@|Nada puede reemplazar, con o sin ventajas, a uno de los gestos humanos más nobles: el abrazo.

No obstante hoy, en plena crisis del virus asesino, paradójicamente se ha convertido en un ineludible gesto de amor y respeto el distanciarnos unos de otros físicamente. Solo físicamente, ya que nada nos impide empatizar con los ojos y las sonrisas, gesto inocultable hasta bajo el tapabocas de protección.

Mientras permanecemos confinados, colaborando para que pase lo más rápido posible esta tremenda pandemia, podemos echar mano del virtuabrazo, ese abrazo virtual, tan adecuado a nuestros tiempos de coronavirus y redes sociales.

El vituabrazo, lejos de enfermarnos, solo contagia alegría e irradia empatía hacia nuestros semejantes.

Además es lenguaje universal. Lo entendemos y y agradecemos todos, hasta nuestras mascotas.

Ya volverá el tiempo de abrazar, más y mejor que nunca, a nuestros seres queridos y compartir recitales en todo nuestro territorio y bulliciosas aglomeraciones en nuestra rambla hermosa.

Por ahora cuídate y cuida de todos con tu ejemplo.

El ansiado reencuentro con la normalidad perdida depende en gran parte de nuestra capacidad de cumplir la embromada pero sensata cuarentena que nos indican nuestras autoridades.

Mientras tanto, vaya, para vos, mi virtuabrazo.