo que pasaba en transacciones financieras entre privados, es un poco ilusorio. El BCU no puede tener un aparato fiscalizador en todos los comercios, en todas las casas. Caricaturizando, si uno le da a un amigo plata para que le maneje, es imposible que el BCU esté ahí para frenarlo", señaló.

"Cuando se va a una entidad financiera para controlar lavado de activos, también detectaría estas cosas, si estas cosas estuvieran ocurriendo en la formalidad de la institución. En este caso, en paralelo a la institución, su titular hacía transacciones", añadió.

"A una casa de cambio, no se va y se deposita. No se puede generar un contrato de depósito. Uno no va a un lugar a depositar y la gente le dice: bueno, dame la plata y andá tranquilo que yo después te la devuelvo. Ese grado de informalidad no es un depósito", remarcó el presidente del Banco Central.

"He escuchado declaraciones de este tenor: si me hago amigo del gerente del banco, el gerente del banco me trata como a cualquier otro. Claro, porque hay una formalidad, una cuestión contractual. Ahí sí, hay un contrato. Aquí parece que la amistad lleva a que uno puede sin formalidades, sin contratos, tener la confianza de que otra persona maneje su dinero", dijo Bergara. (N. de R.: se refiere a lo que dijo el presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado, José Pereira, al diario El Observador que marcó las diferencias entre el trato del banco y este caso donde "se entablaba una relación personal y el cambio daba ciertos beneficios").

Por eso, "lo primero es reafirmarle a la sociedad que no sienta que va a una casa de cambios y deposita. La regulación implica priorizar, uno no puede tener aparatos inspectivos en todos lados a la vez. Uno en función de modelos de riesgo, enfatiza o profundiza la inspección en un lado o en otro. Esto (de colocar dinero y dar préstamos) pasó en una casa de cambio como puede pasar en una ferretería. Se da una cuestión al ser una casa de cambios, que es un tema que hay que proteger desde el punto de vista reputacional, dejar en claro que se está alerta y atento y se actúa de manera inmediata en estos casos, porque no puede haber pérdida de confianza en el sistema", indicó Bergara. "No hay razón" para que haya pérdida de confianza, "no hay razón para pensar que porque se da este caso hay una falta de control y mucho menos que va a haber repercusiones de otra naturaleza en el funcionamiento sólido que tiene el sistema financiero en Uruguay", aclaró.

Por último, Bergara dijo que de este caso se extrae que "en la medida que uno evalúa las casas de cambio que lo que tiene que fiscalizar son lavado de activos y demás, también extender el ojo" en otros aspectos. "Pero, si hubiéramos ido el día anterior (al cierre) y uno revisara la operativa de la casa de cambio, no se detecta. Porque no está en la casa de cambio la actividad, está por fuera. A no ser que hubiera una denuncia, no es factible detectar esto porque está en paralelo", concluyó.

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