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Escaso apoyo económico de la gente al Plan Juntos

"Buque insignia". Comenzaron obras con apoyo militar

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PABLO MELGAR

El Plan Juntos, el "buque insignia" del gobierno de Mujica, no obtiene el apoyo popular que el presidente esperaba. Las donaciones privadas son escasas y la ley que le daría amparo jurídico y económico duerme en la Comisión de Vivienda del Senado.

"El Plan Juntos no ha construido una vivienda y ya está lleno de funcionarios", se lamentó un militante del MPP cercano al dirigente Julio Marenales, líder de la mayoría del sector político del presidente. El comentario surgió a raíz de la "lentitud" con que se mueve el proyecto y del incremento de personal para el Plan que paga el Estado.

En tanto, 50 mil familias pobres que el Plan Juntos pretende beneficiar siguen con expectativa la evolución del proyecto impulsado por el propio presidente José Mujica, que aporta el 70% de su sueldo al Plan.

Hasta ahora Juntos actúa en diez puntos del país, la mayor parte en Montevideo y la zona metropolitana. En algunos casos se dedican a mejorar el baño o la cocina en casas insertas en barrios humildes o asentamientos irregulares.

En otros se lugares iniciaron construcciones desde cero. La obra de mayores dimensiones comenzó en abril y se trata de un complejo habitacional en acuerdo con Fucvam en Batlle Berres y Ruta 5. Otro de menores dimensiones levantó cimientos en el Cerro.

La idea original del presidente era que el Plan se financie con aportes solidarios de privados. Sin embargo, el Presupuesto Quinquenal le otorgó fondos por US$ 5 millones.

Ancap, UTE y hasta el Ministerio del Interior realizaron donaciones en especie de distinto tipo. El ente petrolero tiene previsto seguir donando bolsas de Pórtland durante los próximos tres años. Además de parte de su salario, Mujica aportó un camión y una retroexcavadora, producto de obsequios de empresas privadas.

Sin embargo, el entusiasmo presidencial no encuentra eco en la población. "No hay plata, las donaciones no aparecen. La gente (los participantes) quieren empezar a trabajar y todo se demora", aseveró otro enojado dirigente del MPP que se definió como miembro del "frente de la vivienda".

Las críticas en la interna del MPP no faltan. "Nadie se enamora de algo que no ve y menos va a poner plata", señaló a El País un dirigente del MPP.

Si bien la conducción del plan está en manos de dos arquitectos y una militante, el control político lo ejerce la primera dama, Lucía Topolansky.

Para resolver quienes serán los "participantes" del Plan no hay forma de inscribirse. Se debe aguardar a que un equipo multidisciplinario, financiado por el Estado, ingrese a los hogares de los posibles candidatos y acepte sumarlos al Plan, según explicó una fuente cercana a la conducción de la fundación que dirige el proyecto.

En tanto, en el interior del país, fuera del área metropolitana, los militantes del Frente Amplio realizan relevamientos para detectar las necesidades habitacionales de la zona.

Sin embargo, no está claro si serán ellos los que determinarán a quiénes corresponderán las viviendas o los arreglos. La única directiva es que busquen familias que sean propietarias de terrenos para las eventuales edificaciones.

La mayor parte de los asentamientos del interior están construidos con aportes de materiales de la intendencia local y de los propios vecinos. También hay viviendas construidas por Un techo para mi país.

Obra. Desde abril, en la esquina de Batlle Berres y Ruta 5, se está construyendo la "primera experiencia piloto" del Plan Juntos. Se trata de una obra conjunta en la que participan el propio plan impulsado por Presidencia, la Federación de Cooperativas de Viviendas (Fucvam) y el Ejército Nacional.

La construcción se realiza en base a bloques "Mutoni", una invención del arquitecto Ricardo Mutoni, director del Plan.

Los primeros en ingresar al terreno fueron los efectivos de los batallones de Ingenieros V y VI con maquinaria pesada para nivelar el terreno y crear calles y vías de acceso.

Se trata de un complejo de 360 viviendas que se está construyendo sobre un terreno de 9 hectáreas; se estima que cuando esté pronto unas 2.000 personas residan en el lugar.

Los arquitectos previeron un salón multiuso al que se agrega una guardería. Las viviendas son de dos plantas y tienen entre dos y tres dormitorios. Además, se incluye un edificio para un centro educativo, que podría ser un liceo, lo que se está negociando con ANEP.

En ocho años de existencia, el proyecto privado Un techo para mi país construyó 2.249 viviendas en Uruguay. Se financia únicamente con donaciones.

Militante: "Nadie se enamora de lo que no ve. La gente quiere empezar a trabajar".

Silencio y basural inmortal

Lucía Topolansky ordenó a los funcionarios del Plan Juntos no hacer declaraciones. El mandato implica al director del proyecto, Ricardo Mutoni, y llega al responsable de la obra de Batlle Berres y Ruta 5. "No puedo hablar, órdenes de arriba", dijo el capataz, un hombre alto y de anchos bigotes. En el terreno de Batlle Berres y Ruta 5 funcionó históricamente un basural y de hecho sigue recibiendo residuos. Los vecinos de la zona consignaron a El País que el sistema de recolección municipal llega tarde o mal a la zona, por lo que no tienen otra opción que arrojar la basura en el predio en el que se construyen las viviendas.

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