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Hollywood busca una vez más resucitar el western

Oeste. Reharán "El Llanero Solitario" y "Temple de acero"

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Alguna vez se dijo que era "el cine norteamericano por excelencia" (lo que era también una forma de decir que era "el cine", a secas), pero el "western" es hoy un género muerto. Intermitentemente, algunos cineastas intentan resucitarlo.

Los últimos intentos serios de volver al Far West han corrido por cuenta de Kevin Costner (Pacto de justicia), James Mangold (El tren de las 3.10 a Yuma) y Ed Harris (Entre la vida y la muerte), mientras Clint Eastwood se ha dedicado a otras cosas. Se ha tratado en general de empeños individuales, casi "ejercicios de autor" que no han generado una corriente. Parece como si, efectivamente, al desnudar los mitos y leyendas del género en Un tiro en la noche (1962), el viejo John Ford hubiera clausurado el género.

Sin embargo, un Hollywood ávido de temas y desesperadamente necesitado de llenar horas de pantalla está dispuesto a intentarlo de nuevo. La semana pasada se estrenó en Estados Unidos Jonah Hex, un western con toques fantásticos (el héroe es un cazador de recompensas revivido mediante hechicería indígena que posee una capacidad para comunicarse con el Más Allá), basado en un popular cómic e interpretado por Josh Brolin, Megan Fox y John Malkovich.

Por su parte, el megaproductor Jerry Bruckheimer está trabajando para la empresa Disney en una nueva salida de El llanero solitario, el célebre justiciero enmascarado de las balas de plata. No se han adelantado muchos datos acerca del proyecto, pero se afirma que Johnny Depp, quien ya ha trabajado con Bruckheimer en la saga Piratas del Caribe, interpretaría a Toro, el "nativoamericano" amigo del héroe.

Otra `remake` cercana sería Gunsmoke o La ley del revólver, una traslación a la gran pantalla de la mejor y más duradera serie `western` de la televisión. Brad Pitt ha manifestado interés en interpretar al comisario Matt Dillon originalmente encarnado por James Arness, aunque una alternativa podría ser Ryan Gosling.

A priori, la más interesante de las `remakes` westernianas en curso parecería ser la que tienen en proceso de producción los hermanos Coen: una nueva versión de Temple de acero (1969), el film de Henry Hathaway por el cual John Wayne ganó el Oscar con su interpretación del comisario Rooster Cogburn. Los Coen habían hecho ya una suerte de "post-western" en Sin lugar para los débiles, pero aquí volverían a la época original aunque no tanto a la repetición del film de Hathaway sino a una mayor fidelidad a la novela de Charles Portis en el que aquél se basaba. La historia estará contada desde el punto de vista de la joven Mattie (Kim Darby en el film anterior, Hailee Steinfeld ahora), cuyo padre ha sido asesinado y contrata al viejo pistolero para dar caza a los criminales. Cogburn será encarnado por el estupendo (y reciente Oscar por Crazy heart) Jeff Bridges.

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