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El fútbol femenino se rebela: las insólitas historias de las jugadoras que entrenan sin luz ni cancha

Empezó el mundial femenino mientras en Uruguay las futbolistas se unen y quieren poner freno a las abismales diferencias de condiciones con los varones. ¿Cuáles son sus reclamos?

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Protesta de futbolistas en el clásico Peñarol vs. Nacional del fútbol femenino
Protesta de futbolistas en el clásico Peñarol vs. Nacional del fútbol femenino.
Foto: Estefanía Leal

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Que el fútbol femenino no vende se dice cada vez que se habla del tema. Y además que el femenino no da plata ni es un buen espectáculo; y que para los clubes no es solo una obligación que impone la FIFA, sino también un gasto.

Pero también se sabe que el año pasado en la Champions el Camp Nou batió récordsen asistencia con más de 90.000 espectadores y que el mundial femenino que empezó el jueves en Australia y Nueva Zelanda agotó las entradas del partido inaugural. En contraste, las jugadoras uruguayas quieren dar vuelta esta realidad a través de una reivindicación histórica; están muy lejos de la elite mundial e incluso de la realidad de sus compañeros hombres en el empobrecido fútbol uruguayo.

Un día histórico.

Lunes 3 de julio. Pocas veces la sede de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP) cobija a tantas jugadoras, juntas y en simultáneo. Se concentran para exigir condiciones básicas en su disciplina.

Como las futbolistas no viven de la pelota y entrenan luego de sus trabajos o estudios, el horario de la reunión generaba dudas. “Terminamos tomando la determinación de que hoy no se entrena porque la prioridad es encontrarse para que todas sepamos que estamos en esta lucha”, explica Catia Gómez, encargada del Departamento de Fútbol Femenino de la mutual.

Entre el tumulto general y los saludos de quienes llegan, una voz en el altoparlante pide que no olviden registrar su nombre en la planilla. Una planilla numerada a mano en cada renglón para llevar la cuenta de las asistentes, pero al igual que la mutual, se desborda de nombres y botines. Se estima que son más de 300 jugadoras -muchas de ellas de las juveniles- esta tarde en la avenida Rivera casi Bulevar Artigas.

Abril, Guillermina y Yanina, jugadoras de la sub 16 de Defensor Sporting, cuentan a El País qué las movió a estar ahí. “Queremos una cancha en condiciones... ¡y también salud!”, dice una de ellas, “que si nos lesionamos podamos tener un respaldo”. Las fechas suelen suspenderse por “cualquier cosa”; en la juvenil B por ejemplo “suspenden los partidos por falta de jueces, no vemos que pase eso en el masculino”. Ellas son conscientes que las realidades son diferentes en cada club: “En Defensor siempre tuvimos todo. Básicamente tenemos todo lo que estamos reclamando, pero esto es para los demás clubes, es para todas”.

Sus máximos sueños son “llegar lejos”, representar a Uruguay afuera, “ir a un cuadro grande de Europa”, “dedicarnos a esto, vivir de esto, que es lo que más nos apasiona”.

Apretadas como un puño, adentro y fuera del salón de la mutual, sentadas en el piso o apoyadas contra las paredes, las futbolistas escuchan atentas cada vez que una jugadora mayor habla.

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Jugadoras de Peñarol y Nacional.
Foto: Estefania Leal.

El silencio colma el salón cuando Tatiana, jugadora de Udelar, toma la palabra y se dirige a todas con un firme “gurisas”, seguido de reconocer la importancia de sumarse a los espacios de la mutual para la representación de cada club y sus dificultades, “porque es acá donde vamos a transformar la realidad de nuestro fútbol y no en el día a día quejándonos de las cosas que no cambian”. El cambio va a estar “mientras estemos todas unidas luchando por la misma causa, luchando por transformar nuestra práctica”, afirma, muy segura.

Y entonces la mutual estalla en aplausos al grito de “vamo’ las pibas”.

La convocatoria termina con las jugadoras cortando Rivera y Bulevar Artigas de manera espontánea. También hay pelotazos dirigidos al presidente de la AUF Ignacio Alonso: “Nacho, Nacho, Nacho, Nacho, ya dejate de joder. Si vos no nos das derechos, tu gestión se va a caer”, es la arenga de algunas jugadoras en esta manifestación.

Todo cambia.

No es una frase hecha decir que este año es histórico para las jugadoras del fútbol femenino. Si bien los reclamos datan desde hace tiempo, algo cambió: parecen estar organizadas y unidas, lo que les da fuerzas para poder tomar acciones concretas e ir a trancar con algunas certezas.

El 2023 empezó con ese tinte, cuando la AUF saludó por Twitter a las mujeres el 8 de marzo y recibió mensajes de reconocidas jugadoras reclamando una verdadera igualdad: el femenino no tenía noticias de cuándo empezaba su campeonato, mientras el masculino lo estaba jugando desde enero.

Otro momento relevante ocurrió a mediados de mayo cuando las jugadoras de Defensor Sporting y Danubio se sentaron en la cancha antes de disputar el partido en reclamo de más derechos para las futbolistas. O cuando a inicios de junio se paralizó el fútbol femenino ante las medidas de la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (Audaf) de jugar sin público en el Estadio Charrúa.

Pero ¿qué es concretamente lo que las jugadoras piden?

En primer lugar, entrenar en espacios adecuados que cumplan con las condiciones básicas para la disciplina deportiva. Que los entrenamientos no sean, por ejemplo, en una plaza pública ni en un cantero ni en la calle. Que, si se lesionan, los clubes paguen los gastos médicos, que se les garantice un respaldo en salud. Que la indumentaria no sea el descarte del fútbol masculino. Que los vestuarios tengan una mínima condición de higiene y no deban hacerse cargo de su limpieza, costeando sus productos.

Como se expresa en la proclama del lunes 3 de julio, “las diferencias de género no pueden seguir dictando el acceso y desarrollo de nuestro fútbol” y “se construyan oportunidades tangibles para el desarrollo profesional del fútbol”.

Varias futbolistas coinciden en que se les exige compromiso y disciplina de deportistas profesionales, pero no se les brinda el marco de desarrollo para ello.

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Protesta por mejoras en el fútbol femenino.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Valeria Colman, jugadora de la selección uruguaya y defensa en Nacional, dice que desde hace varios años se vienen dando los reclamos y que 2023 fue “bisagra” porque las jugadoras se pusieron todas de acuerdo. De hecho, califica estos reclamos como “condiciones básicas de entrenamiento”. Por un lado, lo que tiene que ver con la cancha: vestuario, materiales, cuerpo técnico idóneo. Y por otro, lo que tiene que ver con la competencia, la liga: “Que sea organizada, que se piense a futuro, que tenga un proyecto y piensen en las ligas juveniles para desarrollar y potenciar”.

Desde Córdoba, la jugadora uruguaya y actual delantera de Talleres Sofía Oxandabarat dice a El País que se necesitan los recursos adecuados, de lo contrario “es imposible brindar un buen espectáculo sin las condiciones mínimas para entrenar”.

La salteña, que se fue a Argentina siendo la mejor jugadora del fútbol uruguayo en la temporada 2022, cuenta que cuando jugaba en Wanderers entrenaban en “un campito con dos arcos”, donde las dimensiones de la cancha no eran las mismas del fútbol profesional. “Después íbamos al Charrúa y parecía que estábamos jugando a otro deporte”, ilustra la futbolista.

Las condiciones de los entrenamientos y de los partidos constituyen los principales reclamos ya que en ocasiones se dan situaciones insólitas. Según Oxandabarat hay equipos que “no tienen pelotas ni cancha”. Recuerda el episodio en el que Wanderers jugó un domingo contra Racing y las jugadoras tuvieron que hacer el calentamiento en la calle “porque no había lugar en la cancha”, describe y apunta al retroceso que eso implica, ya que “la AUF en 2021 le había exigido a los clubes que tenían que presentar sus estadios o jugar en el Charrúa o en el Palermo”.

Hoy no se están jugando partidos en el Estadio Charrúa -lugar del que pueden disponer gratuitamente, junto con el Parque Palermo- debido a las medidas de Audaf, que en reclamo de mayor seguridad para sus árbitros propone que los partidos se jueguen sin público, decisión con la que las jugadoras han manifestado que no negociarán.

Los equipos saben que si quieren entrenar en las canchas o complejos de sus clubes, deben hacerlo durante el día, ya que por la noche no les prenden las luces para no gastar.

El domingo 9 de julio, mientras se disputaba el clásico entre Peñarol y Nacional en el complejo Rentistas, la exfutbolista y periodista de AUF TV Adriana Herrera anunció que el partido previsto para las 15.30 horas de River ante Defensor estaba suspendido. ¿Los motivos? El plantel de River no contaba con indumentaria para el juego y el club les ofreció las camisetas -transpiradas- que había usado el plantel de la sub 16 masculina en el partido anterior. Las jugadoras decidieron no presentarse y perder los puntos. En una muestra de solidaridad y de unión, el plantel violeta tampoco se presentó ese día.

Ese es el nivel del fútbol femenino de primera división en Uruguay. Realidades de países como Estados Unidos -una de las favoritas para este mundial- bajo la épica de Megan Rapinoe, que lideró la conquista hacia la igualdad salarial en 2022, son por ahora utopías en estas latitudes y las jugadoras lo saben. Por eso el tema no está dentro de los horizontes posibles de reclamo. Argentina, con la futbolista Macarena Sánchez a la cabeza, también va rumbeada a avanzar unos pasos más. Las movilizaciones dieron saldo positivo, cuando se logró que los contratos profesionales en los equipos de primera división sean un mínimo de doce.

Asamblea de Fútbol Femenino.
Asamblea por el fútbol femenino. Foto: Juan Manuel Ramos.

“Las gurisas quieren las condiciones básicas. No podés calentar antes de un partido en la calle, esperando a que pase un auto. Estás jugando un campeonato de AUF, no un fútbol 7”, describe Herrera, una de las primeras uruguayas en jugar en el exterior.

Para ella, la gran diferencia está en la actitud del club: invertir por obligación o invertir por interés. “Ahí está la brecha entre los equipos que tienen el femenino por cumplir y los que realmente quieren apostar a que crezca”, explica y cita el ejemplo de Nacional -hoy por hoy, uno de los clubes que brinda las mejores condiciones para sus jugadoras- que “no invierte porque lo pide la FIFA sino porque ven un producto a futuro”.

DESDE LA ASOCIACIÓN.

Mariana Fernández, presidenta de la Comisión de Fútbol Femenino de la AUF, dice que si bien se viene trabajando en el tema, existe un desencuentro entre clubes, jugadoras y gremio de árbitros, y del otro lado está la asociación “tratando de contemplarlos a todos”. Para ella es necesario “encontrar el camino y caminar juntos”, considerando que “esa es la forma”.

Entiende que los reclamos que hacen las jugadoras exceden a la AUF, “son más hacia los clubes que lo que podemos hacer nosotros”. El entrenamiento, por ejemplo, se lo tiene que solucionar el club, “y si no les dan mejores condiciones, también es con el club”, dice, mencionando también la existencia de una comisión de canchas a la que se pueden elevar los problemas. “Son realidades. El femenino no genera ingresos. Es más, la mayoría de los clubes cree que es un gasto y no una inversión”, admite.

Danubio vs Liverpool - futbol femenino
Equipos de Danubio y Liverpool.
Estefania Leal/Archivo El Pais

Sin embargo, la FIFA y la Conmebol, en su afán de apostar fuertemente al desarrollo profesional, envían dinero a la AUF. El presupuesto es de los temas más sensibles y calientes en general, pero sobre todo en el fútbol femenino, porque no existe transparencia en cuanto a qué cantidades se destinan para este sector.

¿Esa cifra ha ido creciendo con el tiempo y proporcionalmente a los intereses de desarrollo que proponen estas organizaciones? “No manejo qué números han mandado históricamente”, responde la dirigente, pero señala que “en el global, lo que la AUF invierte en el fútbol femenino uruguayo es mayor a lo que viene como ingresos de FIFA y Conmebol”.

Algunos fondos llegan para categorías en particular como la sub 14 y sub 16 que están “totalmente subvencionadas”, y luego ese dinero la AUF lo debe rendir. El dinero que ingresa es básicamente para arbitraje, transporte y seguridad, fundamentalmente para las categorías formativas “porque eso es lo que tenés que hacer crecer, la base”. A su vez, los clubes “se olvidan que el mismo estatuto comprende a la Organización del Fútbol del Interior (OFI)” y que la OFI tiene fútbol femenino, por lo que los recursos van para ahí también.

“La camiseta del femenino está limpia”, asegura mientras se cuestiona, dentro del abanico de soluciones, por qué cada club no comienza a trabajar con sponsors.

Hay un vaivén entre mejoras y retrocesos que notan tanto las jugadoras como la dirigencia. En este caso, refiriéndose al gran paso que dio la AUF de comenzar a buscar sponsors y televisar los partidos, “se logró y se cerró el año pasado un convenio con DirecTV que le generó a los clubes un extra (además de pagar el campeonato mismo)”. Pero este año, eso no se logró “porque el producto no fue atractivo”.

Asimismo, Fernández considera que, con algunas medidas, los clubes chocan contra el fin común que se está buscando. “El otro día fuimos (AUF TV) a un partido y no nos permitieron entrar a la cancha (a filmar). Y eso no ayuda a visibilizar”, dijo sin nombrarlo, pero haciendo referencia a Liverpool.

ESPERANZA.

En 2018 se celebró el mundial femenino sub 17 en Uruguay; un evento internacional de ese relieve no ocurría desde el mundial masculino de 1930. Esto lógicamente contribuyó a generar visibilidad y difusión. Además de dejar un rédito económico que se volcó en acondicionar el Estadio Charrúa para el propio evento y también para exclusividad del fútbol femenino.

Si bien hay una lucha clara, también hay esperanzas puestas en lo que se viene. Mariana Fernández destaca por ejemplo que el femenino ha crecido exponencialmente en todas las categorías, “jugamos 31 partidos por fin de semana”.

Defensor vs Peñarol - futbol femenino
Dos jugadoras de Defensor festejan.
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Valeria Colman piensa que el camino a seguir de acá en adelante es negociar: “Con la AUF y los clubes, aprenderse los reglamentos, saber qué pide y exige el reglamento y empezar a exigir cosas que no se cumplen”.

Para Sofía Oxandabarat el fútbol femenino ya está cambiando porque las niñas empiezan a jugar desde edades más tempranas. “No es que los varones nacen sabiendo jugar, es porque desde chicos siempre se les dio una herramienta y conceptos”, explica. Adriana Herrera coincide y agrega que “futbolísticamente está saliendo tremenda generación”, porque aprenden las cosas básicas a la edad en que las tienen que aprender. Compara a las de su generación, que empezaron a jugar “de grandes y donde podían”, con las de ahora; “Tremenda diferencia, tenés 17 y ya jugaste un mundial”, remata. El futuro, en el fondo, es alentador.

Obligados

La condición que pone la Conmebol a los equipo

¿Por qué los clubes tienen planteles femeninos si no están dispuestos a darles las condiciones mínimas para que jueguen? Esa es una gran pregunta que se plantea. Y ciertamente no se trata de una simpatía repentina por la causa. Desde 2018 la Conmebol establece que los equipos deben tener un plantel femenino en sus clubes como condición para poder participar en los torneos masculinos que la entidad organiza. Para la exfutbolista Adriana Herrera, periodista de AUF TV, el femenino es “tremendo producto, solo que falta explotarlo y cambiar la cabeza”. Mientras, Sofía Oxandabarat, una delantera uruguaya que hoy juega en Talleres de Argentina, asegura que se destina más dinero en una sub 15 o sub 13 de varones -porque a futuro puede que “den plata”- que en mujeres de primera división. “Nosotras no les damos plata porque no piensan”, señala. “Si tenés contrato con AUF y viene un club y te quiere, vas a negociar y exigir que te dé algo”. Pero los contratos actuales no son avalados por la AUF, por lo que las jugadoras pueden irse cuando quieran sin tener que retribuir al club donde juegan. Es el caso de la futbolista Esperanza Pizarro en Nacional, quien recibió la oferta de irse a España mientras el campeonato no había terminado. Al no tener contrato que la atara, pudo irse libre y Nacional no percibió ningún ingreso económico.

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