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Muerte en la rambla y caballos sin control

Accidentes. Carro guiado por menor mató a motociclista; segundo choque en 48 horas

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ANDRÉS LÓPEZ REILLY

Un caballo provocó ayer la muerte de un hombre de 56 años en la rambla de Pocitos. El equino estaba fuera de control, al igual que la situación de los carritos recolectores, que tienen prohibido circular tanto por la rambla como por avenidas.

Ocurrió en la mañana de ayer en la rambla y Avenida Brasil cuando un clasificador de residuos se bajó de su carro para hurgar en un contenedor. El caballo, por algún motivo, se asustó y corrió por la rambla, a contramano, impactando contra una moto que a su vez chocó con una camioneta. Como resultado, el motociclista, Miguel Ángel Rodríguez Sanguinet, murió por las heridas recibidas. El caballo se fracturó una pierna, por lo que seguramente será sacrificado. Después se supo que quien conducía el carro era un menor de 15 años, que ayer se encontraba a disposición del Juzgado de Adolescentes de 2° Turno.

Veinticuatro horas antes, otro accidente con un carrito recolector ocurrió en la rambla a la altura del parador Kibon (foto inferior).

Según un decreto municipal, los carros tirados por caballos tienen prohibido circular por la Avenida 18 de Julio, Avenida del Libertador, Avenida Italia y todas las ramblas de la costanera de Montevideo.

Además, está parcialmente excluida, en el horario de 5 a 22, la circulación por Agraciada (desde Camino Castro a Carlos María Ramírez), General Flores (desde Garibaldi a Carlos Reyles) y 8 de Octubre (desde Pan de Azúcar a Bulevar José Batlle y Ordóñez).

Es la Intendencia la que debe velar por el cumplimiento de esta normativa, aunque los inspectores municipales no pueden retirar los caballos en infracción: la tarea le compete a la Policía, previa intervención de un juez.

Hace tres años un conductor se llevó el susto de su vida cuando conducía su camioneta Nissan a la altura de la rambla y Ejido. Un hurgador estaba en una volqueta cuando su equino se desbocó y comenzó a correr sin control y a contramano, por Ejido hacia la rambla. Allí, el chofer de la Nissan intentó eludir al equino, al que golpeó en la cabeza. El resultado: el caballo quedó tendido en el asfalto, con el cráneo destrozado, en un charco de sangre. Y la camioneta volcó, aunque el conductor no sufrió lesiones de entidad. La trágica escena fue vista por miles de conductores que pasaron por la rambla en horas de la mañana. Y aunque el hecho tuvo una notoria trascendencia -con protestas de las protectoras de animales incluidas- sigue sin cumplirse con la normativa que prohíbe a los carritos recolectores circular por las ramblas y las grandes avenidas.

RESPONSABILIDADES. El edil colorado Flavio Beltrán anunció a El País que cursará un pedido de informes a la Intendencia de Montevideo sobre la responsabilidad que le cabe en estos casos, cuando un vehículo resulta dañado o una persona lesionada por un choque con un carro recolector de basura.

"¿Quién paga? Porque seguramente el carrito no tiene el Seguro Obligatorio Automotor (SOA). Y si el dueño del auto solamente tiene el SOA, que no cubre el daño propio ¿a quién le reclama? ¿La Intendencia no tiene responsabilidad por omisión de controles?", se preguntó el legislador departamental del Foro Batllista.

El mes pasado, el también edil colorado Tulio Tartaglia (Vamos Uruguay) envió otro pedido de informes a la Intendencia para obtener información sobre la fiscalización y los controles que se deberían realizar en las calles de la ciudad.

Tartaglia recuerda que la normativa de Tránsito y Transporte de la IMM prohíbe "la conducción de carros por tracción a sangre por parte de menores de 18 años". Y que "tienen prohibido circular por la rambla, 18 de Julio, y la avenida del Libertador, aunque pueden atravesar estas arterias a cualquier hora del día para hacer sus recorridos habituales".

"Generan inseguridad y entorpecen el tránsito"

Oficialmente hay en Montevideo 7.500 carros recolectores de residuos, pero los recicladores dicen que son el doble. Según un informe titulado "Tirando del carro", realizado hace un par de años por el programa Uruguay Clasifica del Mides, no existen estadísticas que permitan determinar si los clasificadores son peores conductores que el resto de la sociedad. Sin embargo, dice el documento, resulta razonable pensar que, por circular a bajas velocidades y realizar frecuentes paradas, los carros entorpecen el flujo del tránsito, contribuyendo a generar una sensación de inseguridad.

Los carros se encuentran sometidos a las mismas reglamentaciones que el resto de los vehículos (semáforos, carteles de Pare, etc.) y sujetos a las mismas autoridades públicas (municipales en las zonas urbanas y policiales en rutas), pero por lo general no cuentan con elementos de seguridad tales como luces, señaleros o balizas.

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