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La familia como un sistema viviente

| La familia debe contener y acompañar la maduración. Un funcionamiento es bueno o malo según la etapa

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MARGARITA DUBOURDIEU

Psicoterapeuta integrativa

La familia nace, se desarrolla y se perpetúa a través de sus descendientes. Hay una cultura familiar que se trasmite no solo en palabras, sino también a través del manejo de los hábitos cotidianos, de los afectos, de la comunicación, de la relación con el afuera, etc. La familia opera como una matriz o modelo de interacción humana, no determinante, habiendo oportunidad de nuevos aprendizajes. En una familia saludable debe haber sostén emocional de los padres a los hijos, basado en una capacidad empática: captar las necesidades del otro, y responder adecuadamente a las mismas, integrando también los hijos esta característica de relacionamiento.

Ciertos funcionamientos pueden ser saludables en una etapa del ciclo vital y dejar de serlo en otras. Por ejemplo, una simbiosis estrecha y permanente relación madre-hijo es necesaria en las primeras etapas de vida, pero deja de ser saludable si no permite gradualmente incorporar otros vínculos ( padre, familia y otras personas del entorno) posibilitando un proceso de separación y autonomía acorde a la maduración biopsicosocial del niño. Las familias "centrípetas" dificultan el desprendimiento de sus hijos, su socialización y buscan retenerlos. Por el contrario las familias "centrífugas", tienen serias dificultades de contención de los hijos, son expulsivas y existen familias con mensajes contradictorios, por un lado estimulan a vincularse con el afuera pero a la vez dificultan o impiden la autonomía.

Las familias saludables son contenedoras y acompañan el proceso de maduración de los hijos permitiendo su individualización y autonomía acorde a cada etapa del ciclo vital. La familia nuclear (padres - hijos) así como la familia extensa (abuelos, tíos, primos, etc.) constituyen mo-delos de relacionamiento a los que continuarán la escuela y otros. En las familias nucleares coexisten distintos subsistemas: parental (padres), filial (hijos), fraterno (hermanos ) teniendo cada subsistema características y roles específicos. Los límites entre estos subsistemas son necesarios, no deben de ser confusos, tampoco rígidos y las diferencias y conflictos deben resolverse mediante la comunicación e intercambio debiendo los padres asumir su responsabilidad educativa frente a los hijos.

En ciertas situaciones podemos no sentirnos autosuficientes para poder resolverlas. Es una característica de salud en estos casos pedir ayuda a alguien allegado o ayuda profesional para poder promover y disfrutar de un bienestar familiar considerando la realización de sus miembros, según sus necesidades y características particulares.

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Un saludable funcionamiento familiar.

Requiere la comunicación en un marco de afecto y respeto, la flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios, el promover el bienestar de cada integrante de la familia en todas las dimensiones: biológica, psicoemocional, social y espiritual.

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