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Cómo enfrentar la pérdida de un ser querido cuando llega la Navidad

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Navidad. Foto: Pixabay

Fiestas

¿Dejar la silla vacía? ¿Quedarse solo? ¿Cambiar las costumbres? Psicólogos dan pautas para transitar las Fiestas tras la muerte de un familiar o amigo. 

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Con los chirimbolos, los arbolitos y el traje rojo de Papá Noel llegan sentimientos movilizadores. La alegría y el espíritu festivo parecen ser la premisa y es lo que genera que muchos se sientan contra la corriente, especialmente cuando hay una ausencia muy marcada y reciente. 

“Hay una sintonía muy festiva a nivel mundial y no solo familiar —a diferencia de otras fechas o aniversarios por los que la persona va a tener que pasar también sin su ser querido— lo que hace que se sienta a contramano y eso le provoca más angustia, una sensación de sentirse sola, incomprendida", explica la psicóloga especializada en traumas y duelos Patricia Nieto

Silla vacía, ¿sí o no?

Las copas están servidas, las luces del arbolito brillan en el fondo y alrededor de la mesa hay una silla vacía. O eso parece. La silla en realidad está cargada de recuerdos, de anécdotas, de emociones y ahora más que antes está llena de pensamientos que homenajean a la persona que ya no está.

La psicóloga  Nieto asegura que todas las formas positivas que ayuden a resignificar el dolor en las Fiestas tras la pérdida de un ser querido son válidas. Si la silla vacía genera, en cambio, angustia o malestar también se pueden ubicar los asientos de una forma distinta y recordar a la persona que se fue desde otro lugar. La especialista indica que un adorno especial en el árbol, una comida o una canción determinada también son herramientas aceptadas en este momento.

Brindis de Navidad. Foto: GoodFreePhotos
Foto: GoodFreePhotos

¿Solo o acompañado?

Lo más recomendado es rodearse de la gente correcta, la que entiende la situación y tiene las palabras justas. “Quizás esa persona no tenga demasiado que celebrar, pero el sufrimiento en compañía de quienes uno quiere es mucho más transitable y llevadero que sufrir en soledad y en silencio”, dice a El País Alejandro Schujman, psicólogo especializado en familias y adolescencia.

El profesional explica que si bien puede haber casos particulares en los que es mejor que la persona se quede sola durante estas fechas, la mayoría de las veces es preferible no hacerlo. “Está bueno que pueda compartir la tristeza al menos con alguien que esa persona elija. No soportar a la tía que no puede ver durante todo el año, yo apoyo el sincericidio (sic), a veces no está mal ser un poco egoístas”, agrega.

"En lo que me baso cuando les hablo es en centrarlo –tanto en la consulta privada como en charlas— es sobre todo en que entiendan que nadie les puede exigir que estén felices este año, porque obviamente no lo están. Entonces tienen que crear una forma distinta de pasar las fiestas", indica Nieto.

"Pero yo los aliento a que no dejen por lo menos de reunirse, que no se aíslen, que no pasen solos, que se junten, que elijan con quién juntarse, que sea gente allegada, que los va a poder contener, que los va a poder entender", agrega.

¿Ayuda recurrir a símbolos?

Que alguien lo recordara con su foto era tan importante que si eso no sucedía no podía "pasar" al mundo de los vivos e iba desapareciendo de a poco.  Esa premisa es parte del argumento de la película de Disney “Coco”, que habla sobre los seres queridos que se fueron pero que de alguna manera siguen.

Esta película es la que menciona el psicólogo y escritor Alejandro De Barbieri cuando habla sobre el duelo en general y especialmente el duelo en las Fiestas. “La película habla todo el tiempo de esa foto, si alguien no pone mi foto entonces yo me muero de verdad, entonces es una forma de mantener vivo el recuerdo de las personas que recorrieron un camino con nosotros”, indica.

“Los simbolismos son preciosos, puede ser con una vela, con palabras para recordar que siempre es lindo”, explica. En esta misma línea sigue el psicólogo Schujman, quien indica que es válido “todo lo que a alguien le haga sentido” para homenajear a la persona que ya no está, “si es una manera para que se la sienta más cerca entonces vale”.

El objetivo de estos actos es resignificar el dolor, entender que el duelo existe porque se ha querido mucho y que las fiestas son una parte de transitarlo. "En términos generales todas estas fiestas ayudan a elaborar el duelo", asegura De Barbieri, quien recomienda asistir a terapia cuando se necesita una orientación que sirva de ayuda.

Llorar sí vale

Llorar hace bien, llorar alivia, llorar ayuda. Sin embargo, muchas veces es el miedo a llorar lo que determina que una persona no quiera reunirse en Navidad o no quiera salir en Fin de Año, un poco por vergüenza y otro poco porque no quiere cortar con el ambiente festivo.

"Lo peor que alguien puede hacer es aguantarse las ganas de llorar", asegura Schujman y agrega: "Que no se encierre en el baño a llorar, aceptar el abrazo no es dar pena".

No hay una receta para que las fiestas no sean dolorosas cuando se perdió a alguien porque la ausencia queda más marcada y actuar en consecuencia es recomendable. "Subirse a un crucero a bailar es muchas veces una forma de enmascarar la tristeza, si bien lo que se busca no es que la persona se quede sola, con la luces bajas, música clásica de fondo y un pan dulce chiquitito", indica el psicólogo.

"Capaz que durante el festejo el tío, o el abuelo, la abuela están más callados, más cabizbajos, porque de repente en su proceso interno emocional todavía no se está preparado para bailar pero aún así va a la reunión y hace lo que puede según el momento del duelo en el que está", explica De Barbieri.

Llorar es dar rienda suelta a las emociones. "Pasa por ejemplo que pasamos bien pero llegan las 12:00 el momento del brindis y ahí notás que la persona te da un abrazo más emotivo", ejemplifica.

Nieto por su parte recuerda que la diferencia entre las 11:55 y las 12:00 es la misma, "quizás lo mejor es no ponerle tanto sentido a una hora", recomienda. "Lo indicado es juntarse de valor, es difícil pero tampoco pensar en las 12:00 como que hay un gran cambio", explica.

La psicóloga indica que no hay que ocultar las emociones y que así como la risa libera alegría el llano libera la tristeza. "Cuando una persona entra en un estado de paz es porque el llanto cumplió su función, pero fue una función positiva", asegura.

¿Y con los niños?

Una de las preguntas más frecuentes cuando se perdió a alguien y llegan las fiestas es cómo tratar la ausencia en la celebración con los niños. Todos los psicólogos consultados coincidieron en que lo mejor es ser claros y abiertos a la hora de hablar con ellos.

"Coco habla de la muerte en sí misma, en el Rey León se muere Mufasa, en Nemo la madre y los hermanitos, la muerte está presente siempre en los cuentos, en las películas, o sea que los niños saben que la gente se muerte", indicó De Barbiri.

A veces es necesaria una apertura de parte de los padres que explique qué pasó, explicar que todos vamos a morir pero que la Navidad tiene de bueno que permite reunirse con la gente querida.

Nieto por su parte explica que las pérdidas son momentos en que los adultos deben transmitir la enseñanza de cómo transitar el duelo porque ellos también a pasar por lutos en su vida.

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