Dr. Carlos Sarroca Solé | Montevideo
@|Estos últimos años evidencian el crecimiento patrio, camino de la nación al futuro. A pesar de los graves inconvenientes ligados a eventos climáticos, la pandemia y demás, vienen enseñando que en este país sí se puede, a pesar de los quebrantos. Más, se han implementado y acrecentando conflictos para empañar esas acciones, arribando confabulaciones no vividas, sin medir expresiones ni consecuencias. Sobresalen los desenlaces de fallas legislativas e improntas de grupos extremistas. Facilitadoras de ínfimos grupos, intentando socavar principios éticos, morales y de la naturaleza del humano. Como el resguardo de aquellos que reniegan de su condición sexual, e intentan imponerse con interpretaciones insostenibles e intolerantes, oteando toda vía ventajosa. Conviviendo con la liberación del consumo de drogas, su inframundo y desenlaces. Han capturado, insólitamente, los medios de difusión, donde se describen, pormenorizadas, esas aventuras nefastas; en realidad, impropias de considerarlas y de ser develadas. Donde a sujetos abominables se les considera, en lugar de ponerlos a buen recaudo. Una demostración de debilidad y ambiente propicio para ser noticia y se sientan, ellos y sus aliados, personajes. Son resultados de años de desquicio social imperante sobre individuos incalificables e irrecuperables.

Mientras, la sociedad no ve la realidad, el diario deterioro social y las consecuencias que conllevan.

¿Es una tendencia a apiadarse de esos sujetos o hay réditos y otros fines en momentos determinados con provecho de otros? Mientras, el pueblo impávido absorbe el desquicio. ¿O están buscando que la sociedad adquiera otras miradas con otros fines? La sumatoria lleva a pensar: ¿a dónde se va o se quiere hacer llegar? Los tortuosos acontecimientos no siguen un camino cierto para continuar la meta del provecho nacional y de futuro.

Artigas acarició un país ilustrado, valiente y próspero para todos los uruguayos. Para seguir ese camino, ahora iniciado, se hace inexcusable tomar los recaudos necesarios para afrontar y detener la barbarie irresponsable desde sus orígenes, secundando al ciudadano trabajador.