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Valeria Superchi: Periodismo temprano

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Valeria Superchi. Foto: Leo Mainé

ENTREVISTA

La periodista lleva 20 años en los medios. Desde sus comienzos en El Espectador ha ocupado el horario de la primera mañana. “Disfruto de madrugar”, dice.

Valeria Superchi. Foto: Leo Mainé
Valeria Superchi. Foto: Leo Mainé

La voz de Valeria Superchi (41) está hecha a medida de su función en radio Sarandí (690 AM).

Con su tono cálido y sereno para comunicar, la integrante femenina de Informativo Sarandí (lunes a viernes a las 7 am) lleva casi dos décadas de "madrugones" informando las principales noticias del día. Además, desde 2019 pegó el salto delante de cámaras para formar parte de Séptimo día, en La tele, que regresó casi al mismo tiempo que ella lo hizo tras su licencia maternal por la llegada de Juan que, con apenas cuatro meses, es testigo de uno de los momentos laborales más plenos de su madre.

En este año, sorprendente e inusitado, resulta inevitable empezar la charla hablando con Valeria, más que del COVID-19, sobre las consecuencias del mismo en el medio y en la vida de los uruguayos. "Es un año complicado en todo. Particularmente no puedo quejarme de cómo se dieron la cosas en este último tiempo", reflexiona, mientras la conversación vira hacia su carrera que la encasilla como a una periodista de raza.

Valeria Superchi. Foto: Leo Mainé
Valeria Superchi. Foto: Leo Mainé

-¿Te imaginabas cuando empezaste a madrugar para hacer radio que en 2020 ibas a despertarte más temprano que nunca?

-(Se ríe) No pero ya estoy bastante acostumbrada. Antes dormía hasta las 5.00 y ahora arranco a las 4.30 para darle de comer a Juan y después sigo. Así son las cosas. Igual la mañana es el momento del día que más disfruto.

-Empezaste con Julio Villegas, en El Espectador, y no paraste de madrugar más básicamente.

-Fue en una pasantía durante el verano y ahí me quedé durante nueve años trabajando en un informativo puro y duro. Después pasé a Sarandí, y ya a las seis de la mañana estaba al aire con las primeras noticias junto a Jaime Clara. Una experiencia inolvidable. Los oyentes de las 6 AM son únicos. Me encanta la dinámica de trabajo que se genera a esa hora. La fidelidad del oyente es incomparable. Lo que transmiten, te hacen sentir como si estuvieras desayunando con ellos.

-Sin embargo te fuiste un tiempo a la producción de Desayunos informales (La tele), ¿cómo resultó esa primera experiencia en tv?

-Precisaba un cambio en ese momento y fue una buena experiencia. Trabajé con gente que conozco (guarda un amistad con María Noel Marrone desde la facultad). Pero además la recuerdo como una etapa que sirvió para reafirmar que la radio es lo que más me gusta, porque extrañé el contacto con la gente. Me pasó incluso que después de un año de haberme ido, encontraba a gente que reconocía mi voz. Es muy impactante el vínculo que se forma con los oyentes.

-En menos de un año viviste un tsunami de transformaciones, ¿cómo viviste la llegada de la maternidad, tu estreno en las cámaras con Séptimo día, el regreso a la radio?

-Todo junto en muy poco tiempo. Creo que el momento en que estaba transitando la última etapa del embarazo a fin de año, cuando me pidieron que hiciera quietud, fue justo para que se me ordenara mi vida. Por suerte, después que naciera Juan, vino la licencia maternal y llegué justo para retomar Séptimo día y el Informativo Sarandí. Me he sentido muy contenida por los dos equipos en mi licencia y bien recibida después.

-Sos la representante femenina de espacio tan importante en el dial, ¿cómo es la rutina con los tres hombres que te acompañan en el aire de Informativo Sarandí?

-Siempre destaco el grupo humano que me acompaña y ellos tres (Aldo Silva, Gabriel Pereyra y Sergio Silvestri) no son la excepción y es un gusto estar con ellos al aire. Aldo, además, se acopló muy bien al equipo. No puedo dejar de considerarme una afortunada, por más que me parece que somos pocas las mujeres que estamos en los horarios fuertes de la radio. Me gustaría que hayan más en todas las radios.

-Recuerdo un cruce con José Mujica, que te trató a vos y a los periodistas en general de "comentarista".

-Si (se ríe) quise dejarle claro que somos periodistas. Que nos formamos para estar en ese programa. Creo que valía la aclaración en ese momento.

-Séptimo día también se presta para ese tipo de intercambios, aunque quizás no te hayan ocurrido. ¿Cómo fue ese paso que diste de enfrentarte a las cámaras?

-Se dio con naturalidad y me sentí muy cómoda porque ya había trabajado con la mayoría de los que comparto el programa ahora.

-Qué se siente protagonizar los “súper domingos” de la tv uruguaya?

-Es estimulante porque son programas en vivo y eso genera una adrenalina especial en los que formamos parte de esos programas. Al mismo tiempo no me deja de generar cierta lástima que el público no pueda ver todas las propuestas porque se dan todas al mismo tiempo. Es verdad que existen otras plataformas para ver todo después, pero al ser periodísticos la mayoría los mira en el momento.

-¿Cómo transitás la “nueva normalidad” en tus trabajos?

-Por ahora sin problemas, con zoom para las reuniones de producción de Séptimo día y en radio por ahora hago medio horario por lo que puedo tener tiempo para dedicarme a Juan.

-A propósito de la pandemia, ¿cómo viste el comportamiento del gobierno a la hora de informar?

-A pesar del cimbronazo que significó creo que se manejó bien, sin misterios. No veo mayor problema de acceso de información. y creo que el equipo de científicos fue un hallazgo. En esta etapa se entendió que la radios y los medios, en general, son un servicio esencial.

-En Argentina hablan de la cuarentena más larga del mundo, ¿Uruguay no pasará a tener un récord similar de período electoral?

-Puede ser sí, personalmente es una revancha, porque tanto en la primera vuelta como en el balotaje no pude trabajar. Estaba haciendo quietud. Ahora Juan va a acompañarme con las municipales como un campeón.

-Te gustan esas coberturas.

-Sí, en las elecciones internas me tocó cubrir el búnker de (Ernesto) Talvi. Después me quedé con las ganas trabajar en las siguientes y se me hizo difícil abstraerme de lo que pasaba, con el celular a full. Fue imposible dejar a la periodista.

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