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Irían por cambios ministeriales: Defensa e Interior primero; en el Frente impulsan reestructura

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DANIEL HERRERA LUSSICH

Esta vez, quedó muy tocado en su imagen política y como conductor de masas, el presidente José Mujica. Su inusual terminología popular, de cuando en cuando chispeante, no alcanzó para salvarlo. Ni tampoco su estilo clásico de "como te digo una cosa, te digo la otra".

Las confusas idas y venidas del agitado mandatario, en un vano esfuerzo para apagar incendios partidarios, lo precipitaron en un mar de contradicciones, de las cuales no pudo escapar. Quedó en el ojo de la tormenta de las críticas de sus correligionarios y en abierta contradicción con las omnipotentes Bases del Plenario Nacional del Frente Amplio, lo que colaboró a la caída de su popularidad en algo más de 11%.

Tampoco quedó afuera del castigo el vicepresidente Danilo Astori. Y Tabaré Vázquez coincidió con sus colegas en tímidas apariciones, formando el triple liderazgo con Mujica y Astori, desapareciendo luego en duros días, con su conocida habilidad de no embarrarse demasiado en las situaciones comprometidas.

Ha corrido medio mes desde el empate negativo de 49 a 49 en Diputados, ante un Víctor Semproni, de probado coraje, amigo muy cercano de Mujica, que se retiró de sala previo a la votación y abrió las puertas a la peor derrota del Frente desde su creación y al gran papelón como partido de gobierno, a pesar de que goza de todas las mayorías.

El intento de anular la ley de Caducidad nació rengo desde los serios insucesos en el Senado y una triste y mínima votación afirmativa. Tanto que cuando Fernández Huidobro adelantó su renuncia, varias manos aplaudieron, las mismas que marcaron segundos antes el voto que le habían ordenado.

Ahora, el tema de la Caducidad sigue en el discurso de todos -aunque congelado por el momento en el Parlamento- a través primero de la decisión de José Mujica de ordenar a los abogados de confianza que analicen una salida para reabrir los 88 casos cerrados en su momento por la cuestionada ley. En tanto, la gente espera que el Ejecutivo y el Parlamento dirijan la mirada a los desafíos que a diario la inquietan, los dos debe que preocupan también al gobierno: la inseguridad ciudadana y la crisis en la enseñanza.

En el Frente Amplio, sintiendo todavía el rigor de las jornadas vividas, que dejó heridos y doloridos por el camino, quedan dudas pendientes: ¿Semproni se retiró de sala en un previo acuerdo con su amigo Mujica? Militantes frentistas que reclaman sanciones tampoco ocultan que merecería igual castigo Nin Novoa, que negó su voto y se escudó en argucias parlamentarias. ¿Se le reclamará el cargo a Semproni o quedará todo en mucho ruido y pocas nueces? ¿El resultado negativo de la ley interpretativa benefició o perjudicó al FA ante la ola de impugnaciones de inconstitucionalidad que se anunciaba y el claro rechazo general ante el desconocimiento de dos pronunciamientos populares?

En tanto, en importantes sectores del Frente Amplio, con fuerte respaldo electoral, se analizaba a fondo la idea de promover la reforma de las reglamentaciones que rigen los órganos del Partido, Plenario Nacional, Ejecutivo, etc. Se considera que lo sucedido refleja un episodio negro para la coalición. Se buscará que los organismos resulten representativos y sin los poderes absolutos que ostenta hoy el Plenario, elegido en el mayor de los secretos, conformado en su 50% por las llamadas Bases, cuyos integrantes no suman más de un par de miles de votos y cuyo 60% está dirigido por el minoritario Partido Comunista.

Los dirigentes que manejan una urgente reestructura piensan en la conveniencia de impulsar elecciones internas, que se podrían convocar entre los meses de septiembre y octubre, y así renovar Presidente, Vice, Ejecutivo y Plenario Nacional, Comités de Base y demás organismos. Se sabe que no será fácil llevar adelante los cambios: los actuales dirigentes de base preparan una dura resistencia a todo intento de reorganización.

El senador Rafael Michelini en declaraciones públicas dejó en evidencia los problemas de la actual situación: "Nosotros en algún comité somos amplia mayoría porque fuimos en alguna forma invadiendo, echando frenteamplistas que se fueron a otros comités y lo que estamos haciendo, con ese estímulo al copamiento, es perdiendo la amplitud que el FA tenía". En los comités de base se vota a los dirigentes a mano levantada sin obligación de identificarse y con una adhesión partidaria de 30 días de antigüedad.

La crisis desatada por las opiniones cruzadas sobre la ley interpretativa de Caducidad ha dejado muy tensas las relaciones entre distintos sectores del Frente Amplio. Altas fuentes, vinculadas a los centros de poder del conglomerado, adelantaron la posibilidad de que en corto tiempo se produzcan cambios en el elenco ministerial. Según el vocero, los primeros pasos se darían en la interna del partido del presidente Mujica, motivados por los sucesivos traspiés que se están dando en el capítulo de la inseguridad pública y en especial ante el constante crecimiento de las rapiñas. Se señala que el actual ministro de Interior, Eduardo Bonomi, hombre de máxima confianza del presidente (sobre el cual hay idea mayoritaria de mantenerlo en el gabinete) pasaría al Ministerio de Defensa y en su lugar en la titularidad de Interior ingresaría José Ignacio "Chacha" González, figura incondicional y secretario del presidente Mujica en su etapa de legislador, referente regional del MPP y hasta ahora asesor del ministro Bonomi. En tanto, se concretaría el alejamiento de Luis Rosadilla de Defensa, que volvería a ocupar el cargo de diputado. En tanto, lo que surgió como otro gran lío quedó por ahora en "agua de borrajas". Las diferencias por los tributos al agro y el "pase de muleta" que Mujica hizo al ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, y de Economía, Fernando Lorenzo (se enteraron de la decisión presidencial leyendo la prensa) fueron superadas, pero hay ánimos que siguen caldeados, los de los rurales.

Además, algo más que ocurrencias jocosas y rezongos deberá tener el presidente Mujica para lograr limpiar su propia cancha. Pero fundamentalmente para convencer a sus correligionarios que hay otros grandes debates que ensucian la otra gran cancha para la que fue elegido para gobernar.

Mientras tanto, "los uruguayos y uruguayas" -diría Tabaré Vázquez-, desde Artigas a Montevideo, esperan por seguridad y educación.

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