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Hamas, con nuevos aliados, desafía a Israel

Arde Medio Oriente. El grupo extremista que controla Gaza, cuenta con el apoyo de tres potencias regionales: Turquía, Qatar y Egipto. Hamas busca acercarse a Jordania y se distancia de Siria

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En la noche del jueves último, en esta desamparada franja costera, los habitantes hicieron disparos de armas de fuego para festejar un anuncio de Hamas: uno de los cohetes hizo impacto contra un avión de Israel.

Las Fuerzas de Defensa de Israel lo negaron, aunque las imágenes difundidas por la televisión de Hamas y YouTube parecieron convincentes. De cualquier manera, "el espíritu de la gente es alto, pese al sitio y a la agresión israelí", dijo el Dr. Hassan Khalaf, director del Hospital Al Shifa, donde son llevados los palestinos muertos o heridos. "Al menos, ahora sentimos que podemos herir a los israelíes, mientras ellos nos dañan a nosotros".

Casi cuatro años después de la operación que realizó Israel, durante tres semanas con ataques por aire y tierra, en respuesta al reiterado fuego de cohetes efectuado desde Gaza, el nuevo conflicto tiene decididamente una sensación diferente y no solo porque Israel ha dicho que busca limitar sus acciones a golpes de precisión.

Esta vez, las fuerzas israelíes combaten a un nuevo y envalentonado Hamas, apoyado por las potencias regionales de Qatar, Turquía y Egipto, que demuestra su fuerza en comparación con una Autoridad Palestina debilitada y afectada por la crisis.

Israel ha denunciado que desde que se retiró de Gaza en 2005, miles de cohetes fueron lanzados contra diversas ciudades de su territorio. A su vez, Hamas dice que la mayor parte del tiempo logró que no hubiera ataques. Pero, a partir del 10 de noviembre hubo nuevos ataques desde Gaza. Hamas respondió con fuerza, después que Israel dio muerte, el miércoles último, a su máximo comandante militar, Ahmed Al Jabari. Durante 24 horas, envió más de 300 cohetes contra zonas pobladas de Israel, varios de los cuales penetraron el corazón poblado en torno de la ciudad de Tel Aviv. Tres civiles murieron en un edificio de apartamentos situado a unos 27 kilómetros al norte de Gaza y tres soldados resultaron heridos en un ataque separado.

Para Hamas, el objetivo no es necesariamente una victoria militar, sino diplomática, a medida que pone a prueba su creciente alianza con el nuevo liderazgo islamista de Egipto, encabezado por el presidente d Mohammed Morsi, y otras relaciones en el mundo árabe y más allá.

"El conflicto muestra cuánto ha cambiado la región desde que comenzaron los levantamientos en los países árabes", dijo Nathan Thrall, quien realiza investigaciones en Israel y los territorios palestinos para el Grupo Internacional de Crisis, que trabaja para prevenir el conflicto. "Ahora, cuando Gaza está bajo fuego, las voces más fuertes no surgen del llamado Eje de Resistencia -Irán, Siria y Hezbolah- sino de aliados de Estados Unidos como Egipto y Qatar". Una posible vía de salida a la crisis, según sugiere Thrall, sería un acuerdo de tres partes, por el cual Hamas se comprometiera a contener a los elementos más extremistas en Gaza, a cambio de mejor comercio a través de Rafah, el cruce fornterizo controlado por Egipto, así como por Kerem Shalom, el cruce comercial administrado por Israel.

"El nuevo factor X es que Egipto es parte de esta mezcla", indicó David Makovsky, del Instituto de Política de Cercano Oriente, con sede en Washington. Sostuvo que Hamas espera que el mensaje a Israel sea este: "Ustedes no quieren lío con nosotros en Gaza porque perjudicarán su relación con Egipto".

APOYO. Hasta ahora, el presidente Morsi, quien es integrante de la Hermandad Musulmana, se ha situado del lado de Hamas: no solo llamó a su embajador en Israel, sino que envió a su primer ministro, Hesham Kandil, a Gaza para "confirmar la solidaridad de Egipto con el pueblo de Gaza, a la luz de la agresión injustificada de Israel", de acuerdo con lo que indicó una declaración de su vocero.

El primer ministro de Hamas, Ismail Haniyeh, agradeció a Morsi, en un mensaje televisado en la noche del jueves último, "por la rápida y valiente decisión que tomó", antes de agregar: "El Egipto de hoy es muy diferente del de ayer".

Al producirse semanas después de que el emir de Qatar se convirtió en el primer jefe de Estado que llegó a Gaza desde que Hamas tomó el control en 2007, la visita de un egipcio de tan alta jerarquía como Kandil crea un dilema a Israel.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien dijo que los ataques con cohetes contra Israel son inaceptables, impartió instrucciones a las Fuerzas de Defensa para que realicen ataques precisos contra la infraestructura terrorista en Gaza.

Israel lanzó panfletos para advertir a los habitantes de Gaza que se mantengan alejados de los lugares utilizados por Hamas para almacenar armas y acusó a ese grupo de usar a los civiles como escudos humanos al instalar depósitos de armas en barrios residenciales.

Hamas no ha limitado sus movimientos estratégicos en la región a Egipto, donde la Hermandad Musulmana es una fuerza poderosa que ha llegado al gobierno tras la caída del presidente Hosni Mubarak.

El primer ministro de Hamas, Ismail Haniyeh, dejó en claro, que "las ciudades árabes y musulmanas están en su totalidad en silencio, pero encontramos rápida respuesta del liderazgo egipcio". Agregó que "los líderes no pueden seguir inmóviles mientras ven como agreden a nuestro pueblo".

Hay señales de una división entre Hamas y Jordania. El 29 de enero de este año, Meshal, quien encabeza el ala política de Hamas, hizo una visita a Jordania, con una delegación del comité político de Hamas, y acompañado del príncipe de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, y se reunieron con el Rey Abdullah III. Fue la primera visita oficial de jefes de Hamas a Jordania, desde que la sede del grupo en Amman fue cerrada por el gobierno jordano, en 1999.

Jordania quiere restablecer relaciones con Hamas, debido a que el grupo se desprendió a la Hermandad Musulmana, cuyos aliados islamistas están formando gobiernos alrededor del mundo árabe y porque quiere permanecer como un protagonista influyente en la región, especialmente en el conflicto israelí-palestino. Pero, Jordania no quiere dañar sus relaciones con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas ni enfurecer a sus aliados, Israel y Estados Unidos, que califican a Hamas de grupo terrorista.

A su vez, Hamas busca distanciarse aún más del gobierno del presidente de Siria, Bashar Assad, que lleva a cabo sangrientas acciones con las fuerzas que lo enfrentan, pero no desea provocar a ese régimen ni a Irán, su poderoso respaldo político y financiero.

Hamas enfrenta grandes dificultades, debido a que su apertura hacia Jordania sigue siendo frágil. El Rey Abdullah ha mostrado con sus actos que sigue considerando a Abbas como la figura principal de la política palestina. (Fuente: The New York Times).

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