Aplicando un criterio diverso al que empleó en el caso de la ley de caducidad en donde se desacató expresamente la voluntad popular, José Mujica acaba de afirmar en Porto Alegre que debe respetarse el resultado del otro plebiscito realizado en 2009 referido al voto de los uruguayos en el exterior. En aquella ocasión, la propuesta de habilitar el voto epistolar consiguió apenas el 37% de los votos de la ciudadanía lo que supuso un claro rechazo a la reforma constitucional planteada por el Frente Amplio.

Consultado sobre el tema, el presidente sostuvo que la decisión popular en 2009 fue "legítima" y "debe ser respetada". Si bien reconforta conocer esa postura, cada vez resulta menos comprensible por qué el presidente la ignoró en el caso de la caducidad en donde la decisión popular fue igualmente legítima y digna de respeto. Así, estas declaraciones de Mujica confirman cuan antidemocrática y antijurídica fue la "ley interpretativa" aprobada por la izquierda para liquidar la ley de caducidad.

De todos modos, en el Frente Amplio se insiste ahora con habilitar el voto consular, es decir, el que exige la presencia del votante en las sedes consulares o diplomáticas del país. El canciller Luis Almagro, en su momento, había levantado esta bandera, aunque últimamente, requerido por problemas más candentes que apenas puede resolver, parece haber relegado el tema a un segundo plano.

Ahora resta por ver si Mujica seguirá respetando la voluntad popular expresada en el plebiscito sobre el voto epistolar o si cambiará de idea y la vulnerará tal como lo hizo con la ley de caducidad a pesar de sus anteriores promesas en contrario.

Así de inciertas son las cosas en nuestro país.