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Cachilas de colección salen de sus galpones

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Habrá plaza de comidas con menú casero y música en vivo. Foto: Rocha Club de Autos Clásicos

Lo vintage se hace un lugar en Rocha

Los días 23 y 24 habrá encuentro de autos antiguos en Rocha.

Cada vez que Héctor Noguez volvía de jugar a la pelota con su vecino le repetía a su madre que un día andaría en un auto igual al del padre de su amigo: un Chevrolet Belair 55. Tenía 6 años y ya soñaba con manejar un coche antiguo. La ley de atracción o la casualidad quisieron que años más tarde se cruzara día por medio con un Belair igual por las calles de su Rocha natal. Lo veía estacionado pero no conocía la cara del dueño. Averiguó quién era, lo llamó, le consultó si lo vendía y sueño cumplido.

Esa fue la única vez que pidió un préstamo para comprar un vehículo. La mayoría de los 20 “cachilos” que acumula en su fondo de 2.000 metros los rescató del abandono. “Si alguien ve que están tirados en un terreno y vale la pena recuperarlos me pasa el dato, pregunto si los venden, y a veces salen por poca plata porque ya no le sirven al dueño”, cuenta Héctor.

Este chapista de profesión se desvive por los autos, y el suyo no es un hobby inaccesible porque lo más caro es la mano de obra, y lo hace todo él. Y sabe dónde conseguir repuestos a buen precio. Eso sí, nunca sacó números de cuánto dinero lleva invertido en fierros.

Otro de sus anhelos era armar un evento de autos clásicos en Rocha, similar al que asiste en Melo cada año con su mujer. Empezaron a cranearlo a dúo en 2013. Cada vez que veían una cachila por la calle, buscaban al dueño y le comentaban la idea. Reunieron diez aficionados, hablaron con la dirección de Cultura de la Intendencia y el primer paso fue acoplarse a la Semana de Rocha en noviembre de 2014.

La repercusión hizo que en 2018 tomaran la iniciativa de hacer el primer Encuentro de Autos Clásicos y Motos con sede en La Paloma para aprovechar el paisaje y el turismo. Lo organizaron en dos meses vía grupo de Whatsapp y salió mejor de lo esperado. La edición 2019 será el 23 y 24 de febrero y se preparó con seis meses de antelación. Está previsto que se expongan más de 100 autos, y 100 motos, un 70% más que en 2018, y otra cantidad de objetos antiguos.

Vendrán fanáticos de los fierros de Brasil y Argentina, y hay descuentos en campings y cabañas para los participantes del evento. Muchos reservaron su estadía un mes atrás.

El evento es sin fines de lucro y la inscripción no tiene costo. El principal objetivo de los organizadores es confraternizar, y que las cachilas salgan de sus galpones para ser expuestas. El espíritu es tal cual el eslogan del encuentro: “Rocha, club de autos clásicos, una pasión que se vive en grupo”.

GENÉTICA

Una pasión heredada y anécdotas de colección

Héctor Noguez tenía 11 años la primera vez que dio una vuelta en el Austin 12 de 1946 que era de su padre, pero “metía mano” en el taller familiar desde antes. A los 12 se animó a mover el ómnibus que manejaba su padre, y a los 16 tuvo su primer coche. Su padre encontró tirado en una vereda de San Carlos un Opel Kapitän del 51, le preguntó si lo quería, y su madre le dio los 500 dólares para que lo comprara. Lo conserva hasta hoy, igual que aquel Austin 12 en el que se crío, y con el que recuerda haber ayudado a hacer la mudanza de su tía en Buenos Aires con un trailer de por medio, cuando tenía apenas 3 años.

“Hace 15 años mi padre compró un auto más nuevo y como sabía que yo le tenía tanto afecto me pasó el Austin a mí”, cuenta Héctor.

Llevará tres de sus 20 cachilas al Encuentro de Autos y Motos Clásicas en La Paloma: el Chevrolet Belair, el Austin 12, y una Ford F1 de 1952, su última adquisición.

El más antiguo de su colección es un Ford A de 1927, y en el terreno de su finca de Rocha todavía sobrevive una casa rodante que su padre construyó de cero y 100% casera. Con ese vehículo recorrieron cientos de kilómetros para acampar en vacaciones.

Valor afectivo.

Néstor Altez entregó su Kawasaki 90 en una automotora rochense y terminó de saldar la deuda para hacerse del Fiat 850 de 1969 con el dinero que ganó como mozo en la temporada estival de 1994. Tenía 24 años, lo pagó 4.200 dólares y fue su primera y última adquisición de un auto clásico. Néstor es uno de los ocho integrantes del grupo de Whatsapp “Rocha Club de Autos Clásicos” donde se gestó esta movida.

Él no colecciona vehículos pero siente un amor especial por su Fiat, y se lo transmitió a su hija Camila. “Lo tengo desde antes de que ella naciera, se crió con el auto y siempre me acompaña”, dice.

Hace muchos años tuvo la oportunidad de cambiarlo por un Fiat 147, pero no lo hizo. Y no se arrepiente: “por suerte no lo vendí porque son cosas que a uno le dan satisfacciones”.

Es el único auto que tiene y lo cuida como a un hijo. Los días de lluvia anda en moto para que zafe del agua. Tiempo atrás le arregló chapa y pintura, había quedado impecable, pero como el motor tiraba un humo terrible y se negaba a hacerlo andar así. Lo tuvo parado cinco años hasta que logró dar con un mecánico que le solucionó el problema.

Álvaro Espinosa tiene 72 años y es coleccionador por definición. Tiene 23 motos, 30 matrículas de autos, 10 radios, bicicletas teléfonos, primus, relojes de pared, y otros tantos objetos de antaño.

Al encuentro llevará una radio Philips, otra japonesa pequeña, la clásica Spica, y su joyita más preciada: una Vespa KTM 50 cm que funciona a pedal y es única. Esa moto estaba tirada en un galpón porque su dueño había muerto y alguien que sabía del fanatismo de Álvaro por los fierros se la regaló. Estaba impecable solo le retocó la pintura. Cuando viajó a Brasil se la quisieron comprar pero se negó a venderla: “es histórica para mí”.

El 13 de octubre de 1975 fue la primera vez que Álvaro se subió a una moto para conocer Uruguay. Recorrió los 19 departamentos en dos meses en épocas donde no existía el celular. Enviaba telegramas a su familia sin recibir respuesta porque no paraba quieto en ningún lado. Se lamenta de que la moto que lo acompañó en esa travesía ya no esté en su colección. “Se la di a mi hijo, me prometió que jamás se deshacería de ella, y a los 15 días la había vendido”.

Los fierros como excusa para pasear por la costa

El grupo de Whatsapp “Rocha Club de Autos Clásicos” se creó con el espíritu de armar este encuentro en el departamento de sus miembros. Darío, integrante oriundo de Lascano, llevará un Dodge Power Wagon de 1955 al evento, Ruben mostrará su Hilman de 1954, Marcos exhibirá su Ford A del 1931, y su Volkwagen de 1982 recién arreglado. Álvaro Espinosa compartirá parte de su colección de bicicletas, motos y radios antiguas. El domingo 24 los autos saldrán desde La Paloma, y recorrerán la costa por La Aguada, Costa Azul, Antoniópolis, y Arachania, hasta La Pedrera. Estacionarán por una hora y será “un balcón al mar con autos, agua y cielo. Una postal única para sacar fotos”, según Nelson Altez.

Shows, gastronomía y exhibición en La Paloma

La segunda edición del Encuentro de Autos y Motos Clásicos fue declarado de Interés Departamental por la Junta de Rocha y de Interés Turístico por el Ministerio. Se realizará el 23 y 24 de febrero en el predio de Casa Bahía, frente a la Ancap de La Paloma, y a pasos de la Avenida Solari. Esta vez, se suma el Batallón de Infantería Mecanizado N°12 de Rocha, que celebra su centenario, exhibiendo vehículos militares y una carpa acondicionada para muestra de armamentos. Habrá bandas en vivo en el escenario, y distintos stands para degustar comida sencilla y casera: pizzas, empanadas, tortas de fiambre, y carne. Estos eventos son ideales para confraternizar entre aficionados y que saquen los autos clásicos del galpón para mostrarlos.

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