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La segunda revolución cubana viene desde el frío

| Descontento y desesperanza en Cuba. Las críticas y el desencanto de la población están al alcance de quien quiera oír | Los analistas no son optimistas sobre una apertura del régimen castrista | Casi nadie cree en "cambios" con Raúl

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"Catedral". La reconocida heladería es también un termómetro de la sociedad cubana. 500x500
"Catedral". La reconocida heladería es también un termómetro de la sociedad cubana.
El País

ALEJANDRO NOGUEIRA

Donde comienza la "rampa" de la calle 23 que baja al Malecón, frente al hotel que aún conserva el sardónico nombre de Habana Libre, hace rato que empezó la segunda revolución cubana.

Allí esta Coppelia, la "catedral del helado", en el epicentro de El Vedado, que se hizo mundialmente famosa en la película "Fresa y chocolate", y es un verdadero termómetro social.

Largas colas esperan pacientemente que los guardias les permitan entrar al edificio de arquitectura casi indescriptible. Enfrente está el cine Yara, donde se dan cita capas medias bastante cultas que pueden pagarse la entrada, o se arraciman en las noches de viernes y sábados los taxis que van a la "fiesta", una bailanta gay en algún rincón tolerado del Parque Lenin en el que otra comunidad oprimida juega a la libertad, consciente de estar ya no en pecado, sino en delito.

Casi todos los cubanos delinquen con la tolerancia oficial, pero eso mismo no es rebelión, es vulnerabilidad, ya que siempre pueden pescarlos en infracción. La supervivencia depende del mercado negro y del acceso al CUC, la moneda convertible cubana que cotiza en dólares y con la que se compra la mayoría de los bienes indispensables. La lucha cotidiana por comer o conseguir productos de higiene agota la energía del cubano común que debe postergar cualquier otro proyecto personal en una trabajosa supervivencia.

En torno a Coppelia, de Yara, en la zona más concurrida del Malecón, el descontento y los comentarios críticos y desesperanzados puede escucharlos quien quiera oírlos y, en especial, los cubanos se abren ante un periodista extranjero que los invita a hablar sobre su vida cotidiana. El País, que visitó Cuba en el marco de la cobertura de la visita presidencial a la isla, pudo hablar con habaneros comunes y con dirigentes políticos disidentes y visitar barrios que no están en el circuito turístico de esta fascinante ciudad y que dejarían dolorido a cualquiera. Sobre todo los jóvenes, que son muchos en Cuba, no callan sus frustraciones, aunque nada esperan y no saben qué hacer.

Casi nadie piensa en Cuba que con Raúl Castro habrá cambios sustanciales, aunque la agostada economía de la isla y el creciente descontento popular son el marco de un gobierno que deberá afrontar una transición o, tarde o temprano, una revolución ciudadana. Hoy cuesta ver que ésta se encuentre cercana.

La disidencia en Cuba es débil, está dividida o es dividida por la seguridad oficial o por el latino afán de discrepar, y debe asumir el "bloqueo" de Estados Unidos, ese barniz de embargo comercial que, en realidad, es un expediente de alta conveniencia para el régimen de los Castro y para cualquier gobierno estadounidense.

Raúl Castro deberá, en 2009, afrontar el Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), que no se reúne desde 2003, y sabe que habrá críticas. Recientemente, la Unión de Intelectuales cubanos ha osado criticar la marcha de la educación en Cuba y la Juventud Comunista da señales tibias de que la situación actual no da para más.

El presidente cubano dijo a Vázquez y a los empresarios privados que seguirá abriendo el mercado, permitiendo más microempresas y hasta que va a poner impuestos a los cubanos que tienen el privilegio de trabajar en el turismo, que tienen un "paladar", un restaurante en una casa con ventas restringidas, o un taxi, que es ya casi pertenecer a la clase media alta. Un automóvil Lada de los años 80 puede costar U$S 9.000 y las transacciones son ilegales ya que no se puede transferir el título de un vehículo. El sueldo promedio es de US$ 20, a lo que debe sumarse una magra tarjeta de racionamiento, la enseñanza gratuita y una medicina estatal que acusa el deterioro de todo el país pese a sus logros tecnológicos y su papel de "exportación" para traer divisas al país.

No hay cifras oficiales, naturalmente, pero se estima que ingresan unos US$ 2.000 millones anuales por turismo y la mitad por remesas de familiares en el extranjero sin las cuales muchos no podrían vivir.

Las señales del cambio no se olfatean solamente en los alrededores de Coppelia. A comienzo de este, mes el diario cubano Juventud Rebelde publicó un artículo sobre el "socialismo real" en Europa que bien puede decodificarse como un signo de los movimientos internos del PCC. Dijo que el socialismo se desmoronó en Europa no sólo "por la presión externa", sino también "por la monotonía de la existencia, el conformismo endémico, la merma de la fantasía, la extinción de la aventura", agregó. O sea, las colas en Coppelia. En las antípodas de esta monotonía y de la retórica oficial, "está el revolucionario, un hacedor, (...) alguien movido por grandes sentimientos de amor", señaló en referencia a Ernesto "Che" Guevara, el icono de la revolución de quien recuerdan que "decía lo que pensaba y hacía lo que decía". Lo opuesto a lo que hoy hace la administración castrista.

ESCENARIOS. "Los antirreformistas, el ala dura, están en la línea de sucesión después de Raúl, lo que muestra un rechazo del régimen a abrir la economía más allá, y a una apertura política", ha señalado Jaime Suchlicki, del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami. Por su parte, Juan J. López, cubano estadounidense, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Chicago y "cubanólogo" reconocido, señaló que "luego de la muerte de Fidel Castro la posibilidad de una transición a la democracia en Cuba depende principalmente de tres factores: qué hace el gobierno cubano, qué hace el gobierno estadounidense, y qué hacen los ciudadanos de Cuba".

Para el experto, el "mejor", aunque el menos probable escenario, es que Cuba se transforme en "una democracia estable de alta calidad con una economía de mercado en buen funcionamiento". En este panorama, el gobierno seguiría "estático", y el pueblo, frustrado y descontento, se movilizaría, crecerían las protestas.

Y pone el dedo en un aspecto crucial: "La diseminación de las protestas supone que existen fuentes de comunicación independientes capaces de diseminar las noticias de lo que está sucediendo". Y existen, aumentan: el boca a boca deja lugar a los sites en Internet que reflejan, con intencionalidad política o como mera descarga moral, que las cosas no dan para más, que los cubanos no quieren hacer cola para tomar un helado y que el gobierno elija el sabor a degustar.

López no espera grandes reformas económicas. Un toqueteo del agro postrado, minúsculos espacios al emprendedurismo individual de gente asfixiada (tipo bici-taxis, "paladares", microemprendimientos rurales), y otras medidas descompresivas. A lo más un "modelo chino" cubanizado.

En este contexto, la atracción de capitales de riesgo con amplias posibilidades de jugar a la ruleta por grandes ganancias en otras zonas del mundo más previsibles es, por lo menos, escasa. Las playas cubanas tienen fuertes competidoras en todo el Caribe, igual que las mulatas y los mulatos que se venden por 20 CUC, unos 25 dólares. Raramente la gente que visita a Cuba por turismo regresa. En su próxima vacación, si lo puede pagar, va a República Dominicana, Panamá o cualquier otra isla del Caribe.

EL CALOR. El mix de condiciones para que el gobierno cubano caiga como cayeron los de Europa del Este está plenamente dado, salvo por el calor, la indolencia cubana, la cercanía de ambiguo efecto de Estados Unidos y una fuerte mística castrista que aún se respira debajo del descontento. Mencionar a un taxista de un vehículo estatal la falta de libertades en la isla asegura que quedará mudo el resto del viaje.

Si la marea popular crece desde abajo "el régimen colapsaría", dice López. Y ahora llegan los meses de más calor en la isla y los ánimos se tensan, baja el turismo, y el rumor más disparatado, por ejemplo que se abren las embajadas de algunos países a refugiados, puede encender la hoguera de un espontaneísmo inimaginable. Y el cortafuego está en el mar.

López analiza también el "buen caso" similar al escenario anterior pero en el cual la elite cubana se divide ante el influjo popular y el resultado final sería una democracia más débil y menos mercado.

El "mal caso" es el que parece estarse dando. Reformas tímidas, descontento disperso, un Estados Unidos ambiguo en sus apoyos, por no hablar de la triste indiferencia latinoamericana, adornada de elogios, como en el caso de Uruguay. A esta Latinoamérica distraída, sumida en sus propias contradicciones, le cuesta dejar la idealización de una revolución que conmovió la juventud de la casi gerontocracia que domina la región. La geopolítica y la diplomacia importan más que la democracia y la libertad.

El "peor caso" para López es para suicidarse. Un régimen estático, un pueblo acalorado, divido y temeroso, subsidios venezolanos, créditos chinos, displicencia de Estados Unidos y la definitiva amnesia latinoamericana de sus no tan lejanas dictaduras.

Medicina

La medicina de Cuba es famosa por sus logros. Pero solo es una parte de la verdad. Según los testimonios recogidos por El País, para acceder a una buena atención o lograr un turno para una operación, hay que llevarle regalos (una botellita de ron, ropa) a la mayoría de los galenos. Muchas veces, el médico les receta lo que hay, porque en un hospital puede haber un sofisticado aparato, pero faltar aspirinas, gasas o una ambulancia para un traslado.

Hablan los disidentes que viven en Cuba

Oswaldo Payá: "Lo que queremos es derechos y libertades para el pueblo"

A.N.

Líder del Movimiento Cristiano Liberación e impulsor del Foro Cubano.

- ¿Qué es el Foro Cubano?

- Es un ámbito de ciudadanos que nos proponemos demandar cambios en las leyes para que reconozcan nuestros derechos. Somos los ciudadanos los que tenemos que vivir un proceso de reconciliación nacional que es inseparable de la liberación que buscamos. Es una campaña cívica en la que pueden participar opositores de todos los grupos y personas que no lo sean y que estén de acuerdo con la visión de que los primeros pasos hacia el cambio son los de darle voz a los ciudadanos, con libertad de expresión, de asociación y de viajar dentro y fuera del país.

- ¿No hay posibilidades de una alianza política de los grupos disidentes?

- Sí la hay, pero creemos que el problema cubano necesita, más que definir un polo de oposición, lo que la inmensa mayoría de los cubanos quiere: cambios. Y que lo básico es darle derechos para que participen como hombres y mujeres libres. Seguimos en Cuba en un ambiente de intolerancia del gobierno que habla de cambios pero no de derechos.

- ¿No esperan cambios con Raúl Castro?

- Puedo darle los síntomas. A los activistas del Foro Cubano los amenazan, detienen, chantajean y acosan en sus casas. La mía esta rodeada de carteles en un ambiente de "revolución cultural", del estalinismo más recalcitrante. Métodos fascistas de pintadas alrededor de la casa; el otro día tiraron una tremenda piedra contra la puerta de casa que pudo haber herido a mi hijo… Los presos políticos defensores de los derechos humanos siguen en prisión y son hombres que solo han defendido los derechos humanos.

- ¿Y luego de la muerte de Fidel Castro?

- Este es el régimen de los hermanos Castro. Y es un régimen de un grupo de poder que se afianza en sus privilegios y nosotros estamos impulsando un proceso cívico que tampoco puede poner sus expectativas en la muerte de una persona. Esa visión que deja al pueblo como espectador, como víctima.

- ¿Tiene alguna expectativa sobre el cambio de gobierno en Estados Unidos?

-El Foro Cubano no quiere injerencias de Estados Unidos. Cuba depende de nosotros, de los cubanos. Pensar en Barack Obama o John McCain contribuiría a que en América Latina se siga mirando hacia Cuba a través de la política de Estados Unidos. Mírenos a nosotros como sus hermanos.

Vladimiro Roca: "No existe el bloqueo de EE.UU.; es una excusa del gobierno"

A.N.

Portavoz del movimiento Todos Unidos y cabeza de la socialdemocracia cubana.

- ¿Qué es el agrupamiento Todos Unidos?

- Es un movimiento de oposición formado por más de 50 grupos, entre ellos el Movimiento Socialdemócrata, los liberales, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y que surgió en 1999. Esta integrado por dirigentes como Marta Beatriz Roque Cabello, Félix Gómez Carcacés, René Gómez Manzano, Ricardo Sánchez Santa Cruz, Jorge Luis García Pérez "Antúnez", Roberto de Miranda, Francisco Chaviano, Guillermo Fariñas, entre otros.

- ¿Por qué no se ha consolidado en Cuba una coalición de partidos opositores?

- Estamos trabajando en un proyecto que es la Agenda Cubana para la Transición integrado por los principales líderes opositores. Tratamos de proyectar una estructura unitaria a nivel nacional.

- ¿Cuáles son las discrepancias con otros sectores opositores?

- Casi ninguno, estamos trabajando para que haya espacios para todas las ideas.

- ¿Tiene alguna expectativa de cambio con Raúl Castro?

- Las expectativas de cambio son a partir de estos proyectos para movilizar el pueblo hacia los cambios. Lo que hace mover al gobierno es el pueblo. Pero no hay señales de cambio en absoluto en la actual administración.

- ¿Cree que la muerte de Fidel puede modificar esta situación?

- Yo soy escéptico. Hay demasiados intereses en juego, intereses creados de la nomenclatura que tiene mucho que perder y no quiere perder.

- ¿Qué esperan de los países latinoamericanos como Uruguay para que ayuden a los cambios en Cuba?

- Le pedimos al presidente Vázquez que nos escuche para que sepa lo que esta pasando. Le mandamos una carta pidiéndole una entrevista y no tuvimos respuesta.

- ¿Tiene alguna expectativa respecto al cambio de gobierno en Estados Unidos?

- El nuevo gobierno de Estados Unidos representa un cambio para los ciudadanos estadounidenses. Nosotros no cambiamos de gobierno hace 50 años.

- ¿Y sobre el bloqueo?

- No existe bloqueo. Lo que existe es un embargo comercial. Bloqueo es un término mal utilizado por el gobierno y al único que beneficia es a él porque le permite mantener la represión y la cerrazón de la sociedad cubana. No hay embargo porque hoy el principal abastecedor del gobierno cubano en alimentos es EE.UU.

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