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Lo que hay atrás del adelanto de vacaciones: infecciones respiratorias en niños son "casi el doble" que en 2019

Aunque todos los inviernos se producen internaciones de niños por VRS o influenza, los pediatras y el MSP aseguran que este año hay una proporción mayor de casos graves

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Hospital Pereira Rossell
Hospital Pereira Rossell.

Durante la última semana de junio, a último momento, buena parte de los padres uruguayos tuvieron que reorganizar sus planes. Cambiar las agendas para ese momento del año que tanto ansían los niños en edad escolar y que en 2023 llegó antes de lo previsto: las vacaciones de julio. El Ministerio de Salud Pública (MSP) envió un pedido formal a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) el 27 de junio para adelantar una semana el inicio de las vacaciones con el fin de “contribuir a mitigar el impacto en salud pública a nivel nacional” de las infecciones respiratorias. El pedido de la cartera de salud llegó un martes y las clases terminarían ese mismo viernes.

La poca anticipación y la sensación de déjà vu con respecto a lo que pasó en 2020 y 2021 (cuando los niños tuvieron parte del año sin presencialidad) son los principales motivos que generaron descontento entre padres y críticas en redes sociales, sumado a que buena parte de la educación privada dio tres semanas de vacaciones en total, desde el 3 hasta el 21 de julio.

Escuela de Montevideo.
Escuela de Montevideo.
Francisco Flores/Archivo El Pais

Más allá de las idas y venidas alrededor de cómo organizar la educación y teniendo en cuenta que el presidente del Codicen, Robert Silva, dijo que las escuelas podrán “atender situaciones particulares de quienes planeaban vacacionar en la semana del 17 de julio”, que debía ser parte de las vacaciones y ahora habrá clase en la educación pública, la gran incógnita realmente está detrás de saber qué tan excepcional es lo que está ocurriendo con las enfermedades respiratorias hoy en Uruguay y por qué se decidió adelantar el corte de clase una semana. ¿Esto pasa todos los inviernos? ¿Es una consecuencia de la pospandemia? ¿Estamos cerca de una nueva emergencia sanitaria? ¿Por qué no se cerraron otras actividades como los cines o los shoppings?

La pediatra, epidemióloga y presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) Mónica Pujadas lo explica de forma muy clara: “El análisis de la situación epidemiológica de las infecciones respiratorias en la edad pediátrica nos permite afirmar que el 2023 se presenta con un comportamiento algo diferente a otros años”. Entre los puntos que señala Pujadas como particulares de este invierno se encuentra el hecho de que las infecciones respiratorias agudas comenzaron “en forma más temprana” de lo habitual, debido a que se vio un aumento en las consultas durante la segunda quincena de mayo. Otro punto es que hubo un “aumento rápido y sostenido” desde el inicio, lo que podría traducirse en una “alta velocidad de transmisión”.

Lo que dice Pujadas se confirma con las palabras de la ministra de Salud, Karina Rando, quien sostiene a El País que las cifras de 2023 han superado a las de 2019, es decir, el último año antes de la pandemia. “En el 2019 el aumento de las infecciones respiratorias graves empezó en la semana 21, mientras que este año en la semana 19 ya había comenzado el aumento. Y además de eso, los números a los que hemos llegado están por encima de los que teníamos inclusive en el 2019. Por ejemplo, en la semana de epidemiológica número 26 de 2019 la tasa de infecciones respiratorias era de 26,4 y este año la tasa que tenemos es de 45,4 o sea que es casi el doble”, puntualiza Rando (ver entrevista más abajo).

Por su parte, Pujadas hace hincapié en que este año hay una “mayor virulencia” de las infecciones respiratorias, o sea, más proporción de casos graves en comparación a inviernos pasados. En esto coincide el director del Hospital Pereira Rossell, Álvaro Galiana, quien asegura que ya en la primera semana sin clases, se observaron menos consultas que durante las dos semanas previas pero que “el porcentaje de los que deben ser ingresados es más alto que de costumbre”. O sea, hay menos consultas, pero un mayor porcentaje de estas son graves.

Álvaro Galiana
Álvaro Galiana.
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

De esta manera, se nota cierto “cambio de comportamiento” en el virus respiratorio sincitial -conocido como VRS-, que es el que hoy está generando el mayor número de internaciones en todo el país y pinta a 2023 como un año atípico en ese sentido. Hoy el Pereira Rossell tiene cerca de 60 niños internados a causa del virus y el CTI se llena total o parcialmente según el flujo de altas e ingresos. Algo del cambio en el comportamiento de la enfermedad comentó el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, este jueves en rueda de prensa, cuando mencionó que el número de consultas diarias en la puerta de emergencia llegaron a ser 300, pero el miércoles bajaron a 169. “A nivel del cuarto o quinto día se empieza a sentir el efecto (de las vacaciones de julio). Que no lo sentimos ahora a nivel de la internación, pero sí empiezan con (la disminución del) número de consultas”, subrayó Cipriani.

DATOS.

Las cifras de CTI en las principales mutualistas

A pesar de que el Ministerio de Salud Pública toma como referencia a los centros centinela de todo el país que son hospitales públicos, en las mutualistas también se siente el impacto de las infecciones respiratorias que padecen los niños.

En el Casmu, por ejemplo, actualmente hay una ocupación del 95% en el CTI pediátrico. La cifra se compone tanto de pacientes de la mutualista como algunos de ASSE, debido a que salud pública compró plazas para enviar pacientes allí. “La estadía de los niños suele ser más corta que la de adultos”, sostiene Marcelo Gilard, encargado de la unidad. Según informó La Diaria, el CTI pediátrico del Círculo Católico tiene una ocupación del 80% y en el de la Médica Uruguaya está ocupado el 50%.

Ese “efecto” de las vacaciones de julio, según indican todos los expertos, tiene que ver con que se corta la circulación del virus y, aunque esos mismos niños puedan ir al cine o al zoológico durante los mismo días, el hecho de no compartir aula a diario acota la posibilidad de contagio. Otra cosa en la que coinciden todos los expertos es en el hecho de que el VRS ataca de manera grave a los menores de dos años principalmente, por lo tanto “hay que cuidar del hermano pequeño”, según Galiana, que suele quedarse en casa y recibe los virus que muchas veces trae un hermano que está en edad escolar. El director del Pereira Rossell dice no estar de acuerdo con la extensión de las vacaciones a más de dos semanas y agrega: “Simplemente pedimos el adelanto para paliar la situación que estaba creciendo, pero tampoco pedimos que se los encierre drásticamente”.

En contra.

Pero no todas son coincidencias. El pediatra Sebastián González-Dambrauskas es una de las principales voces -sobre todo en las redes sociales- en contra de la decisión del MSP y de la ANEP de adelantar las vacaciones. “Todos sabemos que en los inviernos hay un cese de actividades programadas para disminuir las infecciones, pero lo que pasó ahora fue que de golpe y porrazo por una supuesta alarma epidemiológica que no queda claro dónde está, en la cual se trastoca todo y se cambia el cronograma. Incluso se habló de extender a cuatro semanas el corte y no queda claro cuál es la justificación. Lo peor de todo es que parecería ser algo inocuo cerrar escuelas cuando no debería serlo”, subraya el pediatra, quien además trabaja en la unidad de cuidados intensivos del Pereira Rossell.

Para González-Dambrauskas hoy “no se ve” una situación excepcional y lo que sucede en los centros de asistencia pediátrica es “similar a lo que ocurría previo a la pandemia” y “en esos momentos no se adelantaban las vacaciones como si nada”. La gran queja del pediatra está en la “falta de cifras” que “justifiquen” la decisión del gobierno, a pesar de que el MSP difundió una serie de datos este miércoles. Sin embargo, en la publicación solamente compara la proporción de infectados con respecto a 2020 en adelante, o sea cuando la pandemia del covid-19 de alguna manera “ayudó” a bajar la circulación de VRS por la poca actividad social y la virtualidad en la enseñanza. Allí se ve cómo las cifras de 2023 son superiores a las de 2020, 2021 y 2022, pero no se las compara con las de los años previos a la pandemia. Sin embargo, Rando sostiene que las cifras de este año son mayores a las de 2019 y estas se publicarán en los próximos días. Los pediatras aseguran que tanto 2020 como 2021 fueron “casos aislados” a la hora de analizar las estadísticas anuales de enfermedades respiratorias. González-Dambrauskas teme que la decisión del gobierno se haya tomado “exclusivamente” por la realidad del Pereira Rossell, que a pesar de ser el centro de referencia de la salud pública en Montevideo, “no tiene por qué condecir con la situación nacional”. El pediatra señala que el monitor de ocupación de CTI pediátrico de la Sociedad Uruguaya de Neonatología y Pediatría Intensiva (Sunpi) actualmente marca una ocupación cercana al 75% “y eso no es saturación”.

Niño con tapabocas.
Niño con tapabocas.
Foto: Archivo.

Consultado al respecto, el presidente de la Sunpi, Nicolás Monteverde, asegura que el monitor incluye entre 110 y 120 camas de pediatría disponibles en las 18 unidades que tienen CTI para niños en todo el país y agrega: “Dentro de todos los que están internados, sabemos que el 90% está a causa de una enfermedad respiratoria”. Monteverde prefiere no criticar la decisión como lo hace González-Dambrauskas, aunque sí dice: “No creo que se haya tomado la medida de adelantar las vacaciones mirando únicamente la ocupación de terapia intensiva porque no tendría mucho sentido. Se debe haber tenido en cuenta otros factores que desconocemos”.

Las excepciones.

Aunque pueden haber discordancias sobre dónde hay o no saturación, lo cierto es que existe otro factor que hoy observan los pediatras en sus pacientes y no era tan frecuente en la prepandemia. Esto tiene que ver con los tipos de virus que circulan y generan internaciones. A pesar de que el VRS es el responsable de la mayoría entre los niños, las infecciones por influenza A y B (gripe) no descienden y se mantienen al alza, algo raro durante un pico por VRS, aunque es claro que ocupa el segundo lugar. Esto, según Pujadas, tiene que ver con que la cobertura de vacunación contra la gripe este año ha sido “baja”, en especial en “los grupos considerados objetivos, como embarazadas, niños, personas mayores y personal de salud”.

Pero también hay factores virológicos a tener en cuenta, sobre todo vinculados a los efectos secundarios de la pandemia del covid-19, según el virólogo Santiago Mirazo, porque “muchos niños” que nacieron durante 2020 y 2021 no estuvieron en contacto con buena parte de los virus estacionales y lo hacen este invierno por primera vez. Al ser “personas susceptibles de ser infectadas”, los más chicos ayudan a que se produzca un incremento en los casos, según Mirazo.

En el mismo sentido, la ministra de Salud dice: “Hay que tener en cuenta que tenemos tres generaciones de niños de uno, dos y tres años que prácticamente no han tenido contacto con estos virus, entonces su capacidad inmunitaria es menor. Eso también podría haber provocado un aumento de la gravedad de las enfermedades en esa población”.

Lo que permeó a los adultos.

Durante las últimas semanas de junio muchas escuelas reportaron varias inasistencias de alumnos por estar enfermos, pero además se vieron envueltas en un problema adicional: los docentes enfermos. Es que el VRS, aunque es más frecuente en niños, también puede atacar a los adultos. Pero lo que sí es algo “que no se había visto en el pasado” son adultos que terminan en terapia intensiva a causa de la enfermedad, según explica Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI).

CTI
Centro de cuidados intensivos. Foto: Archivo El País.

“Vemos cierta repercusión de lo pediátrico en los CTI de adultos porque tenemos un nivel de ocupación que está un 10% por encima del que teníamos a esta altura del año pasado. La diferencia es a expensas de muchas más infecciones respiratorias que durante el último invierno”, dice el médico.

Según el registro de la SUMI hoy los CTI de adultos tienen una ocupación del 80% y el año pasado era del 70%. Pontet aclara que quienes se contagian de VRS y terminan en terapia intensiva generalmente padecen comorbilidades previas.

Con respecto al tipo de virus que más se ve, la relación es inversa a lo que pasa con los niños, porque entre los adultos la principal enfermedad respiratoria es la influenza seguida del VRS y no al revés como en los pacientes pediátricos.

“No necesariamente hay un espejo” entre cuidados intensivos de niños y de adultos en invierno, según Pontet, por “los tipos de enfermedad más frecuentes”, sin embargo, admite que este año hubo “una permeación de transmisión de VRS a los adultos” y después agrega: “Creo que también influye el hecho de que ahora buscamos los tipos de virus. Hace cuatro o cinco años no teníamos los test de detección viral que hoy usamos cuando alguien ingresa a la unidad, entonces no sé decir con precisión si en el pasado llegó a haber tanto VRS en adultos como ahora porque hemos mejorado enormemente la capacidad diagnóstica”.

Por el momento, el MSP mantiene la postura de no extender las vacaciones de los niños durante más de dos semanas y espera ver los efectos de la decisión en el corto plazo, pero la demanda sigue latente y este invierno se consolida como el primero que es realmente similar a los de la prepandemia. O quizás peor.

ENTREVISTA.
Karina Rando.
Karina Rando.
Foto: Estefanía Leal.

Karina Rando: “Las cifras de este año son casi el doble que las del invierno de 2019”

A pocos días de haber solicitado a la ANEP adelantar las vacaciones de julio, la ministra de Salud, Karina Rando, dialogó con El País.

¿Cómo fue la cronología de hechos que terminó llevando a que el Ministerio de Salud Pública (MSP) pidiera a la ANEP adelantar las vacaciones?

El MSP tiene ocho centros de vigilancia centinela de infecciones respiratorias y se vio que comenzó a circular, sobre todo el virus sincitial respiratorio y el virus de la influenza, en una proporción mucho mayor que los años anteriores, incluso mayor y más tempranamente que en 2019. Eso, junto a un contexto internacional, llevó a tomar las medidas para evitar que sucediera una falta de recursos similar.

En las cifras que publicó el MSP el miércoles pasado no se menciona ese aumento con respecto a 2019, sino que se compara solo con los años de pandemia …

Sí, se comparó con el 2020 y con el 2021 por practicidad, para no hacer tanto entrevero con tantas curvas, pero ya pedí que se publicara una nueva comparando con 2019 y ahí se va a ver claramente. En 2019 el aumento de las infecciones respiratorias graves empezó en la semana 21, mientras que este año en la semana 19 ya subía sin descensos. Directamente tuvimos una curva ascendente. Y, además de eso, los números a los que hemos llegado en la semana epidemiológica 23 y en la 24 son mayores y están por encima de los que teníamos inclusive en 2019. Para dar una idea, en la semana epidemiológica 26 del 2019 la tasa de infecciones respiratorias era de 26,4 y este año en el 2023 la tasa que tenemos es de 45,4, o sea que es casi el doble.

¿Qué le diría, por ejemplo, a los padres que se quejan de que la decisión fue demasiado apresurada porque los agarró sin saber que la crisis era tal y teniendo que reorganizarse?

A nuestro entender fue una decisión muy acertada porque esto ya lo estábamos viendo venir en otros países. Había que tomar una decisión rápida porque esto es cuestión de una o dos semanas. Por eso la decisión hubo que tomarla rápidamente, porque no nos servía tomarla una semana más tarde. Nosotros creemos que sin esta medida se hubiese dado una situación en la cual las infecciones, sobre todo de los más pequeños, serían más altas y generarían una imposibilidad de tratamiento por falta de camas y los papás hubiesen estado mucho más enojados con nosotros de lo que podrán estar ahora, aunque entiendo la distorsión que se genera en una familia cuando uno cambia la planificación de unas vacaciones.

¿El fallecimiento de dos niños aceleró la decisión o es algo relativamente frecuente?

El fallecimiento de esos niños muy lamentable, por supuesto da mucho dolor, pero es algo que puede entrar dentro de lo que son las cosas esperables para el ascenso de estas enfermedades respiratorias. Lo que nos realmente nos hizo tomar la decisión fue el aumento de los casos de infección. Otra cosa a tener en cuenta es que no solo la cantidad de casos es superior a la de 2019, también tenemos tres generaciones de niños de 1, 2 y 3 años que prácticamente no han tenido contacto con estos virus, entonces su capacidad inmunitaria es menor. Eso también podría provocar un aumento de la gravedad de las enfermedades en esa población.

¿El aumento también puede tener que ver con las malas cifras de vacunación? ¿El MSP hace un mea culpa por la campaña?

Yo ahora salgo a la prensa casi día por medio y le pido a la población que se vacune contra el virus influenza. Yo creo que no fue una falla en la campaña de vacunación, aunque quizá es cierto que podríamos revisar eso, yo creo que realmente hubo una disminución de la percepción del riesgo. Hay que volver a insistir porque, si bien esta vacuna no cubre contra el virus sincitial respiratorio, sí cubre contra los otros, por lo tanto nos libera recursos humanos y hospitalarios.

¿Es más preocupante el virus sincitial o la influenza?

Hoy en día está dando más problemas el VRS, por lo tanto hoy nos preocupa más ese.

¿Existe la posibilidad de extender las vacaciones para seguir protegiendo a los niños?

El MSP no va a solicitar eso. Nosotros lo que hicimos fue pedir para adelantar las vacaciones, no extenderlas. Es suficiente.

¿Cómo están las cifras de ocupación hoy, más allá del Pereira? ¿Existe riesgo de colapso?

Hoy en día tenemos seis departamentos que tienen más del 80% de ocupación de sus camas de CTI. Es bastante. Incluso en Artigas, por ejemplo, hay un 100% de ocupación de camas de CTI. Hay 88% en Durazno y 87% en Soriano, por nombrar algunos. Estamos medio justos, hemos logrado detener un poco el ascenso. Tenemos varios departamentos que tienen entre 60% y 70% de ocupación, lo que da un margen adecuado, pero no nos podemos dejar estar. Montevideo tiene 80,2% según los últimos registros disponibles.

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