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Villancicos que cruzaron el océano para quedarse

| Se ejecutarán partituras de América colonial, con influencias europeas

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Luego de una brillante sucesión de conciertos, culmina esta tarde a las 19 horas en el Museo Blanes Fiestas Barrocas, ocasión que será propicia para escuchar música vocal e instrumental del barroco europeo y sudamericano a cargo de la Orquesta de Cámara Ars Musicae dirigida por Renée Pietrafesa. El concierto, al que se accede por medio de un bono colaboración de $ 60, incluye un programa variado, que tiene entre sus partituras más originales los villancicos barrocos coloniales.

Las Fiestas Barrocas han sido precisamente eso, desde su apertura el 9 de octubre: una oportunidad de festejo y regocijo musical. En consecuencia, un público fiel y numeroso ha participado en cada instancia, brindando el marco a un esfuerzo que necesita de estos estímulos para fructificar. En esta oportunidad actuarán como solistas las sopranos Natalia Brignardello y Graciela Aguiar y la flautista Margarita González.

El repertorio de hoy incluye obras de G.B. Riccio, H. Schultz, J. Pachelbel, y Antonio Vivaldi. Se interpretarán además primeras audiciones de Villancicos Barrocos Sudamericanos editados por el musicólogo Leonardo Manzino, que corresponden a Blas Tardío Guzmán, Antonio Durán de la Mota y Roque Ceruti. Las voces de Natalia Brignardello y Gabriela Aguiar serán parte fundamental del concierto, como también la participación de Margarita González como flauta solista en la obra de Vivaldi, que cierra el programa.

VILLANCICOS. Los villancicos que integran el programa fueron recopilados en el archivo musical de la Catedral de Sucre. En su mayoría son ejemplos de inspiración europea que se remontan a formas precursoras, como las célebres Cantigas de Santa María recopiladas por Alfonso el Sabio en el siglo XIII. Estas formas musicales, también extendidas por el sur de Francia e Italia, se convirtieron en el siglo XVI en uno de los géneros más representados dentro de la música polifónica española.

Hacia fines de esa centuria, los textos de los villancicos van tomando cada vez más un carácter religioso, convirtiéndose —ya cantados en castellano— en las obras favoritas para las fiestas de Navidad y Corpus Christi. En el siglo del barroco, la popularidad del género se multiplica, siendo también muy aceptados en Hispanoamérica, donde cobra vida propia e incorpora otros elementos de la tradición europea. Ese entorno influyó sobre el compositor peruano Roque Ceruti, nacido en Italia en 1683, quien estudió violín y composición en Milán y se trasladó a Lima en 1708 como "compositor de palacio" al servicio del virrey del Perú. También Antonio Durán de la Mota está considerado entre los compositores más importantes del período. Las copias manuscritas de sus obras llegaron a los archivos de la ciudad de Cuzco en 1723 y de Sucre, hacia 1752. Reservas 3362248

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