@|Volviendo a los resultados de las PASO argentinas, hay que recordar que el Presidente Macri recibió un país que era un verdadero caos, en una situación muy crítica, con enormes desajustes de las tarifas públicas; un país sin acceso al crédito internacional (por el festejado default), con una profunda destrucción social y un indignante nivel de asistencialismo clientelista (típico de las políticas populistas de la izquierda kirchnerista, socia ideológica del FA). 

A ello se sumaba la colosal corrupción imperante en todos los ámbitos del Estado, bajo la “era progresista". 

Macri trató de poner en orden las finanzas del país, optando por tomar un camino gradual para evitar los ataques y agresivas movilizaciones peronistas, que nunca permitieron terminar su mandato, a un Presidente ajeno a su ideología, desestabilizando las instituciones republicanas.
Similar situación será la que deberá enfrentar el futuro gobierno de nuestro sobre endeudado país, si triunfa la oposición, donde el FA y su socio cogobernante Pit Cnt, serán el continuo palo en la rueda, también mediante fuertes movilizaciones callejeras y bloqueos parlamentarios a los proyectos de ley propuestos por el nuevo Poder Ejecutivo. 

Y esos obstáculos no sólo se interpondrán en el plano económico, cuando se pretenda poner orden y trasparencia en la casa, sino en materia de orden público, cuando se pretenda recuperar la gobernabilidad en el sistema penitenciario y se encare la represión del delito bajo el imperio de la ley y sin prejuicios ideológicos. 

Quizás los líderes de la oposición deberían ya visualizar ese escenario de confrontación, en los que el FA tiene gran experiencia acumulada y transmitida de generación en generación (adoctrinamiento bajo líneas marxistas), al igual que sus compañeros peronistas argentinos cuyo triunfo hoy festejan alborozados, seguros de concertar acciones en ambas orillas para bloquear al futuro gobierno electo. 

Y lo harán aunque deban apoyar los próximos bloqueos de puentes facilitados por el Kirchnerismo, como ya lo han hecho, haciendo primar la ideología por encima de los intereses nacionales.  

Sin duda que para el actual FA, dominado por las tendencias radicales (comunistas, MPP, etc.), lo político-ideológico sigue estando por encima de lo jurídico y de los intereses nacionales, apostando a estrategias desestabilizadoras del gobierno que resulte legítimamente electo por el pueblo.