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Una "LUC" para el camino

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@|Hubo una vez un pequeño país que después de sus luchas de independencia y luego de pasionales enfrentamientos de divisas entre caudillos, logró finalmente vivir en paz; y durante casi un siglo permitió a su ciudadanía convivir en armonía.

Fueron años luminosos, donde los valores imperantes para el destaque social eran “trabajo y estudio”, donde se vislumbraba un país con futuro promisorio. Se poblaron campos, se construyeron caminos y puentes, se fundaron ciudades conformando una democrática nación con derechos y valores humanos probados, donde no existían luchas de clases y convivían con decoro, respeto y dignidad en las aulas, en tranvías o en paseos por los parques, personas de todas las clases sociales.

Esos años de plácida convivencia se vieron, imprevisiblemente, oscurecidos por sueños subversivos, hasta que las FFAA llamadas para su represión, lograron su fin.

Aquellos años no volvieron, pues los hálitos de importadas quimeras filosóficas marxistas y leninistas, inspiradoras de oníricos movimientos, nublaron la democracia vigente, hasta sumar al escenario político un conglomerado de facciones heterogéneas, acuñando grupos de múltiples orígenes, pero ideológicamente unidos por un silencioso y oculto rencor social.

Fueron años opacos, sin el brillo de otrora y aunque retornó la democracia, la vida ciudadana cambió. Durante años se convivió bajo un cielo de tormenta y resabios en la tierra, agrietada por falsas verdades populistas; atropellando leyes; imponiendo visiones capciosas a su libre placer; engordando al Estado (acomodando adeptos ineptos en empleos públicos); lastimando la Educación y la Cultura; imponiendo chabacanería y zafios personajes; aumentando la delincuencia y el osado crecimiento del sindicalismo, aumentando la Deuda Pública y en los últimos 15 años, despilfarrando, para dejar como obsequio al gobierno entrante un difícil “déficit fiscal”.

Esos años oscuros promovieron el hastío y por voluntad popular un cambio de gobierno.

Este gobierno consensuado entre 5 partidos políticos con inteligencia, paciencia y sapiencia preparó un Plan de Trabajo cuyo contenido, cual “Faro de Alejandría”, creaba como primer paso una ley que preveía poner una luz que iluminase el oscurecido horizonte, recuperando valores o restañando “fallas, errores y carencias” del funcionamiento estatal, resultado de años de disoluto amiguismo y holganza contemplativa.

A su asunción se sumaron otras nubes, abatiendo sobre ese pequeño país un impío cataclismo. Pero había un nuevo presidente, joven, pero experiente y preparado para su misión de comandar la nave, guiado por la luminosidad de su faro, flanqueado por sapientes oficiales en puestos de mando, que lograría capear la sorpresiva tormenta, sorteando rocas y escollos que fueron apareciendo como plantados con espurias intenciones.

Ese “Faro” que emite esa “Luz” es la LUC; minucioso compendio de leyes, de más de 700 disposiciones que corrigen, ajustan, clarifican, mejoran y facilitan la vida de sus ciudadanos. La “Luz” que iluminará su convivencia y llevará a su nuevo gobierno a un futuro venturoso. Es la nave insignia de la flota en que una mayoría esperanzada eligió embarcarse, retomando un rumbo nuevo, el camino de Seguridad, Orden, Educación, Solidaridad, Aptitud, Confianza y Transparencia; ¡que nunca este pequeño país debió perder!

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