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La agenda internacional

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No existen dos opiniones entre los expertos en análisis internacional respecto a que el viaje de la delegación uruguaya a China encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou fue un éxito completo. A la firma de 24 acuerdos, algunos con logros concretos tangibles y específicos, se suma el compromiso del mandatario chino de acelerar la negociación por el tratado de libre comercio, más allá del trato de alto nivel dado a la comitiva uruguaya, algo relevante en sí mismo.

A eso se suma el nuevo escenario abierto en el Mercosur a partir de la victoria de Javier Milei en las elecciones argentinas. Tanto por la forma en que viene procesándose el armado de su gobierno, las señales que ha dado en materia internacional y la relación con los distintos socios de nuestro bloque, se abre una nueva perspectiva mucho más favorable para Uruguay de la que existía hasta hace una semana.

Comenzando por lo más reciente, queda claro del análisis de la visita del presidente Lacalle Pou a China que nuestros socios asiáticos se esmeraron por darle una gran recepción, valorando la relación con nuestro país. Los más críticos podrán indagar en las causas que puede tener China para prestarle atención al Uruguay, pero baste observar algunos datos para entenderlo. En primer lugar, nuestro país es un socio comercial relevante en varios bienes estratégicos donde somos uno de los principales exportadores. En segundo lugar, nuestro país goza de un importante prestigio internacional en base a décadas de respeto al derecho internacional -salvo por algunos yerros graves de los gobiernos frentistas, cabe valorar-. En tercer lugar, nuestro país impulsa que el acuerdo con China sea para todo el Mercosur, algo que el país asiático sin dudas, en esta etapa de expansión de su comercio, ve con buenos ojos.

Pese a las críticas sobre la falta de resultados en materia de inserción internacional, hoy vemos cómo en estos asuntos, como en tantos, muchas veces el trabajo paciente durante años da frutos.

Lo cierto es que entre alfombra roja, flores y recepciones de alto nivel se evidenció que el gobierno chino quiso dejar claro que para ellos la relación con nuestro país es relevante. La mejora en el estatus de integración que se acordó, los acuerdos con contenido concreto que benefician a sectores de nuestra economía y el compromiso de acelerar el TLC demuestran que la estrategia seguida durante los últimos tres años está dando frutos. La apertura comercial, como se sabe, es fundamental para cualquier país del mundo, pero lo es más para un país con un mercado interno relativamente pequeño como el nuestro. Como expresó el economista Agustín Iturralde: “No existe país pequeño, cerrado y próspero”. La estrategia de apertura, por tanto, para nosotros no es una cuestión de elección, es una imposición de la realidad.

A esta posibilidad concreta de apertura hacia el Asia también se suma la actividad que viene desplegando la Cancillería para que nuestro país logre adherirse al Cptpp, el gran acuerdo multilateral que actualmente se está expandiendo en el mundo. Sería fundamental lograr esta incorporación que nos abriría nuevas fronteras para dinamizar nuestro comercio exterior y parece que esa posibilidad está al alcance de la mano en un plazo razonable.

La noticia más reciente, la del triunfo de Milei en Argentina también abre nuevas oportunidades. El rápido movimiento de nuestro presidente llamando al presidente electo en la madrugada de su victoria electoral, conversación que el argentino definió como “formidable” también puede dar buenos frutos. Uruguay tiene una agenda bilateral muy importante con Argentina, pero también un enemigo a la hora de la apertura comercial como fue la administración de Alberto Fernán- dez/Sergio Massa se transforma ahora en un amigo que busca el mismo objetivo. De Cafiero a Mondino hay un abismo de diferencia claramente a favor del libre comercio que debemos aprovechar para avanzar en la estrategia definida desde marzo de 2020 de modernizar y flexibilizar el Mercosur.

En definitiva, pese a las críticas constantes sobre la falta de resultados en materia de inserción internacional, hoy vemos cómo en estos asuntos, como en tantos, muchas veces el trabajo paciente durante años da frutos de un momento a otro que hacen que la espera haya valido la pena. La perseverancia en la “libertad responsable internacional” también se transforma entonces en una opción exitosa, como lo fue en materia interna para la definición de políticas públicas. Es tiempo entonces de no aflojar, seguir perseverando y trabajando duro porque los resultados ahora parecen estar más cerca de alcanzarse y eso es una buena noticia para todos los uruguayos, incluso para aquellos que no las festejan.

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