LIBROS INCLUSIVOS

Abordar la inclusión de una manera natural, dignificando la realidad de las personas con discapacidad, sin victimizarlas: esa era la meta de Carlos García, un maestro uruguayo que recientemente publicó una colección de libros inclusivos.

A través de cada uno de ellos, refiere al autismo, al Síndrome de Down, a la ceguera y a la discapacidad motriz.

Para hacerlos, García apeló a su conocimiento didáctico y a su experiencia de trabajo en la temática de la discapacidad. “Como maestro sentí la necesidad de crear un material adecuado para el abordaje de la misma”, dijo a El País.

Lo que buscaba era transmitir a los niños el valor de las personas con discapacidad con “la visión correcta, la que deberíamos tener todos como sociedad. Con un enfoque en el que la discapacidad es entendida como ciertas barreras que la persona tiene, pero que a veces son barreras sociales. Es un enfoque que aborda el tema de manera directa, pero al mismo tiempo con un foco sensible y de manera adecuada”, explicó.

Antes de pensar en hacer sus libros, el docente recorrió librerías para ver qué material encontraba en ellas. Aunque no halló nada que reuniera las condiciones que creía debía tener: “Tocaban el tema indirectamente. Un libro, por ejemplo, hablaba de discapacidad a través de animales, diciendo que el animal tenía ciertas características diferentes. Pero yo quería hablar directamente. Encontré otro libro en que el personaje principal quería incluir a otro que tenía una discapacidad, pero yo quería que la persona con discapacidad fuera observada por lo que sí puede, no por lo que no puede. Y quería que la discapacidad no fuera el problema. Quería que la historia tratara de un niño que se enfrentara a diferentes situaciones y que quien apareciera para ayudar fuera alguien con discapacidad, con todo lo que esa persona puede”.

Los libros de la colección son cuatro. Uno de ellos, Oscar, trata sobre un niño que no quiere empezar las clases: a Oscar le encanta jugar al fútbol y en la escuela no lo dejan, por eso está desanimado. Cuando comienza las clases, para su sorpresa, tiene un maestro que no pensaba tener, que es Nicolás, un docente en silla de ruedas.

Para este personaje, García se inspiró en un compañero de trabajo que está en silla de ruedas. “Nicolás aparece en la historia para enseñarle a los niños a creer en sí mismos, a transmitirles que sí se puede”, contó.

Otro de los libros es Anuchi: “Se trata de una niña que llegó a Uruguay, no dice de dónde, pero cuenta que no está acostumbrada al frío, es una inmigrante. En el proceso de acostumbrarse al clima y al nuevo barrio, un día volviendo de la escuela encuentra unos cachorritos y allí aparece Sofía, una adolescente del barrio que tiene Síndrome de Down”, explicó García. A Sofía le encanta tejer, bailar y ayuda a Anuchi con los cachorros.

“Establecen un vínculo y justamente Sofía es más expresiva que otros y lo que Anuchi necesita y extraña de su cultura es eso”, agregó.

Sofía es el nombre real de la joven con Síndrome de Down de Maldonado en quien el autor se inspiró. Al igual que el personaje, a ella también le gusta tejer y es muy sociable.

El tercer libro es Diego. El personaje principal es un niño al que le fascina cantar: “Pero siente que algo le falta a sus canciones”, detalló el autor.

Una nueva familia, compuesta por una mamá y su hija, se muda al barrio. “Josefina es una adolescente que toca el acordeón a piano de oído y tiene autismo. Ella establece una relación con Diego y él aprende a acercarse a ella, a respetar sus tiempos. Como a él le gusta tanto la música, le es indiferente que Josefina no hable mucho. Se se comunican a través de la música”. Así, en esta historia se muestran los distintos tipos de comunicación.

“También se aborda la realidad de los papás y de las familias de las personas con autismo y cómo ellos tienen un mérito muy grande”, dijo el docente.

El personaje de Josefina fue inspirado en una joven que tiene autismo y a la lucha de su familia por generar la inclusión.

El cuarto libro es Martín, que aborda dos temas importantes: el de las personas con discapacidad visual y la hiperactividad en los niños.
Martín vive en un apartamento de Montevideo, como tantos niños, y es el menor de una familia con hermanos adolescentes. “Para él todo es ‘no’, ‘no podés tocar’, ‘no podés correr’”, comentó García. Y en la escuela le pasa lo mismo.

Hasta que un día llaman a sus padres del colegio y lo mandan a un pediatra para que le hagan una evaluación. El niño, al no entender qué estaba pasando, se angustia mucho y no se anima a hablar con sus padres. Con quien sí habló fue con su abuelo, que le transmitió tranquilidad y lo llevó a una escuela de karate. Allí, tiene una maestra que es ciega: “Ella lo ayuda a Diego a relajarse, a respirar, a gastar energía en ese espacio. Hay muchos niños que a veces necesitan sí un tratamiento médico, pero hay que analizar caso a caso porque a veces lo que necesitan es tener un espacio o una actividad”, señaló el maestro fernandino.

En este caso, “la profesora existe en la vida real, aunque no es ciega. Pero trabaja con personas con distintas discapacidades y me inspiré en ella”, contó el autor, quien agregó que “a veces creemos que hay cosas que no pueden hacer algunas personas y, por supuesto, que la pueden hacer”.
Al final de cada cuento hay una serie de preguntas enfocadas a lo que sí pueden hacer los personajes que presentan alguna discapacidad y es “una invitación a pensar”, según el autor, que optó por hablar de la discapacidad de una manera natural y directa a sus lectores.

Los libros también están disponibles en formato digital, a través de la plataforma Kindle de  Amazon. En principio en español, próximamente en otro idiomas.

García, además de ser maestro, trabaja también desde hace varios años en la Junta Departamental de Maldonado.

Cuando publicó por sus propios medios el material, lo primero que hizo para difundirlo fue el “boca a boca”, contó. Fue así que un día llevó a su trabajo varias copias para algunos compañeros y las autoridades de la Junta terminaron comprando varias colecciones completas para donarlos a 25 instituciones educativas y asociaciones vinculadas al tema.

“Creemos que esta iniciativa es un aporte importante para la inclusión y para que los niños entiendan, desde otra óptica y a través de libros infantiles, lo que es la inclusión”, expresó Adolfo Varela, presidente de la Junta de Maldonado.

“Nuestra intención es que esto vaya incrementando y que, si se puede, a través de interesados, se agrande la colección y se impriman más.

Pretendemos hacer un aporte a la sociedad y a la vez potenciar el trabajo de un compañero, un funcionario público de la Junta Departamental. Tenemos gente que, aparte de su función, está haciendo cosas muy buenas para la sociedad y hay que apoyarlas”, indicó el presidente del ente.

La inspectora departamental de Primaria, Gisel Cardozo, valoró el tiempo y el esfuerzo que el funcionario le dedicó a los libros. “La inclusión que es un tema que nos preocupa a todos, tanto desde las escuelas públicas como de las instituciones privados y contamos con escaso material para trabajar en ese tema en la comunidad educativa. Por eso es muy valioso el material que él aporta”, expresó.