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Con Cris Morena, que desembarca en Uruguay: "Jugar es la base de todo, a mí jugar me salvó"

La productora argentina estuvo en Montevideo con audiciones para su proyecto de aprendizaje Otro Mundo, repasó su carrera y adelantó sus nuevos proyectos.

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Por Soledad Gago*

Hubo un tiempo que fue así: salir de la escuela, llegar a casa corriendo, preparar la merienda y sentarse frente a la televisión. Esperar a que fueran las cinco y media de la tarde, escuchar la canción -“Desde adentro, desde acá, te estoy llamando otra vez”- sacarse los zapatos, acomodarse en el sillón y quedarse así, sin moverse, sin prestar atención a nada más. Y jugar y bailar y cantar esa canción y querer vivir ahí, en Chiquititas.

Era el comienzo de los noventa y Cris Morena, productora y conductora que había estado al frente del programa Jugate conmigo, había estrenado la telenovela infantil que tuvo siete temporadas y que fue el inicio de la historia que vino después. Con Chiquititas, Cris Morena había montado una fantasía, un mundo en el que siempre ganaban los buenos, un universo de canciones y árboles y libros mágicos.

Después siguieron otras -Rebelde Way, Floricienta, Casi Ángeles, Alma Pirata, por nombrar algunas- que, aunque distintas, seguían en la misma línea, decían más o menos las mismas cosas.

Hoy, que es un jueves de marzo y Cris Morena está en Uruguay haciendo audiciones para jóvenes que llevará en 2024 a Otro Mundo, el espacio de aprendizaje que abrió hace un año en Buenos Aires, dice que siempre se ha tratado de eso: de refugiarse en las historias, de crear mundos.

Cris Morena
Cris Morena, productora de televisión argentina
Foto: Estefania Leal/Archivo El Pais

Eso hizo siempre, cuando era una niña que no quería dormir la siesta y se encerraba en la biblioteca de su abuelo en la que había un piano y toda clase de libros que ella devoraba mientras jugaba a vivir en otras vidas, en otras realidades. Eso es lo que hizo ahora, cuando creó Otro Mundo, un lugar, dice, que no existe como tal en ninguna otra parte del planeta.

—Es un espacio de aprendizaje de música, de artes escénicas y visuales, creado con todo el amor del mundo hace muchos años, primero en mis sueños. Lo trabajamos en todo su ADN, en cómo queríamos manejar el aprendizaje.

Se trata de eso: de un espacio de aprendizaje, de un semillero de artistas. No le gusta, a Cris, hablar de enseñanza ni de alumnos ni de profesores. Ni siquiera habla de educación. Prefiere, en cambio, hablar de aprendizaje, de artistas, de maestros. Esas son las palabras que utilizan en Otro Mundo.

—Yo estudié asistencia social; después mi vida, no sé por qué motivos, me llevó a otros caminos (…) Pero siempre soñé con esto. Me hubiera querido meter en la educación formal, pero es imposible.

—¿Por qué?

-Porque está muy... ¿viste cuando estresaste algo a un nivel que ya no da más? Bueno, la educación formal ya no da más. Es algo que ya no existe, ni la palabra tiene sentido. Es muy complejo. De a poquito me fui metiendo ahora con todo esto del aprendizaje de alguna manera; al descubrir dones y apoyar las fortalezas y las debilidades de los chicos, creo que estoy acompañando mucho lo que es el aprendizaje real. Que se vayan descubriendo a sí mismos, porque si uno no hace lo que desea en la vida y no tiene un para qué claro, apasionado, pasaste por esta vida sin dejar ninguna huella. Y me parece que los seres humanos estamos acá para dejar huellas, para marcar algunos caminos por lo menos.

Que no le resuena la palabra educar, eso dice. Que prefiere aprendizaje porque uno aprende todo el tiempo, toda la vida. También elige decirle “artistas” a los jóvenes que forman parte de Otro Mundo. Porque, para Cris, alguien que dedica su vida a cualquier vocación que tenga que ver con el arte, desde el momento en el que decide hacerlo, ya es un artista.

—El arte sana, salva y decirle “artista” a una persona ya es ponerla en un lugar de más seguridad, de más tranquilidad.

—¿Cuántas veces te ha salvado el arte?

—Primero y principal la más importante, cuando uno pierde lo que más ama, el arte ayuda mucho a salir de los lugares oscuros. Porque el arte es pura luz. Y también puede ser oscuridad. Pero para mí el arte tiene que ver mucho con la naturaleza y con las pequeñas cosas de la naturaleza, las mariposas, los hongos, los pájaros; entendí siempre que de eso se trata el arte. Pero es una opinión mía.

El 28 de setiembre de 2010 murió Romina Yan, su hija. Entonces, Cris atravesó la oscuridad y después escribió una historia, Aliados, en la que cada protagonista tenía un aliado que venía de otro mundo para que caminar fuese más sencillo. Y también escribió canciones. Una de ellas dice así: “Iré a buscarte a lo hondo, a donde deba encontrarte / Iré a buscarte en ti mismo, en el barro o el abismo / Iré a buscarte aunque duela, aunque te pierda y no sienta”. El arte sana. Y también salva.

Cris Morena
Cris Morena, prodctora argentina
Foto: Estefania Leal/Archivo El Pais

***

En algún momento de la entrevista, desde el celular, leerá esto: “Los ojos brillan, los oídos suenan, la mente crea, el instinto percibe, la pasión explota, el cuerpo baila, el olfato perfuma, la boca besa, el alma ríe, el tacto siente, y vos vibrás, conectás, soñás, te electrizás, te iluminás, sos luz, sos faro, sos aventura y camino, sos principio y final, sos planetario, cósmico, único irrepetible, y maravilloso”.

La voz sale suave, como si estuviera sostenida por un hilo. Aclara la garganta. Aguanta la emoción. Y sigue: “Sos artista de tu vida porque vos podés todo. Porque sos mágico y libre”.

Ese es el manifiesto que pensó y escribió para Otro Mundo.

Hay algo en sus formas y en sus palabras y en la manera de construir las frases. Hay algo en lo que dice que es como una ilusión, como un regreso, como un volver a donde todo empezó. Porque Cris Morena, una de las productoras más importantes de la televisión argentina, dice lo que siempre ha dicho y hay algo -un eco, un recuerdo- que suena cercano, conocido: que sueñes, que te ilumines, que brilles, que bailes, que cantes, que rías, que beses, que ames, que sientas, que juegues. Sobre todo, que juegues.

—Me parece que jugar es la base de todo y hoy los chicos juegan cada vez menos. Yo jugaba muchísimo. Mi hermano dice siempre que yo me salvé y fui diferente por todo lo que jugué en mi vida. Y sí, a mi jugar me salvó. Nosotros cuando éramos niños no queríamos estar con los grandes, al contrario. Y aparte se podía jugar en cualquier lado, nada estaba prohibido, nada era peligroso o había cosas peligrosas pero no nos dábamos cuenta. Ahora todo es peligroso, todo es imposible. Yo tuve una infancia con muchas dificultades, no económicas, sino de dramas familiares. Pero la viví con todo. Y eso es lo que no me puedo olvidar y no se me va nunca. Y la sigo teniendo adentro, ese pedazo de mi vida está intacto. Como que me perdoné cosas, sigo manteniendo vivo ese juego adentro mío.

—Evidentemente marcaste a muchas generaciones…

—¿Vos creés que dejé una marca?

—Sí, no tengo dudas.

—Dicen que el buen maestro es el que te toca el corazón para siempre.

-¿Y por qué tocaste el corazón de tanta gente?

-Porque soy absolutamente lo que ves. Porque todo lo hago con un grado de amor enorme y lo digo en serio, con una especie de inocencia, porque no es ingenuidad. Yo sigo manteniendo viva a mi niña de adentro y agradezco seguir teniéndola viva todos los días.

Hay algo en sus formas y en sus palabras y en la manera de construir las frases. Hay algo en lo que dice que es como una ilusión, como un regreso, como un volver a donde todo empezó: ese lugar en el que siempre son las cinco y media de la tarde y preparás la merienda y te sentás en el sillón y te sacás los zapatos y encendés la televisión y escuchás esa canción que dice “siempre Chiquititas en mi corazón” y sabés que por una hora no habrá nada, no importará nada más que esa historia.

Es un lugar seguro, tranquilo, cálido: un lugar como volver a casa. Es, quizás, el lugar en el que se guardan, con la misma fuerza, con la misma candidez, los recuerdos y la ternura.

El bootcamp que traerá a Montevideo

Cris Morena estuvo junto a su equipo en Montevideo haciendo audiciones para jóvenes mayores de 17 años que llevará a Otro Mundo, su espacio de aprendizaje en Buenos Aires, a partir de 2024.

“Estuvimos dos días tomando audiciones. Y nos quedamos maravillados, porque son de un talento que no se puede creer, sobre todo en música, no sabía que había tantos jóvenes músicos tan talentosos, nos impresionó mucho el nivel que tienen. Estamos felices”, dice.

Además, el próximo 17, 18 y 19 de junio regresará a la capital. Esta vez será con el workshop de Otro Mundo: una jornada de tres días que incluirá clases de canto, baile y actuación y una charla final con la productora creadora de la mayoría de las telenovelas infantiles y juveniles de los noventas y comienzos del 2000. Las localidades están en Acceso Ya.

Aunque Cris no planea volver a la televisión, sí viene trabajando en series para algunas plataformas. Dice que no puede hacer más de dos proyectos a la vez porque le gusta dedicarles el tiempo y el trabajo que necesitan.

“Empecé a hacer mis series afuera, porque las plataformas me llevaron a México y entonces hice dos allí y estoy terminando una tercera ahora, también en México. Y con mucha suerte y muchas ganas y con mucho del cielo y de la tierra voy a hacer una que les va a fascinar, que le tengo mucha fe, se me está explotando el corazón porque todavía no terminé de cerrar, es una serie para plataformas, para el mundo entero. Tiene que ver con la identidad y es con jóvenes nuevos, todos chicos nuevos”.

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