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Pruebas de riesgo

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Buscan revertir efectos del calentamiento global. Foto: Archivo El País
** FILE ** Residents walk across the frozen Songhua River in front of smoke stacks at Jiamusi, in China's northeast Heilongjiang province in this Dec. 4, 2005 file photo. The world's leading climate scientists, in their most powerful language ever used on the issue, said Friday Feb. 2, 2007, that global warming has started and is "very likely" manmade. The report from the Intergovernmental Panel on Climate Change - a group of hundreds of scientists and representatives of 113 governments - said global warming will continue for hundreds of years, no matter how much humans control their pollution. China is the second largest emitter of greenhouse gases, after the United States. (AP Photo/Greg Baker) China Climate Change World View China Climate Change World View
GREG BAKER/AP

Qué pasaría si en vez de seguir discutiendo en interminables y costosas reuniones internacionales sobre cómo parar las emisiones de dióxido de carbono, los humanos nos las arregláramos para construir una membrana gigante que absorbiera la radiación solar que está calentando el planeta? 

Esto es justamente lo que algunos científicos han comenzado a sugerir, enmarcados en lo que se ha definido como geoingeniería.

Han hablado de sombrillas gigantes enviadas en naves espaciales y también de imitar a los volcanes y emitir en forma controlada millones de partículas de azufre a la alta atmósfera. Según han observado, durante las erupciones, estas partículas impiden el paso de la luz del sol y por eso pueden generar períodos de enfriamiento temporal del planeta, como ocurrió tras la erupción en 1991 del Pinatubo, volcán ubicado en Filipinas.

Extrapolando el mecanismo, algunos científicos piensan que podrían producir una barrera contra la radiación solar mediante un sistema de inyección de azufre, a través de grandes chimeneas en medio del océano.

Parece enormemente complejo y caro, pero hace algunos años, John Holdren, asesor científico del Presidente Obama, reconoció que era necesario "mantener la geoingeniería en la mesa... porque podríamos llegar a estar lo suficientemente desesperados como para usarla". En el último encuentro anual de la Asociación Estadounidense para el Desarrollo de la Ciencia (AAAS), un comité de investigadores de la Academia Nacional de Ciencias presentó el informe "Intervención del clima. Reflejando la luz solar para enfriar la Tierra)", el cual, en sus más de 200 páginas, recoge decenas de apreciaciones y recomendaciones respecto del uso de esta tecnología.

En resumen plantean que lo mejor es seguir propugnando una reducción de las emisiones y una adaptación al cambio climático, antes de emprender aventuras cuyas consecuencias puedan ser imprevisibles. Pero si se insiste en su uso sugieren comenzar con experimentos de menor escala, antes de involucrar al planeta entero.

Riesgos serios.

"La geoingeniería busca enmascarar los impactos severos y negativos del calentamiento global", acusa Stephen Gardiner, bioeticista de la Universidad de Washington. "Algunos están interesados en esta forma de modificación del albedo (la fracción de la radiación solar que se refleja en la Tierra y es devuelta al espacio), porque permitiría comprar más tiempo antes de que los cambios tengan lugar, pero no los revertiría".

"No sabemos cómo controlar el clima a nivel regional sin afectar al mundo entero", agrega. "Si pudiéramos crear una nube permanente en la estratósfera no sabríamos cómo podría afectar al planeta. Podrían cambiar las precipitaciones y generar monzones más débiles y menos lluvia", reconoce Alan Robock, climatólogo de la Universidad Rutgers y uno de los autores de la publicación.

Pero la nube, precisa, tampoco sería eterna. "No duraría más de un año o dos, por lo que, para mantenerla, habría que estar constantemente bombardeando el cielo, lo que podría generar cambios que aún ni siquiera dimensionamos". Esto, dice, a la larga podría traer desplazamientos de poblaciones, protestas y, como efecto, la decisión de remover la nube en cuestión.

Una vez hecho esto, el calentamiento sería muy rápido, porque los gases de efecto invernadero seguirán estando debajo. "Y una adaptación rápida al cambio climático sería mucho más complicada que una paulatina", puntualiza. La eventual nube artificial, habría puesto término a las políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que se seguiría acumulando en la atmósfera, aventura el especialista.

Otra propuesta también de geoingeniería para hacer frente al calentamiento es la fertilización del océano con hierro. Esto favorecería la proliferación de algas, que absorberían una mayor cantidad del gas. Pero tampoco está claro todavía el impacto de esta tecnología cobre el ecosistema en el largo plazo.

Qué es.

La geoingeniería es la “manipulación de los sistemas de la Tierra” según explicó ETC Group, una organización que se dedica a conservar la diversidad ecológica. Esta disciplina nació con el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático.

Modos.

Los “geoingenieros“ tienen tres grandes técnicas, agrega el grupo. Manejo de la radiación solar (reflejar la luz del sol hacia el espacio), remoción de gases causantes de efecto invernadero y, por último, la modificación climática.

Usos.

Estas técnicas sirven para blanquear las nubes al bombardearlas con yoduro de plata y provocar lluvia y para verter partículas de hierro a los océanos, lo que permite capturar dióxido de carbono de manera más sencilla, agregó ETC Group en su sitio web.

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Buscan revertir efectos del calentamiento global. Foto: Archivo El País

La geoingeniería permitiría crear una nube gigante y hasta inyectar el océano

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