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A partir del COVID-19 hay menos asistencias a pacientes con problemas de corazón

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Menos consultas y menos procedimientos. Foto: Archivo

ESTUDIO CONFIRMA PRESUNCIÓN DE MÉDICOS

Una encuesta realizada en Latinoamérica, incluido Uruguay, confirmó lo que hasta ahora era una sospecha de los médicos: por la pandemia hay menos consultas y procedimientos a pacientes cardíacos.

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En un principio fue una presunción de los médicos, pero ahora existen resultados de una encuesta que lo demuestra: desde que comenzó la pandemia por el nuevo coronavirusdisminuyó la actividad asistencial a los pacientes con problemas al corazón.

Las causas son difíciles de definir: puede ser el miedo a salir, que la baja de estrés laboral no provoque tantas afecciones o algún otro motivo. Lo que se sabe es que es un peligro que, por ejemplo, un infarto no sea atendido precozmente: si la persona no recibe asistencia dentro de las primeras 24 horas, la consecuencia puede ser la muerte o un daño irreversible en el tejido, lo que significará una menor sobrevida.

La encuesta fue realizada en países latinoamericanos por Stent-Save a Life! LATAM en acuerdo con la SOLACI (Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista) y el Comité de Hemodinamia de la SUC (Sociedad Uruguaya de Cardiología).

Ignacio Batista, presidente del Comité de Hemodinamia de la Sociedad Uruguaya de Cardiología y Country Champion por Uruguay de Stent - Save a Life!, dijo a El País que lo interesante de este trabajo es que “plasma una suposición que teníamos los cardiólogos de la baja en cuanto a las consultas y procedimientos”.

Los resultados de la encuesta muestran que en estas últimas semanas, que coinciden con la aparición de la pandemia, hubo una reducción importante de la actividad asistencial en la Cardiología Intervencionista en Latinoamérica y en Uruguay y una gran disminución en el número de pacientes tratados por infarto agudo de miocardio. Esto supone un alto grado de morbilidad en esos pacientes y, por eso, lo importante ahora es que las sociedades científicas y las autoridades sanitarias investiguen las causas de este fenómeno y actúen en consecuencia.

El estudio señala que se sospecha que algunas de las causas podrían ser que los pacientes no consultaban para no salir de casa (por el aislamiento social) o que hay menos consultas porque los pacientes tienen menos problemas coronarios debido a la disminución del estrés laboral, por ejemplo.
Batista dijo que aunque acercarse a las causas será algo para evaluar en próximos trabajos, la presunción que actualmente tienen los médicos es que hay temor en algunos pacientes y no consultan a un centro de salud o no llaman a la emergencia móvil por miedo a contagiarse de COVID-19.

La situación en Uruguay.

El grupo de trabajo que elaboró la encuesta logró obtener con este trabajo una serie de datos concretos sobre cómo afecta la pandemia de la COVID-19 a la atención de los pacientes con problemas al corazón.

El estudio se realizó a nivel latinoamericano, pero también en una parte aporta el contexto mundial que se vive desde la aparición de la pandemia por COVID-19: los expertos sostienen que esta “ha determinado la instalación de medidas sanitarias singulares en casi todos los países del mundo. En algunos países, particularmente de Europa, se ha observado una saturación de los sistemas de salud, especialmente a nivel de las emergencias y unidades de cuidados intensivos, lo que pudiese haber alterado el normal funcionamiento de áreas donde se brinda asistencia habitualmente a pacientes cardiológicos con síndromes coronarios agudos (SCA)".

Por otra parte, también destacan que el confinamiento ha disminuido la movilidad de las personas y parece haber afectado a la frecuencia y rapidez de las consultas al sistema de salud, en particular en este tipo de enfermos. Esta nueva realidad ha sido recientemente objetivada en países de Europa y Norteamérica, registrándose una menor cantidad de procedimientos de cardiología intervencionista realizados durante la pandemia.

Respecto a Uruguay, los profesionales señalan que el hecho de que la pandemia de la COVID-19 se instalara más tardíamente (los primeros casos fueron confirmados el 13 de marzo) respecto a Asia y Europa, podía haberle dado características propias: “Aún no se ha evaluado el impacto que esta epidemia pudiera estar teniendo en la forma de asistir a los pacientes con enfermedades crónicas sin COVID-19 en Uruguay, y particularmente en aquellos cursando enfermedades cardiovasculares agudas. En nuestro país las enfermedades cardiovasculares tienen amplia prevalencia, por lo que resulta importante conocer cómo puede haberse afectado en estas nuevas circunstancias, la asistencia a este importante sector de la población”, dice el resultado de la encuesta.

La importancia de consultar al médico.

Batista resaltó la importancia de consultar al médico ante cualquier síntoma de características cardiovasculares. “Los pacientes que ya tienen una enfermedad cardiovascular conocida tienen que consultar ante cualquier síntoma, pero también la población en general que los tenga”, sostuvo.

Y opinó que “el miedo a contagiarse de coronavirus está dejando de lado otras enfermedades agudas y crónicas”, por lo que “hay que concientizar a la población de que si bien debe tener cuidados con la COVID-19, hay otras enfermedades que siguen su curso y contra las que tenemos que seguir batallando”.

No hay que olvidar que la primera causa de muerte en Uruguay son las enfermedades cardiovasculares. “Y eso la COVID-19 no lo va a cambiar”, concluyó Batista.

Así se obtuvo la información.

El objetivo principal del trabajo fue cuantificar el grado de variación de la actividad asistencial en los Servicios de Cardiología Intervencionista por la pandemia, con especial atención a los síndromes coronarios agudos con elevación del segmento ST. Pero se plantearon dos objetivos secundarios.

Uno fue analizar la percepción de los hemodinamistas acerca de cambios en el diagnóstico y tratamiento del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST e informar sobre el estado de afectación de los integrantes del equipo de la salud en los centros de hemodinamia por la COVID-19. Se realizó el estudio a través de una encuesta de opinión para evaluar la actividad en los laboratorios de hemodinamia de América Latina en una quincena previa y en otra posterior a la declaración de la cuarentena en cada país. En el caso de Uruguay, el universo de la encuesta en el subanálisis fueron todos los Centros de Hemodinamia. Fue una encuesta web con la plataforma de Google Forms.

Algunas de las variables analizadas fueron la cantidad de cateterismos, procedimientos estructurales y percepción subjetiva del uso de trombolíticos, el número diagnóstico de infarto agudo de miocardio con elevación del ST, cambios en la internación luego de los procedimientos intervencionistas y la presencia de personal médico y no médico afectado con COVID-19. Los centros de Uruguay que brindaron datos fueron: Cardiocentro - Asociación Española, Centro Cardiológico Americano, Hemodinamia del Litoral, Centro Cardiovascular Universitario, Instituto de Cardiología Intervencionista de Casa de Galicia, Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca, Instituto de Cardiología Integral y Servicio de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista del Hospital Central de las Fuerzas Armadas.

Estos son los números en Uruguay:

En Uruguay, el periodo pre-COVID comprendió desde el 24 de febrero al 8 de marzo y el periodo COVID-19, del 23 de marzo al 5 de abril.

En los centros de hemodinamia se realizaron 456 procedimientos durante el periodo pre-COVID. De estos, 294 fueron coronariografías diagnósticas (186 de estas por SCA), 153 angioplastias coronarias (67 por IAMceST) y 9 intervenciones estructurales.

Pero en el periodo COVID-19 se realizaron 311 procedimientos. De estos, 188 fueron coronariografías diagnósticas (128 de estas por SCA), 122 angioplastias coronarias (42 por IAMceST) y una intervención estructural.

Hubo una disminución del 31,8% durante el periodo COVID, siendo 36,1% inferior para coronariografías, 31,2% para coronariografías por SCA, 20,3% para angioplastias coronarias, 37,3% para angioplastias por IAMceST y 88,9% para intervenciones estructurales.

Resulta importante recabar información acerca del impacto que pudiera tener la pandemia de la COVID-19 en la actividad del intervencionismo cardiovascular en Uruguay. Un aspecto esencial en el marco de esta situación es el estado sanitario del equipo de salud actuante en los servicios de hemodinamia, dado que una parte importante de los procedimientos son realizados de urgencia, lo que acarrea una eventual mayor exposición a portadores de la COVID-19 no evaluados.

Con los datos que arroja la encuesta, el equipo de profesionales señaló que algunas de las acciones a tomar deberían ser: promover que los pacientes con síntomas coronarios demanden asistencia al sistema sanitario para recibir tratamiento de forma adecuada; que sea analizado el impacto que esto pueda tener en la población; analizar los resultados obtenidos y estar atentos para saber si luego de la pandemia hay un aumento de enfermedades crónicas y agudas.

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