Publicidad

Veredas de mi barrio

Compartir esta noticia

@|Desde hace unos cinco años, acostumbro caminar diariamente apoyado en alguno de mis queridos bastones, infaltables compañeros de mis andanzas barriales por Pocitos. Aunque debo decir que las cortas caminatas de 12 a 15 cuadras, siempre fueron escabrosas travesías por sus veredas; olvidadas por las IMM durante largo tiempo, propiciando el crecimiento incontrolable de raíces voraces en la paciente y paulatina destrucción de sus planas superficies.

¿Cómo se puede solucionar esta irregularidad? Veamos: la IMM dice en su página web, referido a su “Plan Veredas”, que la creación y el mantenimiento de las mismas corresponde y es responsabilidad de los propietarios de los padrones a las que se refieren; continuando con consideraciones para en su última frase decir que “la administración asumirá los costos de reparación cuando el deterioro sea producto del crecimiento de raíces de los árboles”.

Hasta acá todo parece lógico y raciona. Pero no es la realidad. La mayoría de las veredas de las calles tradicionales de Pocitos están rotas, algunas deshechas por las enormes raíces de sus añosos árboles, por lo cual su reparación sería obligatoriedad de la IMM. Pero sucesivas administraciones han omitido ese deber y las veredas están, cada día que pasa, peor.

Intentando colaborar con la tarea que la IMM debía cumplir, hace unos años, recién asumido como Alcalde del Municipio CH, Andrés Abt, me tomé el trabajo durante 3 semanas, de realizar un relevamiento de veredas deterioradas por las raíces. Redacté un informe detallando en más de 15 calles que recorría, anotando, calle por calle, sucesivamente los N° de los padrones en ese estado, el cual transcribí en 4 páginas, con una aclaración por mi atrevimiento y lo llevé personalmente a la oficina del Alcalde, en la calle Brito del Pino.

Abt no estaba y me atendió su secretaria. Le pedí que se lo entregase al Alcalde, como una colaboración de un vecino preocupado, explicándole el tenor del reporte. Su reacción fue de asombro y agradecimiento, asegurándome que lo haría, siendo entonces que le pregunté (ingenuamente) si en conocimiento de mi informe, se enviarían sendos telegramas colacionados, avisando a los vecinos a colaborar con la IMM para realizar las reparaciones en un plazo prudencial.

En ese momento las 2 personas que me atendían solícitamente, se miraron y la Secretaria me dijo: “Lamento decirle que ese procedimiento no es el protocolar, debemos redactar un informe y enviarlo a la IMM, quien lo trasladará a la sección que corresponda para atender su reclamo y realmente, no creemos que pueda tener andamiento en un corto o mediano plazo”.

Saludé y como quien dice metí violín en bolsa y enfilé hacia mi barrio, pensando en qué ilusos que somos a veces, cuando creemos tener las soluciones a mano y caemos en el profundo pozo de la inconmovible burocracia.

Hoy todo sigue igual y yo aventurándome por las onduladas y escabrosas callecitas de mi barrio y tarareando la música de Sebastián Piana para el inolvidable tango “Tinta Roja”, pero con el perdón de Cátulo Castillo, canturreando: “Veredas que yo pisé... Baldosas que ya no son... Bajo tu cielo de raso... A tientas avanzo... Viejo y con bastón”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

IMMveredasAndrés Abt

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad