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La recesión se va, el desempleo queda

Crisis global. Economía de EE.UU. declinó sólo 1% en el segundo trimestre tras caer 6,4% en el primero La productividad creció a una tasa anual del 6% Pérdida de empleos sigue golpeando al mundo | Crisis global. En la zona del euro, el PIB cayó 0,1% en el segundo trimestre, pero Francia y Alemania salen de la crisis Preocupa la situación de Italia y España Despidos más rápidos en EE.UU. | El PIB de Corea del Sur, Singapur y China se dispara

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NUEVA YORK | NEWSWEEK

La Reserva Federal no llegó a proclamar la victoria, pero dijo que la actividad económica de Estados Unidos se está nivelando y estabilizando. La recesión parece llegar a su fin, aunque el desempleo sigue alto. En Francia y Alemania ocurre algo similar.

En abril, la empresa constructora P.J. Keating Co., con sede en Lunenburg, Massachusetts, se presentó a las licitaciones de una docena de proyectos de estímulo de la economía impulsados por el gobierno del presidente Barack Obama, a través del Ministerio de Transporte. Ganó dos contratos, uno de los cuales fue por US$ 4 millones, lo que le permitió sobrevivir en un año penoso, indica el gerente de operaciones de construcción, David Baker, de 36 años. A medida que los negocios declinaron en los últimos dos años, la empresa despidió a doce empleados. "Sin estos dos proyectos, hubieran seguido seis despidos más", dijo Baker. En cambio, la empresa mantuvo a los 300 restantes empleados y contrató a cinco más.

La Gran Recesión, que pasó por arriba de las vidas financieras de los estadounidenses como una de las enormes pavimentadoras de P.J. Keating, parecería que ha terminado. Las ventas han crecido durante tres meses consecutivos, si bien están por debajo de los niveles de hace un año. La bolsa de valores ascendió 44% desde marzo, gracias al renovado optimismo y mejoras en las ganancias de grandes empresas como Goldman Sachs y Apple. En junio, siete de los diez indicadores en el Índice Líder de la Conference Board (institución fundada hace 90 años, de apoyo al sector privado, a través del análisis y otras actividades) estuvieron en tendencia ascendente, incluyendo las horas trabajadas en la industria manufacturera. La consultora con sede en St. Louis, Macroeconomic Advisers, señala que la economía se expande a una tasa anual del 2,5% en el actual trimestre. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo al Parlamento que la actividad económica "tendrá un leve crecimiento en lo que queda de 2009".

No es exuberancia irracional. Hasta el estancamiento sería una mejora ante la historia muy reciente. La economía de Estados Unidos se contrajo a una tasa anualizada de casi 6% entre septiembre de 2008 y marzo de 2009, una caída impactante que empujó a la economía global a la recesión por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. "Esto se parece mucho al comienzo de la segunda Gran Depresión", dijo el premio Nobel Paul Krugman, en enero. La catástrofe quizás haya sido evitada. Pero, cuando los economistas proclaman que una recesión terminó, están celebrando un tecnicismo: quieren decir que la producción dejó de contraerse. Si bien esa es una buena noticia, todavía hay que esperar. El crecimiento del PIB por sí solo no alimenta a una familia ni paga una hipoteca. Con la maldición de la carga de una alta deuda nacional y bendecida por una fuerza laboral creciente y dinámica, la economía de Estados Unidos necesita un crecimiento anual de por lo menos 1,5% solo para sentir que está quieta.

Lo más importante para el bienestar sicológico de la población -el desempleo- tuvo una leve declinación, pasando de 9,5% a 9,4% en julio. La pérdida de 6.5 millones de empleos desde diciembre de 2007 provocó el incremento más agudo del desempleo desde fines de la década de los `30. A medida que los empleos industriales se van al exterior y las empresas luchan por seguir reduciendo costos, la situación del desempleo no puede darse por definida. Algunos dicen que todavía puede llegar al 10%. "Existe una diferencia entre tener expansión y una economía que se recuperó", puntualiza Lawrence Summers, el principal asesor económico de Obama.

"Veo un crecimiento de uno por ciento en la economía para los próximos años", indica el economista de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini. "Se sentirá como una recesión, aun cuando finalice".

Es un nuevo tipo de recesión, provocada por la alteración del mercado inmobiliario y el sector financiero, en lugar de la caída de la industria o la debilidad del gasto de los consumidores. Ahora que termina, Estados Unidos necesitará un nuevo tipo de recuperación. Durante 60 años, quienes trazaron las políticas han dependido de una serie de herramientas simples para combatir las caídas y promover el crecimiento: la Reserva Federal recortó los tipos de interés, el gobierno redujo impuestos y una Wall Street sin regulación provee dinero fácil. Todo ello genera consumo alimentado por endeudamiento y el movimiento de bienes y servicios alrededor del mundo.

Ya no es así. La Reserva Federal casi no puede seguir bajando las tasas de interés. Teniendo en cuenta los déficit y el control del Partido Demócrata en Washington, la perspectiva de amplias rebajas impositivas parecen escasas. Los estadounidenses siguen guardando el dinero debajo del colchón. "Las últimas recuperaciones no fueron sostenidas porque se basaron en burbujas: fueron impulsadas por el consumo y fomentaron la desigualdad", indica Summers. "El Presidente pone énfasis en lograr una expansión diferente".

PAULATINO. La estrategia de Obama descansa en lo que algunos podrían llamar política industrial o excesiva intervención del gobierno o hasta el avance del socialismo. Es preferible llamarla "economía inteligente". El gobierno ha enfocado los recursos y la retórica en sectores estratégicos: energías renovables y tecnología limpia, infraestructura, banda ancha y atención de la salud. Significa hacer inversiones para administrar sistemas vitales de manera más inteligente y eficiente, creando una nueva infraestructura, en la cual el sector privado puede hacer funcionar su magia. Esta filosofía, legislada a través de la Ley de Reinversión y Recuperación Estadounidense, por US$ 787.000 millones, contiene una combinación de inversiones con objetivos, créditos impositivos, subsidios, reformas y compras directas, que puede crear empleos en corto plazo, mejorar la competitividad económica del país a largo plazo y ser catalizador de la inversión del sector privado.

Es demasiado pronto para juzgar si la enorme apuesta fiscal y política dará resultado. Pero, le corresponde liderar al gobierno. El programa de estímulo penetrará en la economía con lentitud y por sí, no es suficientemente grande para compensar por toda la riqueza y empleos perdidos en dos años.

Hasta el momento, sólo una fracción de los fondos del estímulo ingresó a la economía a través de recortes impositivos (US$ 43.000 millones), en tanto otra parte lo hizo por la vía de la ayuda a los gobiernos locales y de los estados (US$ 64.000 millones). Sin embargo, gran parte de esos montos fue usada para impedir recortes en lugar de crear empleos. Por ejemplo, la ciudad de Nueva York pudo evitar el despido de 14.000 docentes. Sólo US$ 120.000 millones en nuevos gastos han sido prometidos a programas específicos. Utilizando un estimativo de que un empleo se crea con un gasto de US$ 92.000 por parte del gobierno, la Casa Blanca considera que el estímulo preservará o creará 1.5 millón de empleos para el último trimestre del corriente año y otros 3.5 millones para el último trimestre de 2010. Pero, la Casa Blanca indica que menos del 10% del impacto del plan de estímulo en el empleo, ocurrirá este año. Deberán transcurrir varios meses antes de que el dinero de Washington llegue a los sueldos. El Ministerio de Transporte, que recibió US$ 26.600 millones para proyectos viales, aprobó 5.777 proyectos y prometió gastar US$ 16.900 millones." A fines de mayo, los proyectos de transporte ya habían creado de manera directa entre 6.000 y 7.000 empleos. Es alentador, pero igual es una gota de agua, teniendo en cuenta la demanda de trabajo.

Los sectores de energías alternativas y tecnologías limpias, recibieron muchos beneficios en el estímulo: un programa de garantías de préstamos por US$ 6.000 millones destinado a inversiones en energías alternativas, un esfuerzo de conversión ecológica de edificios federales por US$ 4.500 millones, fondos por US$ 5.000 millones para impermeabilizar viviendas de sectores de bajos ingresos y efectivo para promover tecnologías de redes inteligentes.

EXPECTATIVAS. Cuando el sector privado crea infraestructura -con o sin ayuda del gobierno- ocurre toda suerte de cosas buenas. Fue el caso de Internet, en la década de los `90. El programa de estímulo busca que eso se repita y asigna US$ 72.000 millones para expandir la infraestructura de banda ancha nacional a la mayoría de las zonas rurales. (Sólo el 63% de los estadounidenses está suscripto a la banda ancha en sus hogares). Los expertos estiman que conectar localidades y villas rurales mejorará la calidad de vida y las perspectivas económicas de los habitantes. Un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Columbia, Raul Katz, estima que se generarían 128.000 empleos en cuatro años sólo en la construcción de nuevas redes.

El programa de estímulo incluyó US$ 19.000 millones para computarizar la información de salud, lo que permitiría que los médicos, pacientes y aseguradoras compartieran datos con facilidad. Tiene abundante dinero para la salud, US$ 10.000 millones para los Institutos Nacionales de Salud y US$ 24.700 millones en subsidios destinados a ayudar a las personas que perdieron sus empleos, a obtener cobertura médica. Pero, eso es sólo un adelanto. Obama plantea un costoso y ambicioso programa de reforma de la atención de la salud que se refiere tanto a la economía como la justicia social. Considera que esa reforma es crucial. "Si no controlamos estos costos, no podremos controlar nuestro déficit", dijo Obama.

En américa latina, hay mejoría

América Latina recorre un año poblado de dificultades en la economía, pero en varios países se avanza hacia la salida de la crisis. El Banco Mundial estima que en 2009, la región tendrá una contracción del 0,7% del PIB, y advierte que existe una mayor capacidad para retomar el crecimiento y atraer inversiones extranjeras.

Hay coincidencia entre los expertos, con matices, que países como Brasil, Uruguay, Perú y Chile se encuentran en mejor posición para superar las dificultades, en tanto Argentina, Venezuela y Ecuador demorarán más en superar la adversidad.

En Uruguay, el gobierno ha reducido las estimaciones de crecimiento para este año. El ministro Álvaro García indicó, el 27 de julio, que la actividad crecerá 0,7%. Fue la tercera corrección del nivel de actividad, ya que a mediados de 2008 se previó un crecimiento de 4%, se corrigió a 3% en diciembre y a 2% en abril. El déficit de las cuentas públicas alcanzaría a 2,6% del PIB. En esta materia también hubo tres correcciones.

El desempleo en Uruguay aumentó 0,5% en el segundo trimestre del año frente al primero, situándose en 8%, En junio, fue de 7,5%, lo que marcó una disminución de 0,6 puntos porcentuales respecto de mayo. El equipo económico no prevé un ajuste en el nivel de empleo y estima que el desempleo se sitúe en torno al 7,5% y 8%.

Las cifras

-1,3% Es la contracción estimada para la economía de Brasil en 2009, por el FMI. En cambio, prevé un crecimiento de 2,5% en 2010.

-0,5% Es la caída que registró la economía de Italia en el segundo trimestre. Las situaciones de Italia y España preocupan en la UE.

El viento sopla a favor de Francia y Alemania, pero en la zona del euro el desempleo bajará con lentitud

LONDRES | Por fin, vientos favorables. Las cifras difundidas el jueves muestran que el PIB de la zona del euro se redujo apenas 0,1% en el segundo trimestre de 2009, mucho menos que la caída de 2,5% registrada en el trimestre inicial. La casi estabilidad fue resultado de una salida temprana de la recesión en las dos mayores economías de la región. Francia y Alemania tuvieron un crecimiento económico de 0,3% en el segundo trimestre. Las dos economías comenzaron a moverse por motivos similares. El gasto de los consumidores creció, ayudado por subsidios del gobierno a las ventas de autos. El comercio exterior también ayudó. En Francia, agregó 0,9 puntos porcentuales al PIB. En Alemania, las exportaciones cayeron, pero menos que las importaciones, por lo que la contribución general del comercio fue positiva. A medida que la confianza se robustece, las empresas repondrán sus stocks, lo que dará más impulso a la economía. Los pedidos a industrias alemanas crecen, en parte, por el auge de la inversión en China, auspiciado por el Estado.

Pese a las buenas noticias, el PIB de Alemania está 6% por debajo del nivel que logró a comienzos de 2008. Francia fue más resistente: en su caída estuvo 3,4% por debajo de su punto más alto.

La preocupación ahora es por la perspectiva de otros dos países de la euro zona: Italia y España. El PIB de Itala cayó 0,5% en el segundo trimestre y se espera una contracción económica del 1% en España, un país que lucha por encontrar una manera nueva y confiable de hacer funcionar su economía, tras el estallido de las burbujas inmobiliaria y crediticia.

Si España e Italia siguen en dificultades, a toda la zona del euro le resultará difícil recuperarse. Una preocupación de más largo plazo es que el creciente desempleo atemperará el ritmo de la recuperación de los países centrales. Pese a la aguda caída, las pérdidas de empleos en Alemania han sido frenadas por los subsidios del gobierno a los salarios de quienes trabajan menos horas. Los niveles de empleo han cambiado poco desde hace un año, pese a que la producción disminuyó. Si el PIB no puede retomar su nivel anterior con rapidez, el desempleo aumentará a medida que los programas de subsidios empiecen a expirar.

La diferencia en la situación del empleo entre Europa y Estados Unidos es particularmente llamativa. En la zona del euro, el PIB cayó más que en Estados Unidos, pero el desempleo creció menos. Los empresarios actúan con más lentitud que en Estados Unidos para despedir trabajadores, en parte, debido a los subsidios. Esto significa que el desempleo europeo probablemente disminuirá lentamente una vez que se recupere el PIB.

Pero, parece que también demorará en reducirse en Estados Unidos. Las empresas incorporarán personal hasta que el crecimiento parezca duradero. Hasta ahora no lo ha sido. THE ECONOMIST

Un trío asiático provoca impacto

HONG KONG | Las economías emergentes de Asia probablemente crecieron a una tasa promedio anualizada de 10%, en el segundo trimestre de 2009, mientras el PIB de Estados Unidos cayó 1%. A lo largo de 2009, pronósticos recientes sugieren un crecimiento de por lo menos 5% para el Asia emergente, mientras las economías del G7 se contraerán 3,5%. La brecha entre los dos nunca fue tan amplia. Las cifras promedio de crecimiento ocultan grandes diferencias dentro de Asia. China, India e Indonesia estuvieron entre las pocas economías del mundo que continuaron en expansión a lo largo de la crisis global, aunque la de China casi se estancó a fines del año pasado.

Si se comparan las cifras del PIB del segundo trimestre con el primero, a una tasa anualizada, el PIB de China creció 15%, el de Corea del Sur casi 10% y el de Singapur se disparó 21%.

Algunos escépticos señalan que la recuperación está apoyada en elementos artificiales de estímulo y en recomposición de stocks, sin aumento de demanda.

Pero, programas agresivos de estímulo fiscal y monetario ayudaron a revitalizar la demanda. El desafío es cómo mantener una recuperación sin crear burbujas que estallen. THE ECONOMIST

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