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R.ROSSELLO Y E.DELGADO

Un policía de la Dirección de Información e Inteligencia fue abatido de un disparo en Shangrilá, por un hombre que se atrincheró en su casa. Lo habían ido a buscar tras hallar un arsenal en otra vivienda de su propiedad, que se incendió.

Además del policía fallecido -Mario Morena, de 30 años- otro fue herido de bala durante el intercambio de disparos con el sospechoso. En una casa de la calle Del Lucero casi Gestido, un hombre de unos 60 años -que se llama igual que un ex árbitro de fútbol- se resistió cuando lo fueron a buscar policías por su presunta vinculación con un arsenal militar que había quedado al descubierto horas antes, al incendiarse una vivienda en Elba e Ibirocahy, a tres cuadras de Burgues y Batlle y Ordóñez.

"Se intentó comunicación, dialogar y la única respuesta fueron los tiros", afirmó a El País una fuente del caso.

Dos minutos antes de las 8 de la noche se escucharon los últimos disparos de armas automáticas en Shangrilá.

Sobre la hora 22, dos equipos GEO de Montevideo y Canelones, personal de Inteligencia y policías de la comisaría local mantenían un cordón alrededor de la manzana, a dos cuadras de la rambla de Ciudad de la Costa. Tenían la presunción de que el hombre estaba, al menos, herido.

Sin embargo, no era posible ingresar a la casa a la fuerza en horas de la noche, más allá de que existiera una orden de allanamiento firmada por el juez Jorge Díaz, magistrado especializado en crimen organizado que asumió el caso tras un primer pasaje por el despacho de Homero Da Costa.

Fuentes de la investigación indicaron que la situación "es muy delicada", que no se sabe lo que el sospechoso tiene adentro de la casa: no descartan evacuar el barrio. "La orden es no ingresar hasta tanto no se preserve la seguridad de todos los vecinos", establecieron las fuentes. Más allá de las causas de la violenta reacción del sospechoso ante la presencia policial, se investiga cómo llegaron las armas a manos de un particular (ver recuadro).

Un hecho fortuito -el incendio de una casa- dejó al descubierto algo muchos más grande. Se indagan las causas del siniestro, pero quedó claro que distribuidas en toda la residencia de Aires Puros había armas pesadas. Incluso el barrio corrió serio riesgo: si todo tomaba fuego la situación hubiera sido un peligro indicaron fuentes de la investigación. Si bien se escucharon algunas explosiones, Bomberos controló el incendio en la noche. Al ingresar a la vivienda se encontraron con la sorpresa del arsenal. La persona que figura como propietaria de la casa es una mujer mayor, de más de 90 años, con afecciones psiquiátricas propias de la senilidad. Por seguridad se dispuso una zona de exclusión.

El Ejército y la dirección de Información e Inteligencia intervinieron y varias fincas fueron marcadas. Se lanzaron los allanamientos y, en Shangrilá, los efectivos fueron recibidos a balazos. En un barrio conmovido, bajo lluvia, el tiroteo continuó durante varias horas.

El jefe de Policía de Canelones, Tabaré Gordiola, y el juez Díaz estuvieron en el lugar.

Granadas para tanque, granadas de mano, armas cortas y largas, fusiles, revólveres, pistolas, municiones, material para cargar municiones, pólvora. Parte del trabajo de la investigación es inventariar todo lo que fue hallado -distribuido en toda la casa- e indagar su origen y cómo llegó a esta persona. No es material del Ejército uruguayo.