Publicidad

Entretelones de un largo adiós

| Remate. Se revelan disputas en torno al documental sobre la agonía y muerte de la actriz

Compartir esta noticia
 20110529 800x418

La actriz Farrah Fawcett estaba bajo la supervisión de una enfermera a tiempo completo en su condominio de Wilshire Boulevard`s Golden Mile, entrando y saliendo de la inconsciencia, cuando la NBC hizo el pedido.

La cadena había adelantado un millón y medio de dólares por el film estilo "cinema verité" que Fawcett estaba haciendo sobre su lucha con un cáncer terminal, y con todo el furor mediático acerca de su muerte inminente, NBC quería mostrar el material a fines de mayo del 2009 para ganar `rating`. "Tenemos que tener el programa en el aire", le escribió un ejecutivo de la cadena a Craig Nevius, el socio de Fawcett en la producción, "y creo que ustedes también lo quieren".

Pero Fawcett estaba demasiado enferma para aprobar la versión definitiva, y Nevius tenía dudas sobre seguir adelante sin ella. "Debo honrar su intento y su visión", contestó.

Finalmente NBC logró lo que quería, pero solamente luego de que el actor Ryan O`Neal, intermitente pareja de Fawcett a lo largo de treinta años, logró sacarle el proyecto de las manos a Nevius.

Recibido como un momento seminal de la televisión cuando fue emitido hace dos años, el film hizo de Fawcett "la primera celebridad norteamericana que se filmó muriendo". El New York Post escribió que había sido elogiado por los críticos por su sinceridad, pero también se dijo que era a veces "casi insoportable" y "sensacionalista".

TENSIONES. Si el documental fue un drama desgarrador, el "fuera de cámaras" en sí mismo fue operático, con amenazas de violencia y transferencia de derechos legales en el lecho de muerte, llevando a una demanda ante los tribunales que enfrentó a varios poderosos de Hollywood contra Nevius, un libretista prodigio convertido en productor que nunca llegó empero a la cima.

La lucha alrededor del film, documentada a través de entrevistas, correos electrónicos y reclamos legales clausurados hace unas pocas semanas, revela un caótico capítulo final en la vida de un ícono americano, y un momento particularmente poco delicado de la industria del entretenimiento, incluso para los estándares de la era de los "reality shows".

Al vender su "diario en video" a la NBC, Fawcett convirtió su enfermedad en lo máximo en materia de programas de la vida real para un público cada vez más voyeurista. Mezcló el deseo de contar su historia con los intereses de una cadena que peleaba por el rating.

"Ella eligió filmar esto y convertirlo en un programa de televisión", dice Doug Vaughan, el ejecutivo de NBC que supervisó el proyecto. "Fue su idea hacerlo".

Pero Fawcett había querido mostrar las limitaciones que veía en el tratamiento del cáncer en los Estados Unidos, y presentarlo en un estilo de "arte y ensayo". Solía mencionar a Francois Truffaut cuando hablaba de su visión. Cuando O`Neal y NBC pasaron a controlar el documental, adquirió el tono de los materiales televisivos sobre celebridades, a la vez glamorosos y mórbidos.

"Era todo lo contrario de lo que se suponía que debía ser", dice Nevius, quien se convirtiera en parte en agente, en parte representante, en parte productor y devoto a tiempo completo de Fawcett.

Contra las objeciones de Nevius, la película, originalmente titulada A wing and a prayer, pasó a llamarse Farrah`s Story ("La historia de Farrah"), recordando al film de 1970 Love story ("Historia de amor"), en el que O`Neal encarnaba a un marido dedicado a su incurablemente enferma esposa. ("Love story fue una de las películas más vistas de todos los tiempos", recordó O`Neal en una entrevista. "¿Cuál es el problema?"

SENTIMENTALISMO. En su demanda, Nevius argumentó que la película se había convertido en la retrospectiva sentimental que Fawcett quería evitar. O`Neal sostiene en cambio que se hizo cargo del proyecto cuando él y la NBC decidieron que no estaba listo para un horario central. Alana Stewart, una amiga de Fawcett que filmó mucho del material, rechaza las críticas, diciendo: "Algo debimos de hacer bien, ya que lo vieron diez millones de personas y fue candidata a un Emmy".

Pero queda sin responder la pregunta de qué versión de su imagen final hubiera querido realmente Fawcett que se proyectara. "No me gusta decir esto, mi amigo, pero nadie lo sabe", dice Mela Murphy, amiga y peluquera de Fawcett. "Tal vez no debieron sacar nada al aire. ¿Qué tal eso?"

Fawcett no quería hacer una película sobre su muerte. "Ella pensaba que era una historia de supervivencia", afirma O`Neal. Cuando le diagnosticaron el regreso de su cáncer anal en 2007, ella comenzó a filmar sus visitas al médico para hacer un documental. Dijo que quería mostrar lo que veía: la lentitud de los procesos de aprobación de nuevas drogas en los Estados Unidos, y los avances de los tratamientos en países como Alemania, donde buscó una cura.

La película debía ser una serie de diarios en video en tiempo real, enlazados por la narración de Fawcett. Nevius dice que Fawcett quería minimizar las referencias a su carrera y rechazó su sugerencia de incluir un "subplot" de su relación con O`Neal, diciéndole que "no se trataba de eso".

Cercano: Ryan O`Neal y su hija Tatum tendrán muy pronto su propio "reality show".

Idas y venidas de un equipo incongruente

Farrah Fawcett parece haber confiado en que Craig Nevius sostuviera su visión, dándole el control si ella quedaba incapacitada. Dieciocho años menor que ella, él había llegado a Hollywood como un joven y promisorio libretista. Tenía solo 22 años cuando su primer guión se convirtió en una exitosa película, Happy together, protagonizada por Helen Slater, Patrick Dempsey y, en un pequeño papel, Brad Pitt.

Pero cuando Nevius conoció a Fawcett 15 años después, llevaba una modesta carrera produciendo programas con estrellas de antaño. La convenció de hacer un "reality show", Chasing Farrah, y cuando el programa terminó en 2005 permaneció en su vida. Cuando la madre de Farrah murió, él organizó el homenaje para su funeral. Ayudó a Fawcett a asegurarse los derechos de su famoso póster con un traje de baño rojo. En una tarjeta de Navidad, ella lo llama "mi leal amigo, mi protector".

Nevius y Fawcett eran un equipo incongruente. Ella, la glamorosa estrella de los setenta; él, el productor de pelo largo y jeans que vivía en un modesto apartamento en West Hollywood.

El otro principal integrante del equipo, Alana Stewart, exesposa del actor George Hamilton y el rockero Rod Stewart, alude a Nevius con cierta irritación, y lo describe como "una mezcla de devota mascota y fan obsesivo". Según O`Neal, Fawcett le pidió que trabajara en el film, pero no quiso hacerlo estando Nevius. "Desembarázate de él y subiré a bordo", le dijo. Fue lo que, en último término, acabó sucediendo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad